Capítulo III: TRADOC, reconocimiento a la dignidad y la inclusión

Todas y todos caben en la cooperativa: mujeres en las líneas de producción, personas con limitaciones físicas y de la diversidad sexual.

Redacción la Coperacha
Ciudad de México // 17 de abril de 2017

En este capítulo de la serie se realiza un recuento de las distinciones y reconocimientos que la cooperativa ha recibido por su trayectoria de más doce años: de instituciones estatales y federales, pero sobre todo de sus cooperativistas y de las organizaciones sociales.

El primer galardón que recibió la cooperativa, recuerda Jesús Torres Nuño, fue internacional y se debió a la lucha de resistencia que mantuvo durante 3 años en contra de la trasnacional Continental. Se trata del Positiv Awards que les fue entregado en 2005 en Davos, Suiza: “eso nos llena de mucho orgullo”.

En el 2012 la cooperativa productora de llantas recibió el reconocimiento a la mejor empresa exportadora de Jalisco, “porque nuestros productos van al mercado más demandante, más exigente del mundo que es el mercado de Estados Unidos”, puntualiza Torres Nuño, que preside la cooperativa de TRADOC.

La cooperativa asume su responsabilidad ambiental y cuenta con un reconocimiento otorgado por la Procuraduría Federal de Medio Ambiente: “Nosotros contamos con una de las plantas tratadoras de agua más moderna de toda le región de las industrias de El Salto y vertimos cero litros de agua al río Lerma Santiago”.

En TRADOC laboran 120 mujeres
Este año el gobierno federal, a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la destacó con el Distintivo de Empresa Incluyente Gilberto Rincón Gallardo, por sus políticas de inclusión laboral para personas en situación de vulnerabilidad.

La llantera cooperativa es la única del ramo que incluye mujeres en la línea de producción, además se incluye “a compañeros con limitaciones físicas, compañeros de la diversidad sexual, que también tienen derecho al trabajo y ser socios de la cooperativa”.

“Mari ¿qué significa para ti ser hija de uno de los socios de la cooperativa”, le pregunta su compañera Lizeth Alonso y responde María Santos al pie de la máquina:

“Es un orgullo estar participando aquí como hija de socio. Después de haber logrado una gran batalla y que pues en realidad es una muestra de cariño”, y concluye: “un trabajo, un futuro que nos están entregando”.

Torres Nuño menciona un reconocimiento que “es un símbolo” y se trata del machete que les entregó la comunidad de San Salvador Atenco en febrero de 2002, “como un ejemplo de la unidad y la alianza que debe haber entre los obreros de las fábricas y los campesinos”.

La Coperacha

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