Cafetería colectiva, mantiene en lucha a jubilados de Mexicana

Cuarenta sobrecargos jubilados trabajan ahí y continúan la exigencia del pago de pensiones.


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 21 de julio de 2015

En el pasillo principal del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México existe una cafetería colectiva operada por sobrecargos jubilados de la empresa Mexicana de Aviación, que ha sido como oxígeno que los mantiene en la lucha por la recuperación de sus pensiones.

La declaración de quiebra técnica y señalamiento de fraude del dueño de la aerolínea, Gastón Azcárraga (hoy prófugo), ha dejado al grupo de 700 jubilados sin poder cobrar sus pensiones desde agosto de 2010 y en condiciones de superviviencia.

La lucha de los jubilados
“El reclamo principal es que se haga justicia, que se nos paguen las pensiones a los más de 700 jubilados”, dice Ana Cecilia Bertrand, sobrecargo jubilada de Mexicana. Ella y su compañero Rogelio Martínez tomaron los espacios y pasillos que ocupa Mexicana en el aeropuerto, ahí viven, ahí han permanecido en reclamo del pago de sus pensiones.

“Ya salió un laudo a nuestro favor donde la justicia reconoce que los jubilados tenemos derecho a esa pensión y sin embargo Mexicana de Aviación no quiere reconocerlo. Se siguen violando todos nuestros derechos humanos porque al no tener acceso a nuestra pensión no tenemos acceso a vivienda, a salud, a alimentación y a una vida digna”, afirma la jubilada.

En octubre de 2014 pudieron hacer un cobro pues “a base de golpes” recuperaron el fideicomiso. “Encontramos que el fondo fue saqueado. Debería de haber tenido 3 mil 700 millones de pesos y encontramos únicamente 70 millones. No alcanzó más que para hacer unas tres o cuatro dispersiones”, describe.

La cafeta
La cafetería colectiva, ubicada en lo que eran los mostradores de Mexicana, entre Aeroméxico y los filtros de seguridad del aeropuerto, permanece abierta las 24 horas, ahí siempre habrá dos personas que ofrecen café americano, refrescos, Boing de la cooperativa Pascual, pastelitos y emparedados que las mismas jubiladas elaboran.

“No estábamos muy seguros que nos fueran a dar el chance. Sin embargo tomamos la decisión, nos arriesgamos y las autoridades han sido bastante conscientes de nuestra situación, y nos han permitido mantener en operación la cafetería”, narra Ana Cecilia Bertrand.

La sobrecargo jubilada describe la solidaridad de los usuarios y los trabajadores del aeropuerto: “En general la gente nos apoya y nos viene a consumir”; sin embargo afirma que una aerolínea mantiene un veto a sus trabajadores. “Interjet no les permite por política de la empresa, si entran a consumir los corren, no les permiten ni siquiera saludarnos en el ambulatorio”.

Cinco mesas con sus respectivas sillas, un par de taburetes, un carrito cafetero y un mostrador, son el mobiliaro aportado por los jubilados, con alguna donación de la senadora Lizette Clavel.

“En la cafetería estamos participando un promedio de 30 a 40 personas y en el movimiento en general somos más de 400 personas las que estamos luchando”, dice Ana Cecilia. Las personas que la atienden anotan todas las ventas en una libreta de contablidad, recogen los productos y mantienen el espacio en condiciones higiénicas.

Paisaje transformado
Desde finales de marzo, cuando se abrió el peculiar espacio colectivo, en medio de Starbucks y Wings, las condiciones de los jubilados en lucha de Mexicana ha ido cambiando, así como el paisaje del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez.

La figura que administra la cafetería es AJTeam, organización formada por los jubilados de Mexicana, y “los recursos que se están obteniendo son para apoyar a muchos compañeros que tiene situación de calle, que no tienen ni para comer, y para seguir en la lucha”, afirma Bertrand.

“Estábamos en una situación paupérrima, estábamos sólo dos personas y vivíamos de las cajitas para donativos que están afuera y a veces no había ni para comer. A raíz de la cafetería empieza a haber más flujo de gente, y empieza a entrar un poco más de dinero para sobrevivir”, comenta.

A pesar de que las condiciones han cambiado con la cafeta, Ana Cecilia Bertrand vuelve al punto que resuelve el conflicto de 700 jubilados: la reparación del daño. “El gobierno federal tiene la obligatoriedad de sacar una partida especial para resarcir el daño a los sobrecargos jubilados”.

“Este espacio no fue diseñado para ser una cafetería. Este espacio fue diseñado para atender pasajeros que van a volar y quisiéramos que fuera Mexicana quien lo hiciera”, concluye.

Fotos: Noticias Net MX

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