La economía solidaria tiene que ser una economía de la liberación: Euclides Mance

Académicos y cooperativistas debaten sobre la economía solidaria y sus circuitos.


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 05 de febrero de 2015

Alrededor de 80 personas, representantes de cooperativas y colectivos de economía solidaria, compartieron saberes en el foro “Circuitos Económicos Solidarios, Perspectivas y Retos”, en la sede del Secretariado Social Mexicano.

Los ponentes fueron académicos y practicantes de la economía solidaria como Euclides Mance, del Instituto de la Filosofía de la Liberación en Brasil, Laura Collin, argentina radicada en México e investigadora del Colegio de Tlaxcala; Boris Marañón de la UNAM; Juan Castro, impulsor de la moneda comunitaria Túmin; y Luis Lópezllera de la Red Tláloc y los Diálogos Ecosistémicos.

En medio de críticas al sistema capitalista los ponentes expusieron sus visiones sobre los circuitos alternativos a la economía de mercado.

La economía de la liberación
El invitado brasileño, Euclides Mance, habló de la necesidad de crear otro sistema de intercambio, de reorganizar las cadenas productivas y que nuestros proveedores sean de la economía solidaria. “No basta negar el sistema, hay que construir un nuevo sistema, la vocación de la economía solidaria es ser una economía de la liberación”, señaló.

Dividió su exposición en tres partes: una visión de los circuitos económicos solidarios, la reorganizacion solidaria de los flujos económicos en un territorio o red para constituir estos circuitos económicos y consideraciones para su organización en redes colaborativas.

El filósofo brasileño sostuvo que en las últimas décadas la Economía Solidaria crece en todo el mundo con la producción de medios económicos dirigida a atender necesidades de todos (no para realizar ganancias) y la creación de sus propias representaciones de valor cuando es necesario, respaldadas éticamente, para mediar los intercambios solidarios. La lógica de valor cambia con excedentes de valor producto del trabajo y de intercambios justos que amplían el crédito de las comunidades, afirmó.

Necesitamos recuperar el sentido de la identidad, la cultura y la seguridad
En una intervención que tocó lo sucedido con los normalistas de Ayotzinapa, Luis Lópezllera se dijo estar harto de discursos y retóricas, “necesitamos pasar a la acción”.

“Hablar de economía solidaria requiere de un examen de conciencia de cada uno de nosotros y atrevernos a hacer un gran cambio. El cambio no va a ser una revolución, ni reforma, va a ser una mutación antropológica”, sostuvo Lópezllera.

Todos traemos en nuestras pertenencias una identificación,unas llaves y dinero (chatarra), hay que recuperar el sentido de la identidad, que es cultura; de la seguridad, que es política y del dinero, que es sostenibilidad, explicó Lópezllera.

El gran secreto del capitalismo
Por su parte Laura Collin señaló que al transferir nuestras necesidades al mercado nos convertimos en más pobres y con ello perdemos nuestros recursos materiales y nuestra fuerza de trabajo, ese es “el gran secreto del capitalismo”, dijo.

Sostuvo, en cambio, la necesidad de ser autosuficiente, porque “el que es autosuficiente no quiere ser esclavo” y eso significa autonomía. Luego se preguntó cómo crear otra economía: “Producir más, producir la mayor cantidad de cosas que necesitamos, cocinar más, reparar las cosas de la casa. Satisfacer nuestras necesidades a través del intercambio recíproco de circuitos solidarios”, se contestó.

Moneda social, acto de desobediencia civil
El impulsor del Túmin, Juan Castro, comentó que “nos animamos a hacer una moneda comunitaria porque no sabíamos que era imposible”. Agregó que el primer objetivo era lograr el intercambio, “dejamos de ser clientes y nos convertimos en compañeros”, aunque también fue un acto político, “hacer nuestro propio dinero es un acto de desobediencia civil”, afirmó.

Debatir sobre las relaciones de poder
En su oportunidad Boris Marañón sostuvo que además hay que analizar el mundo a partir de las relaciones de poder, porque “el poder es significación, es darle sentido a las cosas, es darle jerarquía”.

El mercado se da a partir de relaciones de poder, agregó Boris. Tendríamos que cambiar esas relaciones, “buscar la desmercantilización del trabajo, satisfacer nuestras necesidades entre colectivos sin pasar por el mercado”, añadió.

Propuso la solidaridad económica y el buen vivir como proyecto de sociedad, como “igualdad ontológica de las personas”.

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