Yucatán libre de transgénicos

Gobernador lo decreta por daños en salud, biodiversidad y a los derechos humanos de los apicultores mayas.


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 31 de octubre de 2016

Por medio de un decreto gubernamental Yucatán se convirtió en el primer estado en declararse libre de transgénicos, lo anterior ocurre en medio de una demanda legal de apicultores mayas contra las industrias que promueven los monocultivos con organismos genéticamente modificados (OGM).

El decreto 418/2016, firmado por el gobernador Rolando Rodrigo Zapata Bello, tiene el objetivo de preservar la biodiversidad y no hace distinción entre las diferentes especies cultivadas: soya, algodón o maíz y exenta al estado de cualquier agricultura transgénica.

“Se declara al estado de Yucatán como zona libre de cultivos agrícolas con organismos genéticamente modificados, así como de productos contaminados, para fines agropecuarios o para la producción de insumos de uso humano y agropecuario, a fin de preservar la biodiversidad, la agrobiodiversidad y la calidad de los productos de las comunidades rurales y costeras”, se lee en el decreto, publicado en el Diario Oficial de Yucatán, con fecha de 26 de octubre.

La abogada de Greenpeace, María Colín, afirma que para que el decreto sea efectivo es necesario que se regionalice la problemática de los transgénicos y se sienten a discutirla los gobernadores de Campeche y Yucatán.

El principio de precaución
Utiliza el término legal del “principio de precaución”, usado por la demanda colectiva contra el maíz transgénico, ante las amenazas para la salud que representa la presencia de soya transgénica y el uso extensivo de agroquímicos en la región.

“Por el daño grave e irreversible a la actividad apícola, porque es injusto para las futuras generaciones; y porque atenta contra los derechos humanos de los productores mayas milperos o apicultores, la consulta previa, libre e informada, el derecho al trabajo, a la alimentación, a la comercialización e industrialización y a la propiedad social, así como el derecho humano a un ambiente sano”, señala el decreto.

Resalta la relevancia para la economía y la biodiversidad estatal y nacional que tiene la producción de miel de las comunidades mayas identificada en 45 mil familias, por lo que las afectaciones sufridas por los permisos de siembra de soya transgénica “representan no solo un peligro para la comercialización orgánica de la miel sino también para el ecosistema de la península”.

Hay que regionalizar el problema: Greenpace
Para la abogada María Colín, representante de Greenpeace México, el decreto tiene muy buena fundamentación, pues se sustenta en el artículo 1 (de los Derechos Humanos), en el artículo 4 (del Derecho al Medio Ambiente Sano), e incluso tiene referencias del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

La abogada, quien ha dado acompañamiento a los procesos legales de las comunidades mayas desde 2012, sostiene que el decreto “es una respuesta ante una demanda ciudadana, no es un capricho del gobernador”, aunque le reconoce el compromiso por defender “la agricultura sustentable, en particular el cultivo en milpa” que reiteró en 2015 cuando subió al barco de Greenpeace en Yucatán, recordó.

Para que el decreto tenga carácter de efectividad, la abogada afirma que debe discutirse a nivel regional. “Yucatán no está en una situación aislada. Necesitan sentarse a hablar y discutir el tema los gobernadores de Campeche y Yucatán, en Quintana Roo todavía no, porque hay un amparo”, ahí las comunidades exigen que se cancele el permiso.

Documenta los daños del glifosato
Dentro de los daños causados por los transgénicos señala la contaminación del manto acuífero, provocado principalmente por los plaguicidas y herbicidas, entre ellos el glifosato y el Roundup, los cuales también ponen en riesgo la biodiversidad, “particularmente a las especies nectapoliníferas importantes para la actividad apícola”.

“Se ha descubierto que las fórmulas del glifosato y del Roundup son disruptores endócrinos, los cuales son tóxicos y letales para las células humanas. En los animales alteran las funciones de las hormonas y las enzimas, causando anomalías congénitas e impidiendo su desarrollo. El ácido aminometilfosfónico, principal producto de la degradación medioambiental del glifosato, causa daños en el ADN de las células”, justifica la declaratoria.

“La fórmula del herbicida Roundup contiene, entre otros, isopropilamina, la cual es una sustancia extremadamente cáustica de membranas mucosas y tejidos de tracto respiratorio superior, que puede causar lagrimeo, coriza, laringitis, cefalea y náusea. Estudios confirman la relación entre el glifosato y ciertas anomalías congénitas, particularmente microcefalia, anencefalia y malformaciones del cráneo así como abortos espontáneos”, firma el gobernador de Yucatán.

A cultivar orgánico
El decreto además ofrece una alternativa en cuanto al sistema de producción agrícola, pues señala que las Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, en coordinación con la Secretaria de Desarrollo Rural, se encargarán de la promoción de los cultivos orgánicos.

Los cultivos orgánicos serán promovidos desde el gobierno de Yucatán a través de “fomentar la inclusión de los productores agrícolas en el cultivo orgánico, promover la entrega de semillas libres de organismos genéticamente modificados, capacitar a los productores agrícolas sobre los cuidados de los cultivos, supervisar los cultivos para su correcto funcionamiento e implementar esquemas de acción para la comercialización de los productos orgánicos”.

Para la abogada de Greenpeace, el hecho de plantear la agricultura orgánica significa “grandes noticias”, pues se tiene que trabajar para “brindar la infraestructura y está a buen tiempo para avanzar en su compromiso, pues su mandato termina en 2018”.

La Coperacha

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