Como una forma de dar garantía del origen de sus productos, el mercado del 100 incluye dentro de su modelo, a la participación de los consumidores. Así, La Coperacha se introduce en las entrañas e interacción de la cadena productiva ecológica.
Pablo Correa
Ciudad de México // 27 de febrero de 2013
El “Sistema de Garantía Participativa” como lo llama el Mercado el 100, es similar en el concepto de certificación participativa que consiste en un proceso de verificaciones en donde se incluye a todos los actores de la cadena productiva.
Con esta idea, Erika Guerrero consumidora de productos ecológicos y orgánicos, acompaña al Mercado el 100 a visitar a la organización productiva “El Vergel Orgánico”, con el fin de conocer la procedencia y la forma en la que se produce lo que consume.
“El que te incluyan es algo muy importante porque nosotros estamos viendo personalmente lo que se hace, entonces ves si realmente nos están vendiendo algo que sea orgánico”, dice Erika quien es la segunda visita que hace a algún productor.
El propósito de estos modelos tiene varias razones, pues van desde hacer más sencillos los procedimientos hasta disminuir las costosas certificaciones de agencias que muchas veces productores locales no pueden cubrir. Sin embargo, para “el 100”, lo principal es cerciorarse de que los productores trabajen bajo estándares establecidos por el propio mercado.
El “Sistema de Garantía Participativa” está basado en lo justo, limpio, local, sano y rico, que son los 5 valores bajo los que trabaja el Mercado el 100, explica Alexis Boullier, practicante universitario que participa en la supervisión. “Hay consumidores en el mercado que no saben realmente que hay una asociación y un trabajo de visitas, así, el objetivo es publicar en redes y dar a conocer el trabajo de certificación”, dice Boullier.
El invernadero de “El Vergel Orgánico” está unos 20 kilómetros antes de la ciudad de Pachuca, Hidalgo. Están dentro del perímetro de las 100 millas marcadas como límite para ser considerados como productores locales de este mercado, que incluso de ahí toma su nombre. Ahí los recibe Indira González, quien muestra las instalaciones del vergel y explica la forma en que cultivan y producen.
Indira cree que son muy importantes las opiniones de personas externas y por supuesto de los clientes, pues siempre hay situaciones que mejorar y en donde hay obligación de corregir. “Nosotros decimos que no tendría que haber necesidad de certificadoras si tuviéramos este tipo de vinculaciones, porque ya directamente vas y te das cuenta que las cosas funcionan como decimos que funcionan”.
Actualmente en el Mercado el 100 participan 27 productores locales y ecológicos, entre ellos “El Vergel Orgánico”. En el caso de esta cooperativa que trabaja desde hace 4 años, su actividad está basada en el pluricultivo: Chiles, cherries, jitomates, calabaza, lechuga, berenjena, semillas, entre otros productos que además de venderse directamente son para consumo propio.
Ana Calderón, coordinadora del Mercado el 100, explica que para que un productor pueda ingresar se tienen que cumplir con los criterios y además se les realiza una visita para comprobar que cumplan con los lineamientos e indicadores que se desprenden de los valores. “Como no todos cuentan con una certificación no hay manera de demostrar si cumplen, por eso se decidió hacer este Sistema de Garantía Participativa, para realizar estas vistas o revisión”, explica.
“El Vergel Orgánico” que está en proceso de certificación, cuenta con un sistema de captación de agua pluvial que le sirve para todo el año. Además tiene sistemas de composta y no usa químicos ni sustancias toxicas. De esta manera cumple con los indicadores de transparencia, uso racional del agua, trato adecuado de los desechos y diversidad de productos que son algunos de los indicadores que se desprenden de los valores mencionados.
Luego de algunos días el Mercado el 100 arroja su evaluación. Los resultados en general son positivos, sin embargo existen observaciones a corregir. Aunque lo que más comercializa “el vergel” en “el 100″son hortalizas y semillas, algunos productos que ofrece en paquete pertenecen a otros productores que “el 100” no puede controlar, y queda como un punto a mejorar. Por lo demás la evaluación es positiva, y se asienta que “El Vergel Orgánico” puede recibir el sello del sistema de Garantía Participativa.
“El 100” también prevé que por cada punto a mejorar haya un trabajo para ayudar al productor a modificar lo observado. “El objetivo mínimo es encontrar al menos un punto de mejora, además de incluir al consumidor, al productor y a la persona de la asociación para mejorar”, dice Alexis.
Por su parte Erika, quien consume habitualmente en “el 100”, cree que debería existir mayor interacción con los demás consumidores, y transmitirse al menos de “voz en voz” la experiencia, “y de decir: yo ya comprobé, yo ya validé que realmente esto es cierto”.
El Mercado el 100 trabaja semanalmente en plaza Río de Janeiro y plaza Luis Cabrera en la Colonia Roma.
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