Ha creado empresas comunales como alternativa económica, destaca participación de jóvenes.
Pablo Correa
Ciudad de México // 22 de junio de 2016
San Francisco Cherán, Michoacán, además de ser uno de los municipios que elige a sus propias autoridades mediante un sistema de usos y costumbres, también es el único y el primero en México que tienen una estructura distinta de gobierno y que es reconocido por la federación, pues no está conformada por un presidente municipal, ni síndicos ni regidores.
Estos avances en materia de autonomía han sido respaldados por sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en los últimos años. Sin embargo, esta destacada experiencia está presente en planos de la reconstrucción social y comunitaria, que por supuesto incluye el plano económico.
Bienes comunales
Cherán ha logrado la creación de tres proyectos económicos que tienen como base la administración de sus propios recursos naturales. Denominadas empresas comunales, son guiadas por su Concejo de Bienes Comunales que se encarga de salvaguardar y vigilar los bienes territoriales.
El vivero forestal, el aserradero, y su mina de pétreos y adocretos, son los proyectos económicos que generan cerca de 50 empleos directos y varios más temporales.
“En el plano de la economía social es sacar provecho de lo que tenemos, desde un pequeño árbol hasta el agua en nuestro territorio, el objetivo es que se administre de manera sustentable, y ser en el futuro una comunidad autónoma”, explica Salvador Ceja, parte de la Concejo de Bienes Comunales.
La lumbre organizativa
El proceso de gobierno de Cherán tienen un origen proveniente de la defensa de sus recursos naturales. Severiana Fabián, quien es parte del Concejo Mayor de Cherán, narra que al inicio fueron las mujeres quienes comenzaron el movimiento para detener la tala inmoderada y clandestina.
“Ya se habían llevado miles de hectáreas de bosque, cuando hubo una misa las mujeres salieron a decir, ya basta, ya no queremos que se estén llevando madera”, recuerda. En 2011 comenzaron a hacer las fogatas “esquinas con esquinas” como forma de resistencia. “Ahí comíamos y hacíamos todo, con las opiniones salió el proyecto adelante”, recuerda.
Después vino la defensa por llevar a cabo elecciones bajo sus propios usos y costumbres, y también la expulsión de partidos políticos, y más tarde los fallos por su autodeterminación de un gobierno propio.
Gobierno propio
En la actualidad Cherán está dividido en cuatro barrios y se gobierna con un Concejo Mayor, después un Concejo Operativo Principal y una Tesorería Común. En otra esfera, le siguen ocho concejos operativos especializados: de jóvenes, administración local, asuntos civiles, de la mujer, programas sociales, coordinador de barrios, vigilancia y mediación de justicia, de programas sociales y desde luego el de bienes comunales.
En Cherán la autoridad máxima es la asamblea de barrio, pero es desde las fogatas que las personas se van eligiendo como representantes. “Yo no lo pensé dos veces, lo vi como una oportunidad y como un servicio a la comunidad, cuando menos pensé ya había dicho que sí sin consultar a mi esposo”, dice Severiana con una sonrisa de complicidad.
De las fogatas se eligen varias personas y después es la asamblea de cada barrio, ahí se eligen a los representantes para el Concejo Mayor y demás concejos especializados. Apenas en septiembre del año pasado Cherán renovó sus concejos y agregó nuevos como el de jóvenes, así vive su segunda nueva estructura luego de la resistencia en 2011.
Empresas Comunales
En el caso del Vivero Forestal que surgió en 2012, el precedente fue lo que vivió la comunidad por la tala clandestina de bosques. “Surgió de la necesidad de proyectos de reforestación para apoyar a que se renovaran nuestros bosques”, explica el joven biólogo, Ignacio Soto, quien es gerente del vivero.
En 2013 hicieron un convenio con la Comisión Nacional Forestal (Conafor) para producir 100 mil plantas. Para 2015 tuvieron una producción de 450 mil plantas, mientras que para 2016 se tuvo una producción de 850 mil plantas de oyamel, cedro, encinos y árboles frutales, este último es un nuevo proyecto.
La capacidad del vivero alcanza una producción de un millón y medio de árboles, y alrededor del 15% se queda en la comunidad para reforestación. En los últimos cinco años se han reforestado unas siete mil hectáreas de las 10 mil que se devastaron.
“Sabemos que se puede reconstruir de manera natural pero sería lento, por ello estamos tratando de apoyar en eso a nuestros bosques, además generamos empleos para nuestra gente tanto en el proceso de producción como en trabajos de reforestación y mantenimiento”, explica Ignacio.
Un aserradero con conciencia
Hugo Romero, ingeniero Industrial, es quien está al frente del Aserradero Comunal San Francisco de Cherán. Se trae la madera, se clasifica y se corta para obtener tablones de diferentes tipos de medida que son vendidos a la comunidad para fabricar muebles.
La madera que se trae aquí es madera muerta y vieja, árboles caídos o con plaga para proteger a los demás árboles. “Ahora hay poca madera porque ya no se está talando, se lleva un control que debe ser de acuerdo a lo que se siembra”, indica Hugo.
Al igual que las otras empresas se administran independientemente para pagar la nómina, los recursos técnicos y se entregan informes a las asambleas de barrio. Trabajan 14 personas de tiempo completo y tres temporales. “Nosotros somos el ejemplo para que nos exista el clandestinaje“, dice Hugo.
Mina de pétreos y adocretos
La tercera empresa comunal es la que extrae recursos pétreos como arena, graba, granizo y fabrica bloques y adocretos. Cherán tienen dos bancos comunales de donde se extraen estos recursos, así genera trece empleos fijos y tres temporales que, de ir las cosas bien, quedarán estables.
Esta empresa tiene una producción diaria de entre dos mil a cuatro mil piezas de blocs, y su principal cliente es la comunidad, aunque entre el 15 y el 20% de ingresos proviene de pueblos cercanos. Para las personas de Cherán los precios son más accesibles y cuando son escuelas o proyectos similares el apoyo puede ser solidario.
En todas las empresas comunales quienes dirigen y trabajan son elegidos por medio del concejo de barrios. Marcos García, un joven recién graduado como arquitecto, es quien funge como gerente de esta empresa y narra que nunca se imaginó trabajar en un proyecto así, “me propusieron y eligieron”.
Marcos cree que este tipo de proyectos pueden ser un ejemplo, pues antes los recursos eran explotados por empresas privadas. “El motivo por el que se levantó el movimiento fue por el saqueo de los recursos naturales, por eso es importante que los administremos bien”, dice.
El futuro de Cherán
Dentro del cambio de estructura en Cherán para el periodo 2015-2018 resalta la sangre nueva. Yunuén Torres Ascencio, quien es parte del Concejo de Jóvenes, explica que ahora existe una participación de jóvenes del alrededor del 40% en la estructura.
“Aunque siempre ha sido abierta, la participación de los jóvenes no era tan notoria, antes era decir: mis papás están en las asambleas, y ya, no pasaba nada”, explica.
En Cherán son jóvenes los que impulsan la economía social y solidaria a partir de empresas comunales y proyectos con un enfoque social. Por ahora tienen en puerta un restaurante, un proyecto agrícola, uno textil y uno de lácteos.
Yunuén agrega que en la estructura pasada era gente mayor, no había jóvenes, tampoco existía el Concejo de Jóvenes. “Nos sorprendió que quienes respaldaron la propuesta fueron los abuelos, o sea que fue la gente mayor que nos dijo: ustedes.
La Coperacha