¿Y si viviéramos horizontales?
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 05 de diciembre de 2013
Unos dicen que es una vieja idea anarquista que nació en Yugoslavia por allá de 1950, otros que en el mayo francés de 1968, otros van más allá y dicen que en Rusia de 1905 con los soviets, y así siguen las versiones.
Los científicos sociales no se han puesto de acuerdo sobre el origen de este modelo, pero la autogestión, que en sus raíces significa la gestión por uno mismo, en nuestro país ya se practica a racimos.
Para el académico José Remus Galván, los principales ejemplos se han dado con las grandes cooperativas Tradoc y Pascual, sin embargo los autogestivos se mueven horizontalmente muchas veces arrojados por la necesidad, tal fue el caso de Cherán.
De la autodefensa a la autogestión
Enclavado en la sierra purépecha, los habitantes de Cherán sufrieron durante años ataques de talamontes ligados al crimen organizado, abandonados a su suerte se organizaron y el 15 de abril del 2011 iniciaron su autodefensa con las fogatas de vigilancia.
“Terminando con el bosque vamos a ir por sus mujeres”, recuerda las amenazas de los talamontes Doña Imelda entrevistada para La Coperacha, “y eso no lo podíamos soportar”.
De la autodefensa Cherán pasó a la autogestión. Primero desconocieron a las autoridades locales, sacaron a los partidos políticos del pueblo, “cerramos las puertas para todos” dice Imelda y actualmente trabajan varios proyectos productivos comunitarios.
El Consejo de Bienes Comunales, el gobierno autogestivo de Cherán, ha desarrollado el vivero comunitario con capacidad de un millón de plantas; el aserradero que usan para procesar la madera, ramas rotas y árboles muertos abandonos en años de saqueo; y el comedor La Parangua (fogón en purépecha), donde trabajan 19 mujeres cuyos esposos fueron asesinados por los talamontes.
La academia
En la Universidad Autónoma de la Ciudad de México se desarrolla el seminario de Autogestión Cooperativa, impartido por José Remús e Ignacio López Carbajal, entre otros académicos.
Como especialista en el tema, Remus describe las características de la autogestión. A su parecer debe conjuntar y no precisamente en ese orden, consenso, innovación, inclusión y horizontalidad.
Señala Remus que en la autogestión hay que darles más importancia a las personas que a lo material, “debe haber mucha comunicación y ensayar y ensayar”, es decir “darse una oportunidad para equivocarse”, y explica que mientras en los procesos verticales el error es castigado, en la autogestión “es una oportunidad para ejercitar la creatividad, para innovar”.
La autogestión es una evolución intelectual y emocional con un proyecto común, sentencia el experto.
Dinero autogestivo
Otra modalidad de la autogestión se da en el dinero, el ejemplo más contundente es sin duda la moneda comunitaria que en nuestro país vive un “boom”.
Desde hace años se sabía de la experiencia de la Red Tláloc y su moneda El Tláloc, que casi de manera clandestina se reunían cada cierto tiempo para intercambiar lo que los integrantes de la red producían con sus manos.
De aquella experiencia encabezada por Luis López-Llera, surgieron varias monedas como el Mezquite, el Mixhiuca, el Fausto, y una que creció como yerba, el Túmin, del Espinal, Veracruz.
El Túmin (dinero en totonaca) nació, ya el mundo lo sabe de sobra, para enfrentar una necesidad que el Estado no podía brindar a una comunidad indígena del totonacapan. En un pueblo de menos de 3 mil habitantes se fabricó una moneda y un sistema económico, que de alguna forma les alivió los bolsillos, pero que sobre todo generó comunidad.
Trueques, intercambios y suma de esfuerzos colectivos, sin la necesidad de hacer una aportación económica son otros activos de la autogestión.
“Es una economía diferente que deja atrás a la expectación y mucho más a la especulación”, dice Jorge Cruz Lee, del colectivo Ágoras de Fuego, “es lo contrario al capitalismo”.
Los autogestivos andan como locos
Andan como locos y están tirados a lo mismo porque saben que no están solos, son cientos y la muestra son dos actividades recientes que aglutinan cada una a por lo menos cien colectivos, cooperativas o proyectos productivos horizontales.
El Tianguis Cacao y el Autogestival son dos acciones cien por ciento autogestivas que a la vez congregan decenas de proyectos culturales, productivos, ambientales, artísticos, de comunicación y de casi cualquier otra cosa.
Los de Cacao han formado una colectividad de artistas y productores culturales que han implementado su moneda alternativa, su sistema de intercambio y una metodología de producción-aprendizaje para ser adquirida por el consumidor y romper el esquema de la industria cultural.
Los autogestivaleros, lo que buscan es colectivizarse, así lo han explicado y para ello llevan varios meses de organizarse en plazas públicas.
“Vemos que al menos aquí en la ciudad existen muchos colectivos de jóvenes, de adultos mayores incluso, que están haciendo algo por cambiar las condiciones en que vivimos”, justifica su locura Aarón Moysén, agorero de fuego y autogestivalero.
“El Autogestival es un pretexto para reunirnos los colectivos que están haciendo autogestión y ver cómo podemos relacionarnos entre todos y podemos echar pa’lante este proyecto que es la autogestión”, ha dicho Germán de Gratiferias Tlatelolco.
Cooperativa Tecnológica Primero de Mayo, Gratiferas, Trueque Itinerante, Desinformémonos, Focaculta, Medios Comunes, Entorno Lúdico, La Feria Va, Cacto Producciones, La Colmena, Tendedero de Ideas, Proyecto Locus, Compañía de teatro náhuatl Xochipimil, Argo Informática y Rancho Electrónico, son sólo algunos de los autogestivaleros que andan horizontales buscando colectivizarse.