Cuatro días de Conferencia Internacional de Monedas Sociales y Complementarias

“Si el proyecto no produce felicidad, no será sostenible”, sintetizan.



Colaboración especial de Víctor Bernal
Desde Cataluña, Barcelona // 15 de mayo de 2017

Existen herramientas que se oponen al sistema hegemónico actual, como lo son las populares ecotecnias y las diversas tecnologías apropiadas (por ejemplo las bicimáquinas), y otras igual de radicales, pero menos difundidas, como lo son las monedas sociales.

El 10 de mayo inició en la Universidad Abierta de Catalunya en Barcelona, la IV Conferencia Internacional de Monedas Sociales y Complementarias (IV CIMSC) en la cual se manifestaron decenas de experiencias en España y Cataluña y otras tantas en el resto del mundo. Vales, facilitadores, intercambio, satisfacción de necesidades, prosumidores, son palabras que se oyen en diversos idiomas, pero se entienden con el mismo sentir.

Los primeros dos días se hicieron presente con amplia participación los diferentes niveles de gobierno. Representantes de una decena de municipalidades de Cataluña, España, Francia, Portugal e Inglaterra comparten sus experiencias en el uso de una moneda complementaria, todas ellas preocupadas por crear mecanismos ecológicos sostenibles, como lo son el reciclaje, compostaje o diversas acciones verdes.

Pero también comparten sus problemas, como lo son la falta de apoyo en niveles más altos de gobierno, así como todavía la incredulidad de la gente al presentarle estas herramientas de cambio. Así lo mencionó David Pino, Director de Innovación Social de Sevilla: “Los problemas para conformar una moneda social no son los que pone la burocracia, sino los que ponen los prejuicios”.

Cientos de iniciativas en el mundo son apoyadas por los gobiernos locales, iniciativas que han cosechado buenos frutos y aumentado la calidad de vida de las personas y el medio ambiente. Hay que aclarar que la mayoría de ellas vienen de gobiernos europeos. ¿Qué hacer en Latinoamérica?

August Corrons, principal impulsor de la IV CIMSC, en su participación habló de la complejidad de construir estas relaciones en los escenarios económicos y en lo políticos, así como la cinta de Moebius que circula indefinidamente aunque aparente, otras formas y otros colores.

El estudio y sistematización de las monedas sociales es muy amplio en las universidades y centros académicos de Europa. Doctores en Economía por la Universidad de Barcelona, compartieron metodologías estadísticas y hablaron de la trazabilidad de estas unidades de intercambio, esto significa el intento de leer el camino de las monedas sociales y saber cuáles son las variables que permiten su expansión y durabilidad.

A la par de que se hizo mención de esta tesis, en otro foro, Heloisa Primavera y Andrea Caro se despojaban de sus zapatos (literal) y hacían mención de que la permanencia de las monedas se debe a la cohesión de la comunidad, al “poderse ver y reconocer en el otro a partir del intercambio”.

El sábado (13 de mayo) la conferencia fue “tomada” – ¿o será okupada? – por participantes de la Cooperativa Integral Catalana. Diferentes miembros que pertenecen a diversas Ecoxarxas (Ecoredes) montaron un mercado solidario y mostraron parte de los productos que elaboran.

Además de hacerse cargo de la comida y algunas actividades culturales, al platicar con ellos manifestaron sorpresa al saber que su iniciativa que inició en 2009 ha inspirado a cientos de redes, colectivos, académicos e investigadores en el mundo a crear y creer que otro mundo es posible.

La sorpresa va acompañada de una sonrisa en el rostro, esa sonrisa que denota complicidad con aquel que del otro lado del mundo se empeña en seguir trabajando en estas redes de economía alternativa, aunque la situación mundial invite a lo contrario. “Hay que ser testarudos, e insistir, es la única forma de poder seguir caminando”.

Otro aspecto importante del foro fue el compartir herramientas y dinámicas de trabajo. ¿Cómo explicar el origen del dinero en 2 minutos? ¿Cómo distinguir entre trueque y trueque multirecíproco? ¿Para qué tener otra moneda? Para ellos – nosotros -, diferentes personas de España, Catalunya y Latinoámerica se mostraron algunas herramientas; juegos de mesa como “Ecópolis” (juego para construir comunidad mientras haces tu moneda social, hecho por Ton Dalmau de la moneda Turutes en Vilanova, Catalunya); o dinámicas de participación como las que propone Roger de la Ecoxarxa de Terragona.

Para cerrar el foro Miguel Yasayuki y August Corrons, principales motivadores del encuentro, invitaron a una meditación para serenar las ideas y afianzar los compromisos. ¿Cuál es el papel de las monedas sociales en el mundo actualmente? ¿Cómo contribuyen a la sostenibilidad del mundo? ¿Cómo impulsarlas y difundirlas entre más personas? Como es común en este tipo de encuentros, sobresalen más preguntas que respuestas.

Las últimas horas se abrieron foros simultáneos, se reunieron gente de Latinoamérica, aquellas donde el interés rondaba en las plataformas digitales y otras en las cuales rondaban las dinámicas de trabajo con el cuerpo.

Uno de los principios a trabajar para todas estas iniciativas y laboratorios sociales que van desde los órganos públicos de gobierno hasta lo contestatario, podrían coincidir en lo siguiente, que Pablo Rodríguez, investigador argentino tuvo la visión de resumir: “Si el proyecto no produce felicidad, no será sostenible”.

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Fotos: Víctor Bernal

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