Francia y Bulgaria han prohibido este método por ser altamente contaminante.
Redacción La Coperacha.
Ciudad de México // 5 de marzo de 2014
Daños socioambientales a las comunidades, escasez de agua, problemáticas de salud como cáncer, contaminación del agua potable con químicos y gas metano. Estas son algunas de las consecuencias que traerá el Fracking en nuestro país.
Lo anterior fue señalado por el investigador Francisco Cravioto, del Centro de Análisis de Investigación (FUNDAR), organización integrante de la Alianza Mexicana Contra el Fracking, quien detalló a La Coperacha los efectos que tiene esta técnica usada para la extracción del gas shale.
La Alianza Mexicana Contra el Fracking, reúne a 19 organizaciones con presencia en 5 estados de la República, su objetivo es buscar que el gobierno mexicano prohíba este método tan contaminante y advertir a la población sobre las consecuencias socioambientales de este tipo de extracción.
Uno de los problemas del Fracking radica que cada pozo de extracción contamina 30 millones de litros de agua potable, ya que no se usa agua de mar por la corrosión que generaría en la maquinaria.
El Investigador comenta que la fractura hidráulica ó FRACKING, es un método para la extracción de hidrocarburos en yacimientos no convencionales, principalmente para la obtención de gas shale el cual se encuentra atrapado en roca porosa e impermeable como lutitas, pizarra o esquisto.
Este método inicia con la perforación vertical a profundidades de aproximadamente 3 km hasta llegar al yacimiento, después se realiza una barrenación horizontal en diferentes direcciones, se recubre el tubo con acero y concreto, después se inyecta a presión una mezcla de agua y arena para fracturar la roca.
Con la combinación se inyectan diversos químicos que permiten recuperar el gas, sin embargo estudios realizados por reconocidas universidades estadounidenses muestran que estas sustancias causan daños a la salud de la población humana cercana a estas perforaciones, además de contaminar mantos freáticos y los ecosistemas.
Francisco menciona que si se perforaran 20 mil pozos, estos consumirían el agua necesaria para las necesidades básicas de 5.5 millones de personas, contraviniendo el artículo 4° Constitucional en el que se encuentra plasmado el derecho al agua.
Este derecho al agua fue ignorado en Coahuila, donde el gobernador Moreira Valdez, anunció la perforación de 10 mil pozos en la Cuenca de Burgos, considerada como la tercera más rica del noreste del país en yacimientos que contienen gas shale, lo que ha generado preocupación entre los expertos en el tema.
El investigador menciona que esta actividad será impulsada principalmente en el norte del país, en estados como Chihuahua, Tamaulipas y Nuevo León además del ya señalado Coahuila, donde hay escasez de agua.
En Monterrey, por ejemplo, se generó incluso un plan que supuestamente llevaría agua potable a la ciudad, se trata del proyecto Monterrey VI, que nació con un estudio de la Comisión Nacional del Agua, que prevé que en el 2015 la región enfrentará un déficit severo del líquido.
Sin embargo especialistas señalan que existe un vínculo entre dicho proyecto y el Fracking, pues el agua que se transportará desde el río Pánuco a la presa Cerro Prieto por medio de un acueducto, será usada principalmente por las empresas extranjeras que emplean la fractura hidráulica en la cuenca Burgos
La técnica de fracking que será utilizada en Burgos, no sólo desperdiciará millones de litros de agua potable, sino que también la contaminará con cientos de químicos, volviéndola inutilizable para el consumo humano.
Los daños que causa el fracking están reconocidos a nivel internacional, ya que países como Francia y Bulgaria han prohibido este método por ser altamente contaminante.
Cravioto expresó que la Alianza Mexicana Contra el Fracking “no plantean la prohibición en el vacio consideran que hay alternativas, por ejemplo Petróleos Mexicanos (PEMEX) quema al día 125 millones de pies cúbicos de gas natural en la explotacion de yacimientos convencionales, con una inversión mínima en comparación con su presupuesto, la paraestatal podría recuperar ese gas y sustituir el auge de los proyectos de fractura hidráulica”.
El investigador añadió que el Fracking no es un paso en el desarrollo de energías sostenibles, sino una desviación que profundiza nuestra dependencia a los combustibles fósiles, con posibles alteraciones a los ecosistemas.
En cambio propuso invertir en el uso de energías limpias como la maremotriz, eólica y solar, siempre y cuando se haga con el consentimiento de las comunidades donde se lleven a cabo estos proyectos.