Cooperativa de reboceros de La Piedad cumple 50 años.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 17 de julio de 2013
Los habitantes de La Piedad, Michoacán, se habían manifestado hace dos meses duramente en contra de que el equipo de fútbol local, Los Reboceros, se mudara al Puerto de Veracruz, incluso habían involucrado al gobernador interino, Jesús Reyna, a su cruzada.
Hoy, sin haber superado el duelo los piedadenses viven una semana de festejos por los 50 años de la Cooperativa Textil Artesanal, principal fabricante de rebozos de esta ciudad.
Las nuevas tendencias
En medio de la fiesta del rebozo, los cooperativistas han dado un espectacular drible y han llamado a los hombres a incorporar esta prenda a su vestimenta cotidiana.
El presidente de la cooperativa de reboceros, Librado Vicente Madrigal Tafolla, explica que para que la cooperativa “sobreviva otros 50 años es necesario que los piedadenses incorporen el rebozo a sus prendas de vestir cotidianas, pues no es de uso exclusivo de las mujeres”.
Durante una conferencia de prensa por el quincuagésimo aniversario de la Cooperativa Textil Artesanal, Madrigal Tafolla hace hincapié en el significado del rebozo como patrimonio artístico y cultural.
En el mismo sentido José García León, funcionario local responsable del sector artesanal, narra que han realizado eventos para promover el uso de esta prenda de vestir, así como estudios para conocer la evolución, tendencias y las nuevas aplicaciones “tanto para las mujeres como para varones”.
La fiesta
Como parte de los festejos de los 50 años de la cooperativa el municipio de La Piedad tiene programada la entrega de reconocimientos a los cooperativistas en un acto solemne y un concierto de violines en la Escuela de Artes local.
Destacan en los festejos una exposición fotográfica itinerante en edificios públicos y la sede de la cooperativa, cinco exposiciones sobre el rebozo impartidas principalmente por investigadores del Centro de Estudios Arqueológicos del Colegio de Michoacán y una pasarela.
¿Y las fuerzas básicas?
A pesar de los esfuerzos por promover el uso del rebozo por parte de cooperativistas y funcionarios la realidad de esta prenda es otra.
El diario La Jornada publicó recientemente la opinión de Marta Turok, quien ha dedicado su tiempo al estudio de esta prenda. Para la investigadora el panorama es triste pues no hay un relevo generacional. “Los viejos están cansados y los jóvenes ya no continúan con la tradición”, señala.
Turok puntualiza las partes flacas de esta tradición textil: la desaparición de los talleres, el poco interés de las nuevas generaciones por aprender, el costo de las materias primas y la falta de mercado que sepa apreciar el valor de este arte laborioso.
Los números
Hace un par de meses el diario La Redacción de Michoacán arrojaba un alarmante dato, obligados por las bajas ventas de rebozos la cooperativa había tenido que bajar su producción en 80 por ciento.
El diario local había publicado que la producción de los tres talleres de rebocería del municipio habría descendido de 2mil 500 piezas por semana a 850 de mayo del 2012 a mayo del 2013.
La situación de los socios también es precaria, Mariano Alanís, rebocero de 72 años, debe fabricar 18 rebozos por semana para ganar 600 pesos. “Los socios de la cooperativa tienen que salir adelante con el pago de nómina, seguro social, impuestos, luz, agua, teléfono y otros gastos, el problema es que no hay ventas”, describe.
La exportación
Si bien el rebozo es muy estimado en el mercado internacional, sobre todo en Estados Unidos, “en el mercado local la gente no aprecia el trabajo artístico y por ello se niegan a pagar el costo de la prenda”, explicó José Reyes Pérez, representante legal de la cooperativa.
“Claro que nuestros rebozos se venden también por allá, pero lamentablemente son los intermediarios los que salen con toda la ganancia. No hemos podido exportar actualmente por diversas cuestiones, por eso es que vienen personas de otros lugares y compran la producción para luego venderla en el extranjero”, agregó Reyes.
Los habitantes de La Piedad ya perdieron por caprichos del mercado y de Federaciones de Fútbol al equipo de sus amores, hoy tienen la encomienda de ponerse la playera y seguir siendo Los Reboceros.
