Para los sin techo, sin crédito ni seguridad social.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 05 de febrero de 2013
En el poniente de la Ciudad de México, entre barrancas y asentamientos urbanos, se erige un nuevo proyecto de vivienda colectiva, se trata de la Cooperativa Héroes del 68.
Este es un proyecto comunitario planeado con asesoría técnica de la UNAM para 400 familias, de las cuáles 200 cabezas ya se han asociado y buscan hacerse de su vivienda digna.
“Queríamos el nombre de un movimiento social y colectivo, y en honor a los jóvenes de ese entonces, le pusimos un nombre histórico”, señala Erwin Fonseca, joven integrante de la cooperativa.
Otro de los integrantes, Manuel Lugo, describe el perfil de los socios de la cooperativa: “Somos vecinos que vivimos en zonas marginadas, que rentamos, o tenemos orden de desalojo por no pagar la renta, que vivimos en casas prestadas, en zonas minadas”.
Agrega Lugo que “como no somos beneficiarios de un crédito ni en bancos, ni el INVI (Instituto de Vivienda del Distrito Federal), ni en la Delegación, lo único que nos queda es organizarnos para construir nuestra vivienda en serie”.
Forman grupos de 20 o 40 personas con la necesidad de la vivienda para convertirlos en socios, pero antes les brindan una capacitación sobre cooperativismo.
Derecho truncado
La cooperativa de vivienda se ha vuelto una alternativa para aquellas personas que tienen el derecho a la vivienda truncado.
“El derecho a la vivienda está establecida en la Constitución pero el Estado no se hace responsable”, señala Arturo López Cándido, diputado federal y promotor de este proyecto cooperativo.
Agrega el legislador, “hay menos acceso de los trabajadores a la vivienda, el suelo urbano lo controla el capital inmobiliario y tienen que ver con la especulación del mercado. Para nosotros es muy importante que se organicen cooperativas y que hagan ahorros colectivos”.
En el mismo tono, Erwin Fonseca asegura que la vivienda “es un derecho que ha sido arrancado y ahora es sólo para unos cuantos. Con los gobiernos panistas y ahora los priistas, hay un acceso al crédito a la vivienda pero la realidad es que éstos crecen exponencialmente”, se vuelven impagables.
El joven socio agrega que incluso los últimos gobiernos de izquierda han abandonado a las clases sociales, por ello es fundamental organizarse como cooperativa, piensa.
Vivienda digna y sustentable
Un grupo técnico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, encabezado por el arquitecto Ramón Abud ha hecho la planeación de lo que será la Unidad Héroes del 68. Se ha proyectado que cada departamento será de tres recámaras, con sala, comedor, baño completo, estudio, cocina, cuarto de servicio, todo en 65 metros y con materiales de primera calidad.
La unidad de 400 departamentos contará con áreas comunes, un salón de usos múltiples, un espacio para reciclar residuos sólidos, celdas solares y colectores pluviales.
Rosario Ambriz, otra de las socias, señala que “estamos previendo espacios para dejar una universidad, un tecnológico, un Cendi, una biblioteca, espacios que puedan enriquecer el entorno de la comunidad”.
“Todavía no iniciamos formalmente la construcción, estamos en la compra del suelo, ya tenemos los estudios que nos piden las autoridades y estamos haciendo la corrida financiera para saber en cuánto va a salir el proyecto”, agrega Ambriz.
Según sus cálculos la unidad tendrá un costo de 88 millones por la construcción más 44 millones del predio.
“Ahorita nada más tenemos el predio llamado ‘Los Coyotes’, ubicado en Prolongación 5 de Mayo y Avenida Centenario, colonia Lomas de Tarango, está junto al Hospital General Dr. Enrique Cabrera y tiene uso habitacional”, apunta la socia.
La unidad se construirá en dos años, una vez que el número de 400 socios se acomplete, actualmente hay 200 socios pero otros 200 ya están en lista de espera.
¿Cómo evitar que se use un proyecto como este para clientela o malos manejos?
Se les hace esta pregunta a los socios. “Como estamos integrados en comisiones, los mismos cooperativistas tienen que estar integrados dar la información a todos los socios”, contesta Manuel Lugo.
“La cooperativa tiene que ser muy transparente”, afirma Lugo, “los socios se vuelven dueños y son quienes deciden. Las comisiones están formadas por amas de casa, electricistas, algunos profesores, estudiantes, de todo se nos han acercado”, agrega.
Para ser socio es requisito no tener vivienda, se les hace también un estudio socioeconómico para identificar en qué condiciones están viviendo y luego se les involucra en la vida cooperativa.
De tal peso será la cooperativa en sus vidas, que las escrituras de sus viviendas quedarán en nombre de la organización. Así los socios saben que tendrán un beneficio pero que lo irán heredando a sus familiares, explica Rosario Ambriz.
La cooperativa entonces se vuelve no sólo la alternativa al techo digno, sino al trabajo, la seguridad social y la educación.
