Héctor Valdés imparte charla sobre retos de las cooperativas en UNAMonos.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 09 de septiembre de 2015
El encuentro UNAMonos con las Cooperativas, que se lleva a cabo en la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, y que concluye el 10 de septiembre, aborda como eje principal en sus foros los retos y perspectivas de estas organizaciones sociales.
En ese contexto, durante una magistral, el asesor cooperativista Héctor Valdés Trejo, analizó la situación actual de las cooperativas a nivel nacional, local e interno, y concluyó que éstas deben ser transformadoras sociales.
A pesar de las recomendaciones de la OIT a los gobiernos de los países, en el sentido de que deben ofrecer apoyos para tener un sector cooperativo fuerte, en nuestro país no existen políticas públicas de apoyo a las cooperativas, sentenció Valdés.
A eso se le agrega que “las cooperativas no estamos unidas, no estamos integradas, tampoco sabemos cuántos somos”, prosiguió el integrante de la cooperativa de asesorías Iniciativa Social. “El único Consejo Superior del Cooperativismo es desconocido por algunas Confederaciones”, puso de ejemplo.
Además “existe una simulación cooperativa, hay quienes aprovechan el modelo cooperativo (siendo sociedades anónimas) para usar las prestaciones sociales”, y muchas cooperativas se constituyen solamente “para recibir lana”. Para ilustrar su dicho señaló que 35% de las cooperativas beneficiadas en programas de fomento ya no existen. De 250 que recibieron recursos 80 desaparecieron.
Contra la Ley Ficrea
“Tenemos que trabajar una nueva Ley General de Sociedades Cooperativas y salirnos de las leyes mercantiles”, propuso. “No podemos ser reguladas como sociedades anónimas, no perseguimos el lucro sino el beneficio de los socios, nuestras familias y nuestras comunidades”, añadió.
Otro ejemplo de cómo las cooperativas en lugar de ser apoyadas son perjudicadas por instituciones de gobierno es la Ley Ficrea, explicó Valdés. Con dicha ley pueden desaparecer entre el 50 y el 70% de las cooperativas de ahorro y préstamo, agregó.
“Nuestro reto como cooperativistas es defender a las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo en este embate que les quieren hacer”, sostuvo quien asesora a cooperativas desde hace más de 20 años
Retos por todas partes
Otro reto para los cooperativistas, prosiguió Valdés, es que haya leyes de fomento cooperativo en todos los estados, así como existe en el DF.
En la Ciudad de México tampoco se han mostrado muchos avances, dijo, las únicas que han crecido son las de agua impulsadas por el DIF, porque “parece que a las cooperativas de costura les echaron la culpa de la Línea 12 del Metro”, soltó como de broma. En la administración del actual jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, la política pública de incentivar a las cooperativas de costura a través del programa Qué Buena Puntada, dejó de operar.
Hay que homologar las delegaciones… para lo bueno
A nivel delegación política, hay algunas que constituyen cooperativas en una o dos semanas, pero las hay que se tardan hasta cuatro meses, “hay las que cobran, cuando la Ley dice que nos se debe cobrar”. Hay que homologar los criterios en las delegaciones “pero hacia lo bueno”.
Justo cuando abordaba ese tema, Héctor Valdés fue interrumpido por una pregunta.
¿En qué artículo dice que las delegaciones no deben cobrar?, preguntó un socio de la cooperativa Desifruts, productora de frutas deshidratadas, quien aprovechó para señalar que en la presente administración en la delegación Venustiano Carranza le cobraron 2,600 pesos por constituir su organización.
La respuesta a la duda del cooperativista es el artículo 11 de la Ley de Fomento Cooperativo del DF.
Transformadores sociales
Algo en lo que las cooperativas deberíamos estar trabajando, dijo Valdés, es en incidir en los programas de fomento, “nuestro reto es integrarnos y participar”. Y hacia adentro, “deberíamos estar trabajando en mejorar el funcionamiento de nuestra empresa cooperativa, porque somos una empresa social”.
Finalmente Valdés ejemplificó con los nuevos modelos cooperativistas que están teniendo éxito en el mundo o que tienen una gran importancia por su impacto social. Describió el modelo de Mondragón, con su listado de principios y valores (independiente al cooperativista), donde se pone al centro la educación.
Luego enfatizó en los modelos de cooperativas de trabajo asociado, o de cooperativas sociales, que tienen gran fuerza en España y en Uruguay, y que deben ser impulsadas desde los gobiernos, sostuvo, pues son cooperativas formadas por personas en condiciones vulnerables como situación de calle o discapacidad, o por mujeres jefas de familia y por adultos mayores, quienes tienen condiciones de desigualdad superiores al resto de las personas.
Las cooperativas deben cambiar esas desigualdades, agregó. “Los cooperativistas debemos ser transformadores sociales, no basta con cambiar las leyes”, finalizó.