CORASON cumple 10 años de acompañar luchas contra el fracking

Talleres y ceremonia de agradecimiento en Ojital Viejo, Papantla // Fotos: Alejandra Jiménez

La principal demanda sigue siendo la prohibición absoluta de la fractura hidráulica.

Este fin de semana la Coordinadora Regional de Acción Solidaria por la Defensa del Territorio de la Huasteca-Totonacapan (Corason) celebró 10 años de acompañamiento y documentación de afectaciones por proyectos de fracking e hidrocarburos en comunidades totonacas, nahuas y tenek.

El festejo se realizó en Ojital Viejo, Papantla, Veracruz, donde unas 50 personas, integrantes de diversas organizaciones realizaron actividades como talleres de monitoreo comunitario de afectaciones ambientales, cosecha de agua, semilleros de energía, de pegatinas, entre otras.

Información y acompañamiento
Entrevistado por La Coperacha, Mauricio González, comunicador comunitario en Radio Huaya, e integrante de Corason, recordó que la coordinadora nació en una emergencia muy real, pues estaban en alza los proyectos petroleros que pretendían usar fracking, como lo fue Aceite Terciario del Golfo, impulsada por Pemex pero en convenio de trasnacionales como Halliburton, Schlumberger y Baker Hughes.

Mauricio recuerda que iniciaron con las caravanas antifracking, informando de comunidad en comunidad, con la experiencia de muchas organizaciones comunitarias que les enseñaron que “un pueblo organizado sí detiene megaproyectos” hasta que se conformó la coordinadora en el ejido Emiliano Zapata.

Pero además de realizar campañas de información, las autoridades agrarias de comunidades que se oponían al fracking fueron criminalizados, en especial las del Ejido Emiliano Zapata, en el Totonacapan.

“Ya no eran los tiempos en que las manifestaciones sociales se atendían con una mesa de diálogo, sino con procesos judiciales en contra de autoridades de las comunidades y de las personas opositoras”, recordó. Corason tuvo que realizar, además de la denuncia de afectaciones ambientales, acopio de recursos y acompañamiento legal para liberar a las personas que fueron aprehendidas.

Tiempos difíciles
En esta década, algunas de las cosas “muy duras” que les ha tocado vivir han sido, hacer frente a los continuos derrames de hidrocarburos en esas comunidades.

Otro tema “doloroso”, señala Mauricio, han sido “las traiciones” de personas que en su momento estuvieron con el movimiento social y luego, al llegar al gobierno con la Cuarta Transformación, “simplemente nos fallaron e hicieron gestión del conflicto”, pero sin resolver el compromiso de prohibir el fracking.

La demanda principal de Corason y de otras organizaciones como Alianza Mexicana Contra el Fracking, sigue siendo la prohibición absoluta de la fractura hidráulica; sin embargo, reconoce aprendizajes, como el encontrar diferentes recursos para realizar denuncias populares, de participación ciudadana, o el amparo ganado por principio precautorio para demostrar a partir de una prueba pericial que el fracking es genocida y ecocida, actualmente en curso.

Del mismo modo, subraya Mauricio, están los procesos formativos comunitarios, entre ellos los talleres de ecotecnias, y la búsqueda de formas alternativas de energías (sin depender de los hidrocarburos) de la mano de la organización Engenera, y los monitoreos comunitarios con acompañamiento de experiencias de Colombia y Estados Unidos.

Lo que más anima a Mauricio es que ya hay mucha gente joven interesados en el tema, que aprenden, difunden y organizan la resistencia contra el fracking. Son como el corazón de Corason, el nakú del totonakú.

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