La cooperativa usará la basura del estado para generar energía limpia en su proceso de producción.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 20 de julio de 2015
México es un país sucio. Datos del INEGI señalan que diariamente se produce en nuestro país 86 mil 343 toneladas de basura, es decir, más de 31 millones de toneladas al año. Sin embargo información de organizaciones como Greenpeace elevan la cifra a 100 mil toneladas diarias y a 37 millones anuales.
Esto significa que si juntáramos todos los desperdicios generados por los mexicanos en un año llenaríamos más de 30 veces el Estadio Azteca.
Lo peor es que de toda esa basura sólo se recicla alrededor del 11% y el resto concluye su vida en tiraderos, rellenos sanitarios o en incineraciones, de los cuales el 87% se realiza a cielo abierto, lo que genera graves impactos ambientales (al aire, suelos y agua) y daños a la salud de las personas.
Ante ello la organización ecologista Greenpeace ha propuesto el programa Basura Cero, el cual se basa principalmente en generar una conciencia sobre como estamos consumiendo al planeta, y propone acciones prácticas como minimizar la generación de residuos, maximizar el reuso y reciclaje, así como eliminar el uso de sustancias tóxicas en productos, envases y embalajes.
Compran la basura
Otra propuesta que ya se realiza en países como Alemania, Noruega, Dinamarca y Suecia, es el uso de la basura para generación de energía. Estos países no sólo no producen basura, sino que la compran a otros como Inglaterra e Irlanda, para producir más energía.
En esos países del norte de Europa el proceso es simple, en una gigantesca planta industrial seleccionan la basura, reciclan toda la que puedan y el resto se introduce en un incinerador especial que no deja pasar nada al ambiente y transforma lo quemado en energía. El 50% de los calefactores de la capital de Noruega, Oslo, así como casi la totalidad de las escuelas usan calefacción a partir de basura quemada.
A limpiar Morelos
En México la cooperativa La Cruz Azul, está por replicar el modelo de usar basura para generar energía limpia en su proceso de producción de cemento, al mismo tiempo dejará reluciente al estado de Morelos.
Bajo el nombre de Estrategia de Gestión Integral de Residuos Sólidos del Estado de Morelos (eGirsem) y con la campaña Morelos Limpio, la Cruz Azul ayudará con la recolección de residuos de todos los municipios locales para usarlos en su horno cementero de la planta de Hidalgo. En estos momentos la propuesta está siendo analizada por el Congreso local.
En un recorrido a la planta de Hidalgo donde se presentó el proyecto, el director de Producción de la cooperativa, Juan Oviedo, dijo que La Cruz Azul no procesa PET, aluminio, ni otros residuos que pueden ser reciclados, por lo que no hay riesgo de quitar el trabajo a los recolectores. En cambio afirmó que la tecnología de la cooperativa era “la solución de aseguramiento ambiental de los residuos que ya no tienen un valor en el mercado”.
Los beneficios inmediatos serán la reducción en los costos por la recolección de la basura, que actualmente absorben los municipios, además de la desaparición paulatina de todos los tiraderos y rellenos sanitarios del estado, muchos ubicados a cielo abierto.
El otro beneficio es que se usará una energía limpia para la producción del clíncker, materia prima del cemento de la cooperativa, explica Gustavo Cruz Vega, gerente de Investigación y Desarrollo de La Cruz Azul.
Y a producir cemento con la basura
Cruz Vega agrega que en términos ambientales, un horno cementero es más amable que un incinerador porque en éste se generan elementos tóxicos y cenizas, por lo que requieren estar alejados de las poblaciones.
“Nosotros podemos estar dentro de una ciudad asegurando que no va a haber ninguna emisión hacia afuera, ya que las pocas cenizas generadas se van enclaustradas en el clínker. Las cenizas entran al horno, donde se manejan a más de 2 mil grados Celsius de temperatura de flama y se asegura totalmente la oxidación de cualquier elemento tóxico”, explica.
El encargado del área de Investigación y Desarrollo de la cooperativa aclara las dudas sobre las emisiones al ambiente. Afirma que todo el carbón de cualquier combustible puro usado para este proceso se transforma en CO2 y sale totalmente estable. El clíncker, donde están encapsuladas e inertes las trazas de cenizas, se combinan y muelen con otros agregados para fabricar el cemento comercial. Este proceso es una fórmula patentada por la cooperativa y sólo puede usarse en su planta de Hidalgo, añade.
Actualmente sólo existen ocho hornos como estos en el mundo y dos están en América, uno en Brasil y el otro en la cooperativa La Cruz Azul, en Hidalgo. “Por eso en Europa los hornos cementeros son muy cotizados para eliminar basura y cuestiones contaminantes. En Europa se usan desde hace 15 años y nosotros (apenas) vamos a manejar ese tipo de combustibles”, afirma Cruz Vega.
Generación de empleos para recolectores
En esta historia el gobierno de Morelos ha dicho que Cruz Azul es parte de la solución para limpiar el estado. En voz del secretario de Desarrollo Sustentable (SDS), Topiltzin Contreras MacBeath, aseguró que con este proyecto se contempla la creación de 500 empleos para personas dedicadas a la recolección, con lo cual tendrían condiciones de trabajo dignas, con horario fijo, así como espacios de trabajo y salarios seguros.
“Con la estrategia emplearemos a los pepenadores. Ellos son quienes tienen la experiencia en el separado del reciclaje, se les capacitará para que trabajen en las plantas de valorización. Los residuos separados serán vendidos a los recicladores de la zona, para solucionar en forma íntegra problemas ambientales, de salud y sociales”, ha dicho el funcionario.
Además se contempla la construcción de ocho plantas de valorización de Residuos Sólidos (RSU), dos de producción de abono orgánico y una de producción de Combustibles Derivado de Residuos (CDR), las cuales serán construidas en conjunto con la cooperativa La Cruz Azul, con el establecimiento de una empresa público y privada, explica la SDS en un comunicado.
Morelos Limpio a detalle
Información oficial señala que Morelos genera dos mil toneladas diarias de basura; actualmente se trabaja con un proceso lineal de recolección y destino de la basura que ha generado 50 predios contaminados y 34 tiraderos a cielo abierto, de los cuales 12 siguen en operación.
Con el proyecto Morelos Limpio la recolección seguirá siendo obligación municipal pero a un costo menor. Incluso el presidente electo de Jiutepec, Manuel Agüero Tovar, afirmó que “vamos a tener un ahorro aproximado del 70%; este dinero nos da la oportunidad a los municipios de invertir en otras cosas, como obra pública o mantenimiento de escuelas”.
Actualmente el traslado de la basura de Morelos implica grandes costos debido a las distancias, ya que el único relleno sanitario que opera con todas las medidas necesarias para prevenir cualquier tipo de contaminación está en Cuautla y es operado por una empresa particular.
Con el trabajo de La Cruz Azul la basura será trasladada a la planta de valorización más cercana para evitar las emisiones de los vehículos y los costos en transporte. Ya en las plantas los residuos pasarán por un proceso de separación, los desechos mejor evaluados térmicamente, es decir, los que puedan generar un alto contenido de energía, serán usados como Combustible Derivado de Residuos (CDR).
El almacén donde llegan los CDR cuenta con la infraestructura necesaria para evitar que los lixiviados traspasen las capas de la tierra y se contamine el subsuelo. Los residuos seleccionados inician un camino hacia el incinerador cementero a través de una banda hasta llegar a la tecnología patentada Disco Caliente (Hot Disk).
Tras la aplicación de una masa de aire caliente, los residuos generan una elevada cantidad de calor y energía, ahí se calcinan a 2 mil grados Celsius caliza y arcilla y se forma la materia prima del cemento, el clínker. Finalmente éste se tritura y se obtiene el cemento, un cemento más verde y limpio.
Fotos: SDS