Jugándose el todo por el todo, el proyecto “Enchúlame la bici” recién ha conseguido un financiamiento colectivo que tiene como objetivo truequear, intercambiar, pero sobre todo enchular bicicletas.
Pablo Correa
Ciudad de México // 17 de enero de 2013
A 24 horas de que terminara el plazo para el financiamiento colectivo del proyecto “Enchúlame la bici”, sus integrantes eran un manojo de nervios. Y es que faltaban algunos miles de pesos para alcanzar la meta de 140 mil pesos que se habían propuesto.
Este joven proyecto comunitario, constante y rodante, participó a través de la plataforma fondeadora Ideame, que muestra y difunde iniciativas con el fin de recaudar recursos para financiarlas. “Enchúlame la bici” participó con una campaña en la modalidad Todo o nada, es decir, de no recabarse el 100% de lo propuesto no se recibiría ni una pizca del recurso.
En un final cardiaco, las aportaciones cerraron duro en las últimas horas y se pudo rebasar el umbral establecido. “Por momentos creíamos que no la íbamos a lograr, faltaban dos semanas y nos faltaba el 40%”, dice Oscar Zúñiga integrante del proyecto y de ADECO (Acciones para el Desarrollo Comunitario), organización que ha ayudado a la difusión y asesoría de “Enchúlame la bici”.
Basado y/o parodiado en Pimp my ride (enchúlame la máquina), un TV Show americano en el que se restauraban carros, “Enchúlame la bici” nació a iniciativa de Sergio Corona (Cheko para los cuates) en los territorios de la Colonia Roma. Al proyecto se fueron integrando otros jóvenes que coinciden con prácticas solidarias, ecológicas y comunitarias.
Aunque el proyecto funciona desde hace 2 años, apenas hace unos 8 meses “Enchúlame la bici” mudo sus actividades a la Colonia Sta. María la Rivera, a una casa construida en 1901 y cuya propietaria es la escritora, académica y feminista Francesca Gargallo. En “Mi verde morada.” como le han bautizado, también convergen proyectos comunitarios, ecológicos y académicos.
Esta casa que antaño fue una fábrica de plásticos, ha dado un giro y hoy es un proyecto verde en construcción. “Enchúlame la bici es quien le dio vida a la casa, fueron los primeros que se atrevieron a vivir aquí”, cuenta Gargallo. “Me encanta porque yo soy bicicleta”, dice muy al estilo Focault: literalmente en todos los sentidos.
Para “Enchúlame la bici” el proceso para fondearse no fue fácil, pero las prácticas solidarias salieron al quite. El video requerido por la plataforma fondeadora lograron truequearlo por una bici con Mircea Topoleanu, fotógrafo rumano quien fue uno de los detenidos el 1 de diciembre pasado y que posteriormente fue deportado a su país.
Para este proyecto las prácticas solidarias son cotidianas, el trabajo cooperativo, el tequio o el trueque, son resultado del bagaje con diferentes colectivos, grupos y personas. “Eso hizo que convergiéramos aquí, coincidencias ideológicas, además de las personales y la amistad”, dice Oscar.
“Estamos abiertos, es cuestión de diálogo, cualquier persona puede intercambiar, además que luego viene gente que tiene otras ideas y otras técnicas, que te retroalimentan”.
Parte medular de “Enchúlame” es el aspecto ambiental, en el taller se trabaja bajo la consigna del reciclaje, así han enchulado más de 100 bicicletas desde que comenzaron a trabajar. Además de sacar del olvido y el desuso a la biclas, también son capaces de transformarlas en bicilavadoras, bicilicuadoras y demás bicimaquinas.
Dentro la plataforma Ideame en la que se alojan proyectos latinoamericanos principalmente de Argentina, Brasil, Chile y México, “Enchúlame” es uno de los proyectos que han alcanzado mayor financiamiento y mayor número de visitas. A pesar de los constantes consejos de no poner una meta de financiamiento tan alta, los chicos de “Enchúlame la bici” se mostraron contrarios.
En dicha plataforma la recaudación de los proyectos oscilan entre los 10 mil y los 100 mil pesos, y son pocos las iniciativas que alcanzan cantidades superiores de financiamiento. “Nos decían: no se metan a pedir tanto financiamiento en ese tipo de plataformas, porque no salen, si van a meter este tipo de financiamientos, pídanlos bajitos de 50 o 60 mil pesos”, narra Cheko. “Pero con eso no nos iba a alcanzar”, agrega Oscar.
Luego del periplo de 55 días que transitaron para fondearse, “Enchúlame” se dispone a remodelar su taller en “Mi verde morada.” Al final el recurso fondeado alcanzó el 131%, con 181 colaboradores y alrededor de 180 mil visitas a su proyecto alcanzaron una cifra de 192 mil pesos que serán invertidos en remodelación, maquinaria, herramienta, así como playeras calcomanías, capacitaciones, enchuladas y bicicletas para las personas que colaboraron.
El recurso fondeado está próximo a ser entregado, y el taller tendrá que estar funcionando en los 30 días siguientes. Aunque la base del equipo son Cheko y Oscar, se están integrando otros “chavos que enchulaban coches y se han cambiado a enchular bicis”.
“Aquí lo más importante son los colaboradores, nosotros al final de cuentas a quien tenemos que responder es a la gente que colaboró, ellos están cercanos al proyecto de alguna manera, van a ser los propios jueces de cómo vamos”, dice Oscar.