Marichuy significa visibilizar a las mujeres que hemos sido siempre excluidas.
Redacción La Coperacha
La Habana – Ciudad de México // 22 de noviembre de 2017
Claudia Korol y su hija tomaron el papelógrafo, colocaron una manta que decía Pañuelos en Rebeldía con un gráfico donde estaba una mujer cubierta del rostro con un pasamontañas y otra con una palestina y se pusieron a hablar sobre la esperanza.
Las argentinas participaron en un encuentro en Cuba donde se habló sobre las diferentes pedagogías que usa la educación popular “para lograr una creación colectiva del conocimiento”, ellas son la pedagogía de la rebeldía, de la autonomía, de la memoria y de la esperanza.
Claudia también habló de los desparecidos, de como el sistema desmoviliza, atemoriza y genera desesperanza. Ante esa falta de esperanza, la candidatura de Marichuy, afirma, le aporta no solo a visibilizar a las mujeres indígenas en México sino a “todas nuestras luchas” feministas.
Educadora popular
Korol es feminista, periodista y educadora popular, amiga de varias mujeres que han dejado huella en movimientos sociales y de resistencia como Berta Cáceres en Honduras y Lohana Berkins en Argentina, caídas a la mitad de sus luchas; y de otras que siguen como Vandana Shiva en la India, y Salam Hamdam en Palestina.
“La esperanza es un insumo fundamental para la lucha revolucionaria”, dice Claudia Korol en entrevista posterior a su ponencia. Se dice feliz por el intercambio de saberes y experiencias que surgen de los movimientos populares, pues “todo lo que surge en términos de saberes enriquecen la teoría”, afirma.
De la educación popular en Cuba, Korol refiere que su aportación ha sido ayudar en los procesos comunitarios de organización como de politización del sujeto social revolucionario y transformador en la isla y Latinoamérica.
Claudia Korol a fuerza de educación popular, de su programa radiofónico Espejos Todavía en FM La Tribu, y de sus publicaciones sobre feminismo, tierra, pedagogías y territorios, construye sujetos y sujetas transformadoras de realidades, “soñadoras de lo posible”, así lo describe.
Luchadoras
Claudia se refiere a Berta Cáceres como “una compañera de lucha por revolucionar las revoluciones” que le enseñó a sentir la tierra. De su experiencia con Salam Hamdam dice estar conmovida, indignada y con rabia por lo que viven las mujeres en Palestina, donde “si cuando sos pobre no tenés nada, las mujeres tienen menos que nada”.
Toca el turno para hablar sobre una mujer indígena mexicana: María de Jesús Patricio, Marichuy, vocera y candidata del Concejo Indígena de Gobierno, respaldada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Korol confiesa que sus impresiones son a la distancia.
“Como mujer me impresiona mucho la fluidez y la capacidad con que la compañera Marichuy asumió este desafío que es muy difícil realmente estar en un terreno donde permanentemente hemos sido ninguneadas y hemos sido desvalorizadas”.
Dice que el el planteamiento del EZLN la tomó por sorpresa pero se entiende desde “la clave de la visibilización de las mujeres que hemos sido siempre excluidas de los procesos políticos, quienes como las mujeres indígenas nunca fueron reconocidas en sus luchas, en sus resistencias, en su creatividad, en su capacidad histórica de sostener proceso comunitarios”.
Descolonizar la política
Afirma que la candidatura indígena es una “apuesta política muy importante” y “tengo toda la expectativa y la esperanza de que sea un aporte no solo para México sino para todas nuestras luchas”. Bajo la mirada de Claudia Korol también aporta a descolonizar las miradas de la política. “Poner el término comunidad en el terreno de la política es una necesidad muy importante”.
Plantarse ante el escenario institucional electoral, cuestionar las reglas e interpelarlas es incluir a un sujeto colectivo histórico negado, es construir desde una clave distinta al partido político tradicional, sintetiza la pedagoga de la esperanza.
La Coperacha
