La Coperacha
Una victoria de las organizaciones sociales.
EDITORIAL
La Coperacha
Ciudad de México // 31 de julio de 2014
Como el caracol que carga con su casa, así salimos de la delegación Coyoacán hace exactamente un año, cargando con nuestro proyecto y vocación a cuestas.
La orden de nuestra salida nos fue comunicada por un funcionario de medio pelo, enviado por su jefazo de escaso pelo, quién gozoso nos soltaba: “Lo que hacen no es de utilidad para la delegación”.
Nos despedían confiados en que le daban el golpe de gracia a nuestra tarea periodística. No sabían lo que hacían.
Para su mala suerte, La Coperacha resultó ser de utilidad para las organizaciones sociales y ellas hacen posible que hoy cumplamos un año navegando en la autogestión.
Un año sin empleo chatarra
Durante más de ocho años desarrollamos nuestro proyecto de comunicación desde la delegación Coyoacán. Algunos funcionarios lo miraban con simpatía y otros con franca desconfianza pues no les abonaba a su “capital político”.
Durante esos años padecimos del empleo chatarra al que están sometidos la mayoría de los trabajadores de las delegaciones políticas y del gobierno de la ciudad…de izquierda.
El Gobierno del DF tiene una enorme deuda con sus trabajadores. En más de 15 años ha practicado subcontratación, el outsourcing, los contratos de honorarios sin prestaciones sociales o los famosos contratos eventuales o de autogenerados.
Estas prácticas son calificadas por abogados como una simulación. El gobierno simula que contrata a empleados por esas vías para no responsabilizarse de cubrir con los derechos laborales y despedirlos sin problema.
Hoy mantenemos una demanda para que el GDF y la delegación reconozcan que se estableció una relación laboral con nosotros y que tienen una obligación que cumplir.
Lamentamos que en nuestra querida delegación Coyoacán siga circulando y contaminando Mauricio Toledo, digno representante de la decadencia perredista: la oveja descarada de Los chuchos. Tendríamos que aplicarle el Hoy no gobierna en Coyoacán y arrastrarlo al corralón.
Muy cobijados con la solidaridad
Las organizaciones sociales protestaron por nuestro despido pero festejaron nuestro pleno acomodo en la autogestión: nosotros pálidos, ellos rozagantes.
De inmediato los primeros auxilios y la solidaridad en cascada nos mantuvieron de pie a los coyotes que hacemos La Coperacha.
En el camino nos ha tocado mal tiempo pero lo hemos sorteado bien: amanece de nuevo pues.
La Coperacha se colectivizó aún más y ya es de las organizaciones sociales, de carne y hueso, que con su confianza y su trabajo nos proveen de temas informativos. Gracias al G-50
También pertenece a las y los colaboradores que con su valioso trabajo constante alimentan nuestra tarea informativa: a Claudia Caballero, Clarita Meyra, Francia Gutiérrez, Xaviera Cabada, Eunice Lozada y Héctor Valdés.
Y desde luego es de nuestros aliados-anunciantes, de nuestros amigos y amigas que le han aportado los recursos necesarios para dedicarnos de tiempo completo a nuestra labor periodística. En este renglón aún tenemos metas que alcanzar.
Pues le seguiremos dando al periodismo fresco y solidario, al que difunde las prácticas económicas autogestivas, las verdes y sabrosonas, aquellas que construyen ciudadanía solidaria y democrática y que camina cultivando esa cultura política… ay ay ayy que nos sirvan las otras.
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