Cooperativa de socios con trastornos mentales
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 21 de abril de 2014
A continuación un diálogo abrupto -recreado con algunas licencias- escenificado en 1982 en el municipio Olot en Catalunya, zona rodeada por un parque natural de bellos relieves accidentados.
-Señor alcalde, queremos hablar con usted
-Ah muy bien, ¿en qué les puedo ayudar? Y ¿quiénes son ustedes?
-Yo soy Cristóbal Colón
-Hooostia, quizá por el pelo largo
-Vengo del hospital siquiátrico al igual que mis 14 acompañantes y queremos abrir una cooperativa que produzca yogur de granja, ¡y será el mejor de Catalunya!
-¡No me jodan! ¿Y su helado de que lo quieren?
-¡Ah que buena idea! Incluiremos helados y de una vez mermeladas
-Uta, ahora resulta que ya soy socio de estos locos, ¡jolines!
Cristóbal Colón existe, tuvo el pelo largo y se dedica a la psiquiatría clínica; la cooperativa se llama La Fageda y es la tercera productora de yogur en Catalunya. Da trabajo a 286 personas, 162 de ellas con disminución psíquica o enfermedad mental. Además de yogur producen helados y mermeladas. Ah, y el alcalde nunca fue socio.
Ni patio de manicomio, ni parodia de terapia
La inquietud de laborar en un cementerio viviente llevó al psicólogo Cristóbal Colón a buscar actividades que le diera sentido a la vida de los internos del psiquiátrico.
Inició con centros de laborterapia, en donde se realizaban trabajos pero que no resultaban de utilidad para nadie.
Cristóbal sabía que ni el patio del manicomio ni la parodia de terapia ocupacional resolvían el fondo del asunto, “Por eso decidí llevar a cabo un proyecto empresarial donde los discapacitados se sintieran útiles y capaces de hacer cosas y hace más de 30 años que empezamos”. De ahí la visita al alcalde de Olot.
Como proyecto empresarial en ese momento “teníamos poco que perder, en el peor de los casos nos quedaba volver al manicomio, que era un drama y eso nos ayuda a seguir adelante”.
El trabajo colectivo, hilo de reinserción
Con el objetivo de lograr la integración sociolaboral de las personas con discapacidades intelectual o trastornos mentales de la comarca de La Garrocha, situada en el nordeste de Cataluña, el proyecto productivo se asume como herramienta terapéutica.
Don Cristóbal opta por la figura cooperativa porque se ajusta a la idea de trabajo que necesita, “Trabajo con sentido, trabajo en equipo, el sentirse partícipe de un proyecto que te trasciende, eso enriquece y enriquece a cualquiera”.
Para facilitar la reinserción laboral, Cristóbal aprende el camino: “diagnosticar qué es lo que puede hacer y enseñárselo, crear alrededor el ambiente de compañeros de trabajo de supervisores, de encargados que ayuden a que esa persona tenga éxito en el proceso”.
Y sobre todo propiciar “el núcleo de relaciones humanas que en todo puesto de trabajo se da”.
Actualmente la experiencia ha trascendido de la cooperativa, “les animamos a que exploren la posibilidad de tener un puesto de trabajo “normalizado” pero a veces no da resultado porque las normas son mucho más rígidas y al final algunas prefieren volver, pero también hay otras que continúan en la empresa ordinaria sin problemas”.
La calidad del yogur, es la apuesta
El proyecto se va construyendo hacia fuera con la imagen de hacer de La Fageda el mejor yogur artesanal y natural sin invertir un solo euro en publicidad. Tampoco pensaron en armar una campaña lacrimógena marca Teletón.
“Se trata de hablar siempre de lo capaces que somos de hacer algo y no de lo discapacitados que estamos para hacer algo. Si esa es nuestra filosofía del trabajo y esa es nuestra razón sería una hipocresía y una contradicción decir: oiga compre usted este yogur que está hecho por personas discapacitadas”, apunta Cristóbal Colón.
La gente hoy compra los yogures de La Fageda porque son los mejores, aunque son hasta 40% más caros que los producidos por Danone y Nestlé, “y luego cuando se enteran de que esos yogures caros y buenísimos, los hace un proyecto social, entonces son clientes nuestros para siempre”.
Cooperativa exitosa que no busca expandirse
La cooperativa factura 11,5 millones de euros al año y produce 45 millones de unidades, posee 1,500 puntos de venta.
Es un modelo sostenible que respeta a los animales y su entorno de la Fageda den Jordà, que es una Reserva Natural que comprende un bosque de hayas, árbol de la familia de las fagáceas.
La Fundación Empresa y Sociedad le reconoció a la cooperativa en 2005 como la mejor iniciativa de inserción laboral y en el año 2012 obtuvo el Premio INTEGRA de BBVA, por su labor como iniciativa innovadora.
En Catalunya La Fageda es la tercera marca más vendida, después de los grandes poderosos, pero el proyecto ya ha cumplido con sus principales metas y no piensa extenderse.
“Ya ha cubierto su objetivo que es dar trabajo al colectivo de personas con discapacidad intelectual y con enfermedad mental grave de la Comarca de La Garrocha. Un proyecto de estas características, para que funcione realmente, no puede ser muy grande”.
Y en cuanto a negocio y al mercado se piensa igual: “nuestro proyecto tiene éxito, porque nuestros yogures son muy buenos, y si queremos que sigan siendo muy buenos, pues la calidad va reñida con la cantidad. Nosotros no queremos crecer ni tener la máxima cuota de mercado”, remata Cristóbal Colón.
Quién ya puede estar tranquilo viviendo en el parque natural entre bellos relieves accidentados, muy lejos de aquel manicomio de frío patio sin almas ni yogures.
Fuentes consultadas:
El Economista.es, Conocimientos tras el Diván, Revista Compromiso Empresarial, ABC.es La Fageda otra empresa es posible. Universia Business Review, Video producido por IESE Business School