Se suma al rechazo mundial contra los cultivos transgénicos.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 08 de julio de 2016
Esta semana se cumplieron tres años de protección jurídica de las siembras de maíz nativo ante los maíces transgénicos gracias a la Demanda Colectiva interpuesta por campesinos, investigadores, académicos, apicultores, organizaciones sociales y defensores de derechos humanos.
A la fecha la Demanda Colectiva ha logrado la suspensión definitiva de permisos de liberación al ambiente o siembra de maíz transgénico para fase comercial hasta que se resuelva en definitiva el juicio colectivo.
Lo anterior gracias a la sentencia del magistrado federal, Benjamín Soto Sánchez, emitida el 8 de marzo de este año. Además ha enfrentado y solventado 102 impugnaciones de los demandados: la Secretaría de Agricultura, la de Medio Ambiente y cinco trasnacionales, entre ellas Monsanto.
En un comunicado las organizaciones y personas que interpusieron la Demanda Colectiva celebraron el aniversario del inicio de la defensa del maíz nativo y el campo mexicano, aunque reconocieron que “falta mucho para desterrar este peligro y evitar un despojo más de la riqueza que los indígenas, campesinas y campesinos le regalaron al mundo”.
“Esta amenaza a nuestro maíz no está aislada de los múltiples golpes que se asestan a la población rural de nuestro país y a la cultura profunda”, señalaron los demandantes.
Uno de los objetivos de la demanda es que los tribunales federales declaren que “la siembra de maíces transgénicos, daña el derecho humano a la conservación, utilización sostenible y participación justa y equitativa de la diversidad biológica de los maíces nativos”, y que también lastima “los derechos de los pueblos originarios, a la alimentación y a la salud”, afirmaron en el comunicado.
La colectividad puntualizó que “aspira a resguardar a los maíces nativos que se siembran en el 75% de la superficie que es cultivada con maíz en México, amparar a las familias campesinas proveedoras de alimentos, al 70% de la población que vive en condiciones de pobreza y proteger la salud de todas y todos los mexicanos”.
Con el proceso de la Demanda Colectiva, “México se suma al rechazo mundial contra los transgénicos”, afirman. Pues se ha prohibido la siembra de cultivos transgénicos en diecinueve países, doce de Europa, cinco de América Latina y en dos de Asia.
“Estas prohibiciones se fundamentan en evidencias de menor rendimiento de cultivos transgénicos, del aumento de la resistencia de insectos a insecticidas como el Bt y de las hierbas al herbicida glifosato, (sustancia usada en monocultivos transgénicos y que ha sido identificada por organismos internacionales como probable cancerígeno humano), así como en las pérdidas de diversidad biológica”.
