Organizaciones y comunidades de Puebla presentan evaluación de afectaciones a derechos humanos ocasionados por Almaden Minerals.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 04 de abril de 2017
En la Sierra Norte de Puebla, municipio de Ixtacamaxtitlán, la minera canadiense Almaden Minerals tiene el proyecto de explotación de oro y plata a cielo abierto, en un tajo equiparable a 140 estadios de futbol profesional, que generaría daños al agua, la salud y el medio ambiente.
Lo anterior lo denunciaron pobladores afectados por la actividad minera, acompañados por organizaciones sociales, durante la presentación del informe “Minería canadiense en Puebla y sus impactos en los derechos humanos”.
“Desde antes del 2005 comenzaron a llegar a mi comunidad los del proyecto minero. Es un proyecto muy devastador, si se llega a hacer la contaminación sería tremenda”, sostuvo Francisca Zamora Morales, de la comunidad de Santa María Zotoltepec, en Ixtacamaxtitlán.
Dentro de la evaluación presentada por organizaciones y comuneros se concluye que en Ixtacamaxtitlán “los derechos al agua, el medio ambiente ya la salud no están garantizados y la minería a cielo abierto les hará daños irreversibles”.
Mentiras y omisiones
La minera canadiense, que se maneja con el nombre de dos subsidiarias en nuestro país, Minera Gavilán y el Gorrión, ha mentido y omitido información tanto a sus accionistas, como a autoridades mexicanas y a las propias comunidades de la Sierra Norte de Puebla, denunciaron integrantes de la Unión de Ejidos y Comunidades en Defensa de la Tierra, el Agua y la Vida, Atcolhua.
Organizaciones como el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural (Cesder), el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec) y el Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (Poder), documentaron dichas irregularidades a partir de información oficial, de la empresa para inversionistas, así como de interacciones de la minera con las comunidades.
Almaden Minerals informó en febrero de este año, a través de un comunicado de prensa, que continuará “agresivamente” la exploración en la zona, a pesar de que su informe preventivo fue rechazado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), señaló Patricia Legarreta de Poder.
A partir de un juicio de amparo contra la actividad minera presentado por la comunidad, Almaden mantiene frenado su proyecto en la fase de exploración, sin embargo la minera cotiza acciones para financiar una nueva etapa de exploración y no ha informado a sus inversionistas del recurso legal en su contra, informaron los afectados.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) inició una investigación a partir de la denuncia popular por realizar 236 barrenos no autorizados y con riesgo de haber perforado el acuífero, añadieron los habitantes de Ixtacamaxtitlán. Esa investigación tampoco ha sido informada a los inversionistas.
El Comité del Agua de Ixtacamaxtitlán denunció que la empresa ha mentido a la población al decir que el cianuro usado en el proceso de lixiviación no contamina el agua. Por su parte Diana Pérez, integrante de Imdec, señaló que la empresa “más que informar sobre el contenido del proyecto y que su tajo de mina serán por ahí de 140 canchas de futbol profesional”, ha resaltado la entrega de becas, celulares y sillas de ruedas, “ha sido una cuestión de compra de voluntades”.
El amparo que frenó a la mina
Nicéforo Lobato Martínez y Alberto Martínez Hernández son habitantes de la comunidad de Tecoltemit, ambos junto a la Unión de Ejidos y Comunidades en Defensa de la Tierra, el Agua y la Vida presentaron el amparo (445/2015) que hoy mantiene parada a la minera.
“Empezamos a darnos cuenta de eso y por medio de investigaciones supimos que era dañino para los pueblos, a los abogados les preguntamos si podíamos meter un amparo y dijeron que era muy necesario”, dice Nicéforo. “No ha habido ningún diálogo con la empresa y eso es lo que más nos molesta, porqué se metieron nomás así”, añade el también socio de la cooperativa Tozepan Pankizaske.
El habitante de Tecomitl, población de 400 personas, señaló su preocupación por el agua, pues en el sitio donde la minera barrenaba, nace una línea de acuíferos que se convierte en el Río Apulco y llega hasta Tecolutla, Veracruz.
“Queremos que se cancele el proyecto y que se vayan de aquí de nuestro municipio por la buena porque no queremos que haya problemas más graves, porque nosotros no nos vamos a dejar”, afirman Alberto y Nicéforo en una sola voz.
Somos nativos de la sierra
Alejandro Marreros, del Cesder, sostuvo que para el gobierno, bajo su idea de desarrollo la llegada de las mineras le hace bien a las comunidades, piensan que va a llegar el empleo y se va a combatir la pobreza, sin embargo “hasta hoy no ha comprendido que ese tipo de desarrollo no es el que quieren las comunidades”.
Doña Francisca Zamora agrega: “somos nativos de la sierra y jamás se ha visto que una persona se muera de hambre, porque nosotros vivimos del campo y sabemos vivir del campo”.
Afirma que no necesitan de la minería “porque nada más va a ser temporal, terminándose el proyecto, qué sigue, nos vamos a quedar sin agua, tierra contaminada y sin empleo”.