Debe ser aprovechado por las cooperativas para impulsar el modelo a pesar de la subordinación del gobierno al FMI y al Banco Mundial.
Héctor Bautista
Ciudad de México/ 27 de marzo de 2012
Para Paco Saucedo, asesor cooperativista e impulsor de la actual Ley de Fomento Cooperativo del DF, resulta una contradicción que México adopte las medidas internacionales del Año Internacional de las Cooperativas y nuestro país sostenga prácticas contrarias al cooperativismo.
Entrevistado en la casona del Grupo Tacuba, sede de varios proyectos cooperativos que ofrecen servicios a miles de visitantes del Centro Histórico capitalino, Saucedo muestra su visión del momento actual de las cooperativas y las responsabilidades de los gobiernos.
– ¿Cómo tomar el Año Internacional de las Cooperativas?
– Es una iniciativa que hay que aprovechar. El 2012 a los cooperativistas nos debe servir para impulsar el modelo de manera autónoma e independiente, para fomentar la unidad, para reconocer que hay cooperativas que han sido económicamente rentables, no sólo las grandes, sino otras pequeñas que son sustentables.
Hay que insistir y difundir la intención de la cooperación como una alternativa para las situaciones trágicas de falta de empleo, falta de ingresos, falta de productividad.
– ¿Y cuál debe ser el papel del gobierno en el Año de las Cooperativas?
-Yo esperaría un gobierno más consecuente con el Año Internacional de las Cooperativas, pero veo una subordinación tremenda a quienes llevan las riendas de la globalización, al FMI y al Banco Mundial.
Calderón ha elevado la cuota de nuestro país al FMI para incidir. Me parece ridículo, infantil, ingenuo, pensar que México tenga la capacidad de incidir en esas políticas de carácter internacional, cuando tenemos una calidad de vida deficiente los mexicanos.
En cuanto a su responsabilidad con las cooperativas ha habido una involución del Estado mexicano, ha habido un retroceso. El Estado no se está haciendo responsable de lo que el Artículo 25 señala, del sector social de la economía como uno de los tres pilares fundamentales de la economía y la sociedad mexicana.
Te pongo un ejemplo, Sedesol te pide que no seas cooperativa, que mejor te conviertas una asociación civil, y eso es estar en contra del cooperativismo, es una agresión al cooperativismo, y es una contradicción que a nivel internacional, en el concierto de las naciones decidan declarar el Año Internacional de las Cooperativas y en nuestro país te encuentras una realidad contraria.
– Pasando al papel de las cooperativas ¿cuáles experiencias mexicanas podrían replicarse?
-Algunas de Alcona, de Pascual y de Cruz Azul en términos de empresas colectivas que en manos de trabajadores tienen muchos beneficios.
Hay otras en Tacámabaro, Michoacán, que es un pueblo con una gran cultura cooperativa, tienen cooperativa de ahorro, de consumo, de producción y comercialización de aguacate que exportan a Estados Unidos a Canadá a Japón y a Europa. Hay cooperativas pequeñas que son exitosas en el sentido de que están generando ingresos para desarrollar sus actividades con cierta dignidad.
– ¿Y sobre las empresas recuperadas por trabajadores como modelo a seguir?
-No hay experiencias salvo la de Pascual y la de Tradoc recientemente, pero no se ha difundido su resultado. Yo estoy convencido de que el problema de Mexicana podría ir dirigido hacia una cooperativa, lo mismo lo del SME, pero hay que saldar antes los agravios políticos y laborales.
La cooperativa no es una alternativa sólo para los pobres, es una alternativa de desarrollo de la economía del país.
Cuando tienes a la mitad de la población económicamente activa incorporada al mercado informal quiere decir que el modelo no sirve, pero también que algo está pasando en el mundo de la informalidad que la gente sobrevive, la gente sobrevive porque hay cadenas de solidaridad por abajo y muchas son expresiones de carácter colectivo y son el germen de un cooperativismo más organizado.
– ¿Desde tu opinión qué necesitan las cooperativas para consolidarse?
– Una parte está en el tema organizativo, que es un proceso que incorpora las cuestiones de educación y capacitación en términos colectivos. Otra es la relacionada a la movilización, la integración, ir construyendo un movimiento social que vaya resolviendo particularidades, por ejemplo el financiamiento inicial, que es fundamental para el despunte de cualquier cooperativa.
También son necesarios los instrumentos del fomento, de capacitación, del gobierno, que permitan que la gente tenga de dónde agarrarse para desarrollar una cooperativa. No hay eso en el entorno, tú vas al gobierno de la ciudad, a las delegaciones o al municipio y ¿quién te echa la mano? ¡Nadie sabe!
En el caso de la Ciudad de México está la ley pero no se ha instrumentado, hay delegaciones que tienen que crear sus instancias de fomento cooperativo, algunas ni lo han hecho o lo han hecho a medias.
– ¿Y las tareas de las cooperativas?
– Hay que crear los instrumentos propios de las cooperativas, no podemos depender las cooperativas de que la ley nos diga aquí están las instancias que nos van a acuerpar.
También difundir el cooperativismo este año. Hay que meter el tema en la agenda y quitar este tipo de autoridad que tiene el G20 en el mundo. Debemos levantar la bandera del cooperativismo ante los países del G20 con acciones de difusión, organización y movilización.
