Hoy sabemos que tenemos un territorio en común, por el que tenemos que luchar: Graciela de la Luz Martínez
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 17 de julio de 2018
La lucha por el agua y la defensa del territorio en la Cuenca de la Independencia son prioridad para el Centro de Desarrollo Agropecuario (Cedesa), ubicado en el km 1 de la carretera hacia el Llanito, del municipio de Dolores Hidalgo, Guanajuato.
El centro inicia con la llegada del padre Guillermo Dávalos a la parroquia de Dolores Hidalgo, quien comenzó con un proceso de sensibilización en las comunidades indígenas de la zona, indica Graciela de la Luz Martínez, integrante de Cedesa.
En los años setenta, la dirección de Cedesa la asumieron Lucha, Teresa y Graciela, quienes buscaron organizar a las comunidades, e iniciaron con su alfabetización, además de llevar proyectos de salud y apicultura para concientizar sobre la defensa del territorio y del medio ambiente, su principal objetivo era trabajar con la comunidad para enfrentar uno de los problemas más fuertes en ese momento, la falta de agua en la región.
A principios de nuevo siglo, se dieron a la tarea de desarrollar nuevos proyectos, como el de la “Vivienda campesina sustentable”, este consistían en construir ecotecnias para potenciar el tema del agua en la región, “hoy esas comunidades han crecido en la parte económica y en un proceso de vida propio”, indica Graciela.
Actualmente el agua sigue siendo un eje muy importante para Cedesa. En el 2009 establecen una relación con el centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, campus Juriquilla, Querétaro, con el que realizan una investigación sobre el agua en la región.
Para las comunidades aledañas fue un parteaguas, menciona Graciela, porque al participar en el primer diplomado práctico en aguas subterráneas, tomaron conciencia del grave problema que hay con el agua de la Cuenca de la Independencia.
Este concepto de Cuenca de la Independencia fue establecido por el Centro de Geociencias, en Cedesa lo retomaron y menciona Graciela, se lo apropiaron, “porque nos ha empoderado, porque hoy sabemos que tenemos un territorio en común todas las organizaciones que estamos aquí, por el que tenemos que luchar, dejando la vida incluso si se requiere en este caminar”, finaliza.
La Coperacha
