Bicicooperativa Urbana: Un evangelio para la bicicleta

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¿Qué puede unir a una serigrafista, un electricista, una actuaria, un mercadólogo, un músico, una comunicóloga y una bióloga? Es la pasión por la bicicleta, fuerza que hace que a diario entreguen facturas, actas de nacimiento o un ramo de flores a la ciudad.


Pablo Correa
Ciudad de México // 30 de octubre de 2012

“La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibro hay que seguir pedaleando”. Albert Einstein

Esquivar baches, lidiar con impacientes taxistas y sus malos hábitos, sortear a hoscos perros que se lanzan al ataque, hacerse visibles ante la monstruosidad de los camiones, son sólo algunas de las pruebas que pasan a diario los mensajeros de la Bicicooperativa Urbana; todo, con el fin de entregar facturas, actas de nacimiento, o un ramo de flores a la ciudad.

Con una vida reciente como cooperativa, estos bici-mensajeros ejercen de manera doctrinaria y abierta su pasión por el uso indiscriminado de un artefacto venido del siglo XIX, la bicicleta.

La Bicicooperativa nació a principios de 2011, en medio del bum y euforia por el uso de la bicicleta que atraviesa la Ciudad de México. Varios de estos mensajeros cansados de tener un trato injusto decidieron apostarle a un proyecto cooperativo.

Este es el caso de Rodrigo Porrúa, a quien llaman “El costumbre”, cuenta que antes de ser parte de la Bicicooperativa trabajaba para una compañía de mensajería en bicicleta que “me pedía hasta la mitad de la mensajeada, y además me mandaba los envíos lejanos y los patrones o dueños se llevaban las que son cerquita, se me hacía muy injusto y acabé siendo invitado a formar parte de la cooperativa”, narra.

Rodrigo usa todo tipo de bicis y su gusto por la bici nació en un microbús de San Ángel a Atizapán. Dos horas de ida y dos de venida le hicieron reflexionar y bastante harto un día dijo: “esto no es vida”.

“Cuando me corrieron de la chamba (la bicicleta) fue como mi escape, entonces se abrió una forma de vida que incluía dos ruedas y dos pedales, ahora ruedo del diario”, cuenta.

Una Bicicleta de a dos
Para ir muy lejos tu y yo
Toda la gente se asombrará
Cuando nos vea pasar

Una bicicleta para dos, canción. Cesar Banana Pueyrredon

La experiencia de Gabriela Manjarrez, o Nade como le dicen sus compañeros, al inicio no fue muy diferente, “Cuando estuve mensajeando igual me daban las más lejanas y las de subida, y mis distancias más largas eran al norte Naucalpan, y al sur Mixquic”.

Nade se considera una ciclista tardía, pues tuvieron que pasar 25 años para que tomará una bici otra vez cuando a su ex se le ocurrió comprar bicis para usar menos el coche. Cuenta que al inicio la bicicleta no fue nada importante para ella, aunque luego de su divorcio y tras verse en la necesidad de conseguirse un trabajo, Nade tomó la bici a falta de dinero para transportarse.

“Me agarré de todo valor y empecé a tomar mi ruta, la mitad del trayecto era ciclopista y mitad calles, así hasta que la bici empezó a formar parte de mí, ya después agarré ritmo”.

“Las bicicletas son catalizadores sociales que atraen a una categoría de gente superior”. Chip Brown

La Bicicooperativa gira alrededor de la bicicleta, y los servicios van desde la asistencia mecánica, el diseño y la instalación de biciestacionamientos hasta @bicienvía su proyecto de mensajería que es el más desarrollado y su actividad principal.

Además los miembros de esta cooperativa son usuarios notables de las redes sociales, y es a través de éstas que captan parte de sus servicios. El servicio de mensajería o @bicienvía, cuenta con tres modalidades que son la mensajería programada que se hace con tiempo de anticipación, la express que se realiza de manera urgente; y por último las masivas, en la que se realizan varias entregas.

La distancia que pueden recorrer estos ciclistas urbanos, aunque es variable, puede llegar hasta los 120 kilómetros en un solo día. Nade por ejemplo explica que la distancia más larga en un día para ella ha sido de 80 kilómetros.

“Si montas en bici eres mi amigo”. Gary Fisher

Hasta ahora esta cooperativa está formada por siete socios, sin embargo hay otros tres mensajeros externos que podrían integrarse próximamente.

Aunque son relativamente nuevos en el mundo de las cooperativas, para la mayoría de estos bicimensajeros no son extraños los conceptos de solidaridad y equipo. Muchos de ellos se han formado y rodado con los diversos grupos de ciclistas que diariamente recorren la ciudad de México. Grupos como Bicitekas, División del Sur, Mujeres en Bici, o Biciosos por mencionar algunos.

“Esto del cooperativismo es novedad para nosotros, aunque ya había algo de experiencia por lo que surge en México, los grupos ciclistas, el sindicato, entonces hay algo de experiencia en trabajar en equipo, y en la asamblea”, dice Rodrigo, quien fue trabajador de Luz y Fuerza del Centro.

<B<“La tolerancia requiere el mismo esfuerzo del cerebro que mantener el equilibrio sobre una bicicleta”. Helen Keller

Todos coinciden en que la población que usa bicicleta ha crecido de forma exponencial en los dos últimos años e inclusive hay más políticas, “aunque todavía falta mucho de cultura vial para ciclistas, automovilistas y peatones”, dice Estela Rivera.

Los miembros de la Bicicooperativa, por default son activistas perpetuos del uso de la bicicleta, así como defensores de los espacios públicos. “Los testigos de jehová me alucinan por mi evangelismo bicicletero”, dice con una sonrisa “El Costumbre”.

Afirman que la ciudad no es peligrosa, sino amable, y a diario lo comprueban con fehacientes recorridos. “La ciudad no es peligrosa, puede ser tan peligrosa, es tan peligrosa como tú la quieras experimentar, pero si estás preparado no representa tanto riesgo. La ciudad es muy pedaleable”, concluye Nade.

La edad, la profesión, o la forma de ser, son aspectos que separan a estos mensajeros, nada que una bicicleta no pueda zanjar. “Nos encanta ser bicimensajeros, es una misión, nosotros llevamos un mensaje y pues la adrenalina y emoción de llevarlo a su lugar en bicicleta nos motiva”, explica Jessica Ramírez.

Así, la Bicooperativa va por las subidas y planicies de la ciudad, entregando libros, herramientas para dentistas, partes de bicis, pero sobre todo el evangelio de la bicicleta, que se predica desde los pedales.

La Bicicooperativa Urbana es integrante de la red de cooperativas “G-50”

La Coperacha

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