Combate el patriarcado, el capitalismo y el Estado-nación.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 22 de diciembre de 2016
Después de la cosecha, las mujeres cooperativistas de la Región de Rojava, en el norte de Siria, producen tonelada y media de pasta de pimiento rojo. Su trabajo y su gestión colectiva se suman a otras iniciativas feministas que le dan rumbo a la revolución kurda.
En el combate contra el patriarcado y en medio del conflicto bélico sirio, la iniciativa kurda combina la asignación de cuotas de participación de género con la promoción de organizaciones exclusivas de mujeres.
La ciudad de Alepo, asolada por la guerra, se encuentra a 64 km de Afrin, uno de los distritos autónomos de la Región de Rojava.
La idea política la llaman modernidad democrática y descansa en una visión ecológica, en la democracia directa y en la liberación de la mujer; busca sentar bases para una sociedad libre donde las distintas etnias y religiones convivan en paz: abandonando así la idea de Estado-nación monocultural.
Las mujeres en las milicias
La revolución kurda tiene como escenario la Región de Rojava en el norte sirio y se desarrolla en el contexto de la guerra civil que, al expulsar al grupo Estado Islámico, se conforma en una región autónoma a partir del 2012.
En la derrota infligida al grupo también conocido como Daesh, participaron activamente las milicianas de las Unidades de Defensa de las Mujeres, lo que representó además un golpe al pensamiento patriarcal de los fundamentalistas islámicos.
Havin Güsner, ingeniera y periodista del movimiento de liberación kurda, afirma que las mujeres están muy bien organizadas porque “han tenido que defenderse ellas mismas”.
El líder político del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) Abdullah Öcalan, reconoce que desde 1980 dentro y fuera del partido, las mujeres han construido sus propias organizaciones y han tomado “decisiones que no sólo les conciernen a ellas como mujeres sino que también conciernen a la sociedad en general”.
Y también en las cooperativas
El Comité Económico de las Mujeres se creó en agosto de 2015 y tiene como misión facilitar la creación de cooperativas exclusivamente de mujeres. Contempla la capacitación, el acompañamiento y la vinculación para la comercialización de los productos.
En los distritos que componen la Región de Rojava, Afrin, Cizire y Kobane, se construye la economía basada en las necesidades de la comunidad y se apoya la creación de cooperativas de mujeres. Se busca producir de forma ecológica, sustentable y localmente.
Las cooperativas pueden ser desde cuatro socias hasta un máximo de 200, como es el caso de algunas agrícolas. Existen giros que van del cultivo de trigo y de verduras a la producción de leche y yogur, las que venden pan y las dedicadas a la ganadería.
Las cooperativas acuerdan la distribución de sus ingresos. En promedio va un 50% para las socias y un 25% para inversión. Se asigna un porcentaje para la comunidad, que puede ser para la salud. El Comité Económico recibe hasta el 2% de cada cooperativa, para su operación y la promoción de otros proyectos.
El desafío es librar los obstáculos que impone el bloqueo económico de Turquía. Internamente las dificultades mayúsculas son las responsabilidades y el tiempo que representan los cargos en las cooperativas.
¿Cuota de género o la organización autónoma?
Delal Afrin, directora del Comité Económico de Mujeres, afirma que los derechos de hombres y mujeres deben ser exactamente los mismos, pero que el desequilibrio histórico no se resuelve únicamente con las cuotas de género.
“Las mujeres todavía necesitan defenderse de la violencia masculina. No pueden expresarse plenamente y libremente. Esta es la razón por la que se puso en marcha la organización autónoma de mujeres”, dice Afrin.
Baste decir que la ex-guerrillera kurda Hediya Yousef, es desde marzo de 2016 la co-presidenta de la Federación del Norte de Siria Rojava, cargo que comparte con el árabe Mansur Selum, pues para todos los cargos deben estar una mujer y un hombre.
Del Estado – nación al confederalismo democrático
El Partido de Trabajadores Kurdo, de origen marxista, históricamente luchó por un Estado Kurdo que abarcaría parte de Siria, de Irán y de Turquía. Ahora promueve el confederalismo democrático de zonas autónomas.
Atrás han dejado la idea de un Estado-nación monocultural y están construyendo un sistema autónomo e incluyente. “Nos vamos a organizar desde las raíces, desde abajo hasta arriba con los árabes, los chechenos, sirios y claro, kurdos”, reconoce Havin Güneser.
Los tres distritos autónomos de Rojava se integran en un confederalismo democrático; su expresión formal es llamada Federación del Norte de Siria y congrega a más de 4 millones de personas.
Durante el Seminario del Pensamiento Crítico contra la Hidra Capitalista, organizado en mayo del 2015 por los zapatistas en San Cristóbal de las Casas, Havin marcó que la lucha por la autonomía y contra el patriarcado es universal.
También recordó que en la lucha por un estado socialista se perdió mucha energía y se exacerbaron los nacionalismos: “Cuando esta esperanza se perdió, vemos los ejemplos de los zapatistas y los kurdos”.
En las montañas kurdas, cruzadas por un conflicto internacional, camina una experiencia desde hace más de cuatro años que se construye desde la democracia directa, el feminismo, el cooperativismo y que ha renunciado a erigir un nuevo estado.
Con información de: Economía cooperativa en Rojava, Rojava Comunalismo Libertario desde el Kurdistán Occidental, Intervención de Havin Güneser en el Seminario del Pensamiento Crítico contra la Hidra Capitalista.
Foto: Rojava Azadi