Con su historia se han hecho tesis, documentales y ha salido a países como Colombia, España, Italia y Costa Rica.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 07 de noviembre de 2018
El día de ayer se cumplieron ocho años de que “Don Pili” se convirtió en el primer socio tumista. El Túmin, la moneda comunitaria que nació en el poblado indígena El Espinal, Veracruz, pasó de tener 70 socios a casi 1,800 en 20 estados del país.
Carpinteros, comerciantes, dentistas, estudiantes, albañiles, profesores, jubiladas, encargados de carnicerías, tortillerías y diversos negocios comenzaron en noviembre de 2010 los intercambios de sus servicios y productos con una moneda ilustrada con figuras de artistas plásticos mexicanos como Diego Rivera.
El promotor del Túmin, Juan Castro Soto, destacó que la moneda ha crecido por su propia inercia y a partir de la construcción de regiones autónomas, donde los socios gestionan sus propias monedas comunitarias. Actualmente existen el Túmin Totonacapan, Túmin Chiapas, Túmin Náhuatl y Túmin Oaxaca.
En ocho años al Túmin se le ha acercado la academia y los estudiantes, se han hecho más de cinco tesis de universidades como la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Pedagógica Nacional y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Además se han elaborado algunos documentales.
Juan Castro recordó que la moneda del Totonacapan se pensó para ayudar a una economía local, en medio de la pobreza, y en ese tema, evaluó, no ha tenido más avances pues el perfil de los socios no es de grandes productores.
Un rasgo que ha generado la moneda es la identidad, reconoció. “Se ha identificado a El Espinal como cuna del Túmin y también a nivel nacional hay una identificación de parte de los socios”. A nivel internacional los usuarios la han presentado en países como Colombia, El Salvador, España, Costa Rica, Perú e Italia, apuntó Castro Soto.
En este tiempo el Túmin superó una demanda del Banco de México, quien los acusó de pretender desestabilizar al peso, motivo por la cual tuvieron que realizar peritajes antropológicos para demostrar que eran parte de una comunidad indígena y no pretendía desestabilizar nada.
A un día de que se realice la fiesta del octavo aniversario en la Casa del Túmin del Espinal, Castro Soto reconoció que el reto principal de la moneda es no repetir los procesos capitalistas. “El reto del Túmin es ideológico, influir en la cultura ciudadana, en un sentido de ayuda mutua, cooperación, confianza y honestidad”.
