Campaña Sin Maíz No Hay País cumple diez años: “el maíz es un asunto de seguridad nacional”.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 27 de junio 2017
La Campaña Sin Maíz No Hay País celebró en el Museo de las Culturas Populares diez años de defender la soberanía alimentaria, la agricultura campesina y el derecho a la alimentación saludable.
A una década del anuncio de la liberación total de la importación de maíz y frijol comprometida en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y ante el actual anuncio de su renegociación, la campaña nacional expresó que el maíz es un asunto de seguridad nacional y reiteró su demanda de que salga del tratado comercial.
Víctor Suárez, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC), quien forma parte de la campaña, señaló que en los 22 años de vigencia del TLCAN se han importado 160 millones de toneladas de maíz con un valor de 30 mil millones de dólares.
“El maíz no es una mercancía más, es un asunto de seguridad nacional y de soberanía agroalimentaria nutricional, del respeto a los modos de producción de vida y cultura de las comunidades y pueblos indígenas”, explicó.
Agregó que México “es el primer importador mundial del maíz, siendo que somos centro de origen y diversificación de maíz y que tenemos toda la capacidad productiva: tierras, semillas, cultura, agricultura para producir nuestro propio maíz”. Tan sólo el año pasado se importaron 12 millones de toneladas de maíz “que pudo haberse producido en este país promoviendo empleo e ingreso”, dijo.
10 años de logros
Clara Sánchez Pérez perteneciente al grupo de productores de maíz Vicente Guerrero que se ubica en Tlaxcala, destacó que hace diez años más de 300 organizaciones campesinas, sindicales, ambientalistas, de derechos humanos, instituciones académicas y científicas se unieron para defender la soberanía alimentaria y la reactivación del campo bajo el lema: “Sin maíz no hay país y sin frijol tampoco”.
Entre los logros de la campaña Sin Maíz No Hay País destacan: elevar a rango constitucional el derecho a la alimentación, la instauración del 29 de septiembre como día del maíz, concientizar sobre la calidad de los alimentos que consume, la exigencia de los derechos a través de instrumentos jurídicos como el que ocurre contra la siembra de maíz transgénico; y ser un referente en propuestas alternativas para producir alimentos sanos.
Entre los retos se encuentran retirar la agricultura y la alimentación del TLCAN, prohibir la siembra del maíz y soya transgénica, conservar las semillas campesinas, reivindicar a la alimentación sana, la defensa social de la tierra, defender el agua como derecho humano para la producción de alimentos nacionales, así como promover la siembra de cultivos agroecológicos e incentivar las cadenas cortas agroalimentarias.
También resaltaron la creatividad plasmada de estos diez años en innumerables acciones como: conferencias, exposiciones, debates, ferias agrícolas, el fomento al comercio justo y el intercambio de semillas.
Además destacaron las diversas convergencias dentro de las que participan como lo son: El Carnaval del Maíz, La colectividad demandante contra la siembra del maíz transgénico, las Jornadas Nacionales de Defensa de la Tierra, el Agua, el Trabajo y la Vida; así como la Alianza por la Salud y la Convergencia México Mejor Sin TPP.