Agrotóxicos causaron más daños a las abejas que los efectos del huracán Beryl.
El Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes difundió que apicultores de Ich-Ek, en el municipio de Hopelchén, Campeche, encontraron 248 colmenas de 11 apiarios con muerte total de sus abejas, durante un recorrido posterior al paso del huracán Beryl el viernes 5 de julio de 2024.
El recorrido realizado después del paso del huracán tenía como intención constatar los daños que pudieron haber sufrido las abejas. Los apicultores no hallaron daños ocasionados por el fenómeno hidrometeorológico, sin embargo, confirmaron la muerte a causa de plaguicidas “de más de 248 colmenas, lo cual representa la pérdida total del patrimonio de más de 40 años de trabajo de las familias apicultoras”.
Los apicultores identificaron un campo cercano con cultivo de chile habanero, dentro de un polígono de aproximadamente 1.5 por 3 Km. El plantío presentaba “diferentes etapas de cultivo”, al ser un cultivo con “gran susceptibilidad a las plagas requiere de grandes cantidades de sustancias altamente tóxicas para las abejas y la biodiversidad”.
La mortandad de abejas en Ich-Ek se suma a las identificadas por el Colectivo Maya de los Chenes en marzo de 2024, en las comunidades de San Francisco Suc-Tuc y Crucero Oxá. De acuerdo con el Colectivo, las comunidades de Hopelchén cuentan con amparos judiciales y suspensiones definitivas contra el uso de agrotóxicos en su municipio, sin embargo, su uso continúa.
El Colectivo denuncia que los gobiernos Federal y estatal continúan con el “impulso a la producción agroindustrial en el Estado de Campeche”, lo que consideran promueve “prácticas de producción con consecuencias negativas sobre la biodiversidad y las comunidades mayas que han dependido por generaciones de la actividad apícola”.
Para el Colectivo “la evidente desvinculación interinstitucional” demuestra la evasión de responsabilidades de ley de los gobiernos para frenar el uso de “sustancias altamente peligrosas no solo para las abejas, sino también para la salud humana de las poblaciones aledañas”. Lo cual, consideraron que afecta a la autonomía alimentaria y socioeconómica del Pueblo Maya.
Los apicultores afectados declararon que “después de una década de denuncias y acciones legales nos enfrentamos a un sistema de justicia ineficiente y discriminador”, con el que se priorizan los privilegios económicos y la devastación del territorio. Por lo tanto, demandan una “respuesta urgente” por parte de los tres niveles de gobierno, con la que se detengan eventos de mortandad apícola.
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