Michmani: un santuario para Axólotl

Lo que nació como una organización de pescadores de los canales de Xochimilco, hoy es una cooperativa dedicada al ecoturismo y a la preservación de un animal nativo en peligro de extinción, el axolote.

Pablo Correa
Ciudad de México // 14 de junio de 2013

Cuando Manuel Rodríguez Rojas, nativo de Xochimilco tenía unos 7 años e iba a pescar en los canales de Xochimilco, los axolotes salían por montones. No había entonces muchas escuelas, y al igual que sus 18 hermanos hacía su vida rodeado de canales y chinampas. Entonces el entorno dictaba que había que pescar para vivir.

En ese tiempo todavía era muy común comercializar el axolote que se utilizaba para jarabes, tónicos y otros remedios, mientras que para los lugareños era todavía común tenerlos bajo su dieta. Tampoco significaba que la población de axolotes gozara de cabal salud, pues aunque venía en declive, en los años setenta todavía era posible ver y capturar una gran cantidad de ellos.

“Al día de hoy me viene la conciencia, simplemente no teníamos la cultura, saber qué era un axolote, o qué podía pasar si se acababan”, narra Manuel.

Mischmani (lugar de pescadores)
El sábado por la mañana son varias las actividades en las instalaciones de la cooperativa Centro Ecoturistico Chinampero de Xochimilco Michmani. Van desde los paseos por los canales hasta la estancia en la zona chinampera. Es una cooperativa de pescadores que han virado su actividad al ecoturismo y al rescate de las especies endémicas de Xochimilco.

Entre los visitantes que llegan a su centro de recepción esta Diana, una joven que hasta ahora no conocía a los axolotes. “Toda mi vida pensé que eran como renacuajos”, dice sorprendida. Poco después se le ve fotografiándolos con mucho interés.

Michmani está integrada por 6 cooperativas: Voces del agua, Chicoco, Cihualcoatl, 4 barrios, Apatlaco y Atlipal. Además del ecoturismo, la cooperativa dedica gran parte de sus actividades a la protección ecológica, por lo que busca reinsertar a su hábitat especies como el acocil, la rana “Reina Toro” y el proyecto más avanzado que es el de la repoblación del axolote.

“Tomamos muchos cursos y ahí agarramos conciencia y nos dimos cuenta de lo que es el medio ambiente, que la naturaleza nos ha regalado mucho”, dice Manuel, quien preside la cooperativa. “Queremos hacer algo por Xochimilco”.

Un personaje escurridizo
El axolote es un anfibio que vive en las raíces, se esconde en el lodo y en las algas de los canales. Aunque es muy rápido, la mayor parte del tiempo esta inmóvil, lo que permite evitar se comido por aves, culebras o peces muy grandes. Es un animal rodeado por el misterio, y se le asocia al movimiento y a la vida, pues es un animal que se regenera.

“Si tú le cortas medio cuerpo se regenera, si le cortas una mano ó una pata se regenera, si le cortas de las branquias para arriba ya no; pero tarda en morir entre 30 ó 33 días”, explica Manuel. Pues lo empieza a invadir un hongo, y aunque “él piensa que está normal, en realidad está muriendo”.

En el panorama biológico, artístico e incluso intelectual, el axolote ha sido un persistente protagonista, ya sea por su apariencia, su explicación mitológica, o los atributos curativos que se depositan en él. Es una especie que navegó por varios siglos entre las clasificaciones de la biología. Y aunque mucho tiempo se pensó que era un estado larval de una salamandra, hoy se le considera como una especie.

Comida de señores
Al Axólotl, Bernardino de Sahagún lo describió como un animal acuático, de “barbas en el pescuezo” y que era “comida de señores”. Este autor de numerosas obras en náhuatl y en español, registró que mitológicamente Xólotl es un dios que no se atrevió a tirarse a la hoguera para mantener al sol en movimiento.

Así, huyó a las milpas y se convirtió en raíz de doble maíz en donde lo descubrieron, luego escapó y se transformó en un maguey, pero fue localizado. Perseguido otra vez, se transformó en axolote y se refugió en el lago en donde fue encontrado y sacrificado.

El axolote ha sido motivo creativo de muchos artistas plásticos que lo han plasmado desde el mural, hasta el grafiti pasando por el arte pop. En el plano literario es protagonista de cuentos y poesías, incluso a través de él, se ha explicado la identidad mexicana por el antropólogo Roger Bartra.

Fue este autor quien en su libro “Axolotiada”, ha propuesto el terminó “Axolotitlán” para describir esa tierra de lo imaginario y literario en donde habita el axolote.

Axolotitlán
Si existiera una verdadera “Axolotitlán” esta sería Xochimilco, y aunque al habitante de esta ciudad ya se le ve poco pues está en peligro de extinción, todavía hay personas como quienes integran Michmani, que se resisten a dejarlo ir.

El caso de la almeja (anodonta impura) puede dar cuenta de lo que podría pasar con el axolote. Esta almeja no pudo resistir los cambios y desapareció de estos lagos hace casi sesenta años.

Según ha registrado el biólogo e investigador de la UNAM Luis Zambrano, a pesar de que se inyectó agua tratada al mapa lacustre de Xochimilco, y de la apertura de canales para impulsar el turismo de trajineras, la reducción poblacional del axolote se mantiene tal cual desde 1950.

En los años setenta bajo la incorporación de un programa de gobierno basado en la acuacultura se introdujeron miles de carpas en diversas zonas del país, y por tanto a Xochimilco. En los años 80 también se introdujeron las tilapias africanas.

Ha escrito Zambrano, que el resultado fue “una máquina devoradora de todos aquello que se encuentra cerca de las plantas, en especial huevecillos y larvas de axolotes”.

Según Manuel, quien preside actualmente la cooperativa Michmani, esta situación al principio representó una ayuda para la gente originaria porque había mucha comida. Estos pescados “se vendían por todos los barrios, pueblos y callejones pero se convirtió con el tiempo en una plaga”, que al día de hoy no se puede controlar.

Un santuario para Axólotl
Entre los proyectos de la cooperativa Mischmani está la repoblación de la rana “Toro Reina” que ya se hace, la del acocil y la del chichipeto; aunque por ahora se avocan principalmente a la repoblación del axolote. “Tenemos una labor muy grande por hacer”.

Desde el año pasado, cada 21 de marzo Michmani se ha propuesto realizar la liberación de axolotes en los canales de Xochimilco. Al día de hoy tiene unos 750 axolotes, y pretenden liberar el siguiente año entre 100 y 150 de estos anfibios.

El proceso para la liberación es largo, pues hay que ir aclimatando a los axolotes al hábitat natural. Después de estar en peceras, pasan a los estanques a un agua con las características de los canales. Además se lleva un registro completo de los ejemplares, se están monitoreando constantemente.

“En esta zona echamos 15, y lo estuvimos revisando con la atarraya, y encontramos 6, entonces eso nos indica que están viviendo allí”.

Al lugar, que está muy cerca del embarcadero de Cuemanco llegan muchos extranjeros. Manuel destaca a los alemanes y japoneses que les interesa conocer sobre él. “He sabido de muchos axolotes que se han llevado para estudiar lo regenerativo, hay muchísimas cosas que tiene este animalito”.

Debido a la situación de esta especie que está en peligro de extinción, este espacio es un santuario. Todavía faltan muchos meses para la próxima liberación de axolotes. Sin embargo, Manuel ya está emocionado. Su mayor placer es el impacto que provoca en los niños.

La liberación va acompañada de una pequeña representación teatral con un guión que ha escrito Manuel, para ello tiene una botarga de axolote que se puede ver en el parque. “Si te das cuenta su penacho es como el de un dios”, me dice.

De pronto ya estamos en el final de la obra, algo dice a los niños, moviendo sus manos de axolote y su penacho entre el aire a mitad del santuario. Aunque todavía faltan muchos meses para la primavera y la liberación, Manuel da un par de vueltas entre los canales de Xochimilco y desaparece en el agua.

La Coperacha

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