Alunizaje en Bogotá

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Foto: Comunidad Luna

Descubriendo la moneda social Luna

Colaboración especial, Claudia Caballero

En el barrio de La Candelaria, uno de los más pintorescos en el centro de Bogotá, Colombia, se encuentra un espacio de encuentro y transformación.

En el fondo de una tienda de hermosos tejidos, Blanca me recibe con gran amabilidad, pero sin dejar su labor. Sus hábiles manos en el telar, van convirtiendo hilos en prendas únicas. Blanca respondió a la necesidad de la Comunidad Luna, de tener un espacio de encuentro e intercambio. Así, en el fondo de esta tienda, nació la “base lunar”.

La Comunidad Luna surgió en la pandemia. Luz Azulada, me cuenta cómo un pequeño grupo de personas que ya se conocían de otros procesos de trueque, decidieron generar una moneda, de la mano de la querida Heloisa Primavera, referente y sabia mujer dedicada a promover las monedas sociales.

Al cabo de unos minutos, ya nos encontrábamos reunidos unas 15 personas que usaban o estaban interesadas en usar la moneda Luna; algunas con más experiencia porque venían de otras comunidades de monedas, otras apenas estaban conociendo este tema. Todas compartimos la palabra y la comida.

Después de explicar cómo funciona la Comunidad Multitrueke Mixiuhca y de encontrar muchas afinidades, Luz Azulada compartió los principios y retos que enfrentan en la Comunidad Luna.

Esta moneda funciona con una plataforma electrónica, que hace muy ágiles los intercambios porque se puede descargar en cualquier celular. Se comunican de manera virtual a través de un grupo de whatsapp, donde anuncian servicios, productos y múltiples ofertas. Se trata de una feria virtual en constante movimiento, con la algarabía y desorden que caracteriza las ferias nutridas de personas y ofertas.

Al ser parte de la Comunidad Luna, se abre una cuenta virtual, donde tendrás la posibilidad de gastar hasta 200 mil lunas (considerando que mil lunas equivalen a mil pesos colombianos, un café en Bogotá se puede conseguir en 3 mil o 4 mil pesos colombianos). En la comunidad tu ofreces productos o servicios cuyo pago será en lunas. En la medida que ofreces productos por lunas, tu cuenta virtual en lunas se irá incrementando.

Aquí es la base lunar // Foto: Claudia Caballero

Estos intercambios si bien se acuerdan por mensajes virtuales, se concretan en la base lunar. Con toda la confianza los integrantes dejan en este lugar los objetos que acordaron ofrecer y en algún momento la persona que los pidió… los recogerá. A través de este sistema, han crecido ampliamente, actualmente son cerca de 900 integrantes.

En la búsqueda de mejores formas de comunicar la profundidad de estas prácticas, las compañeras de la comunidad luna, han preferido hablar de gestasumidores, superando la idea de producción que implica la palabra prosumidor tan usada entre nuestros sistemas de intercambio.

Se conciben como “gestadores de saberes”, servicios o productos; como semillas que dan frutos. Es así que la contabilidad de la riqueza creada por este sistema, no tiene que ver con las tradicionales estadísticas como el “produtco interno bruto”, sino que ellas prefieren nombrarlo como el “fruto interno dulce”.

Coincidimos en que la moneda es sólo un mediador para los intercambios, por ende, la cantidad de moneda no determina la riqueza de las personas. Este es un principio fundamental para pasar del paradigma de la escasez a una perspectiva de abundancia.

Estando en ese acogedor lugar, me sentí como en casa, supe que somos parte de una misma comunidad que podrá tener diferentes nombres, en diferentes territorios, pero nos une la misma intención y compromiso.

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