Un paso atrás en el programa de fomento cooperativo.
Colaboración especial de Eduardo Enrique Aguilar (@E_AguilarH)
Guadalajara // 10 de agosto de 2016
Diversas personas que estamos inmersos dentro del sector de la economía social solidaria, vimos con buenos ojos las declaraciones del alcalde de la ciudad de Guadalajara cuando anunció el programa “Hecho por Mujeres” pues señaló que sería un programa para crear empresas cooperativas dentro de los barrios marginados de la capital de Jalisco. El alcalde de Guadalajara Enrique Alfaro Ramírez, durante la conferencia de prensa que ofreció en abril de 2015 comentó “para nosotros es un programa central, 150 millones de pesos para desarrollar el programa de formación de redes barriales de producción con el modelo de microempresas cooperativas para que participen grupos de mujeres de entre 10 y 20 mujeres de una misma colonia, lo que queremos es que haya un modelo de cooperativas de barrio”. “Enrique Alfaro, la ciudad que queremos”
El discurso es contundente: inserción laboral de un sector históricamente oprimido, ofrecer herramientas de empoderamiento y ofrecer una organización que cumple con las características de cambiar todo el paradigma económico de la ciudad: las cooperativas. No obstante, después de año y medio de dicha conferencia de prensa el discurso cambió y con ello la realidad del programa social.
En la búsqueda de información dentro de la página web del programa no se encontró ningún indicio sobre el ámbito cooperativo, no hay investigadores ni universidades que apoyen sobre el tema, no hay vinculación con actores del sector cooperativo, no hay incubadoras de cooperativas, ni tampoco se ha anunciado ninguna cooperativa que ha salido conformada.
En una solicitud al departamento de transparencia del ayuntamiento (DBT/3233/2016) se requirió la información sobre quién ofrece la capacitación cooperativa (la cual tiene principios distintos a una empresa tradicional) y cuántas cooperativas han sido formadas desde que inició el programa por lo que la Coordinación General de Desarrollo Económico y Combate a la Desigualdad del Gobierno de Guadalajara respondió “se le informa que no existe como tal un programa de capacitación en cooperativas” y “se le informa que el programa cuenta con un total de 171 proyectos inscritos, las cuales no son propiamente cooperativas”.
En otras palabras, el gobierno desistió en su intento de iniciar políticas públicas de fomento a la economía social en la ciudad. Y efectivamente, cuando uno escucha ahora a los funcionarios encargados de la política pública hablan de negocios, emprendimientos, empresas pero ya no más de cooperativas.
Queda todavía entender cuál fue la motivación del cambio del discurso, se precisa hacer una investigación profunda de quiénes están dentro de las incubadoras que están en el proyecto y las perspectivas de las empresas recién formadas. Queda como tarea al sector de la economía social y solidaria, de hacer que el gobierno de la ciudad haga cumplir su palabra, para que ponga en funcionamiento las políticas públicas de fomento de estas alternativas económicas.
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