Belaplant sortea crisis económica por pagos atrasados de constructora

“Debemos valorar nuestras capacidades y no aceptar todas las condiciones a la primera”: Erick Martínez, socio de cooperativa Belaplant.


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 22 de abril de 2015

La sociedad cooperativa Belaplant, con instalaciones ubicadas en la delegación Xochimilco, es una organización familiar dedicada, desde 1998, a la producción y comercialización de plantas ornamentales y nochebuenas, con servicios en jardinería, asesoría técnica en cultivos, diseño y automatización de sistemas de riego. Esta agrupación enfrentó, en 2014, la tardanza en el pago de sus servicios por parte de una empresa constructora, (se omite el nombre a solicitud de la cooperativa), lo que desencadenó problemas económicos.

Erick Martínez, representante de Belaplant, recuerda que al buscar otros mercados para ampliar la venta de sus productos, fueron contactados por una constructora que debía pagar una multa ambiental, dicha empresa se inclinó por los precios accesibles de árboles y plantas de gran calidad que maneja la cooperativa.

A partir de esta iniciativa la empresa adquirió árboles a 30 días sin ningún problema, posteriormente la cooperativa fue invitada a trabajar en la instalación de nuevas áreas verdes del Reclusorio Norte.

Contratados desde noviembre de 2013 iniciaron trabajos, sin embargo al cierre del año, la empresa argumentó un presunto desfalco en su administración, lo que detuvo los pagos a partir de enero de 2014, reiniciándolos a cuenta gotas entre marzo y abril.

El cobro lo realizaban de la siguiente manera, “cuando hacíamos una estimación de obra era pasto y tierra y siempre era así, para una estimación eran dos facturas, cuando pagaban lo hacían con la más baja”, describe Erick.

Héctor Valdés, asesor en cooperativismo y finanzas sociales, señaló en entrevista, que este tipo de tardanza en los pagos son situaciones muy comunes al trabajar para el gobierno o la iniciativa privada, afirmó que en empresas dedicadas a la construcción la situación se vuelve peor, incluso, indica Héctor “hay veces que dejan de pagar”.

Ante el incumplimiento en la puntualidad de los pagos de la empresa, los problemas de liquidez comenzaron a vulnerar a la cooperativa, la constructora trató de ayudar con trabajos extra, con la idea de solventar las esperas que ya generaban pérdidas en la organización familiar.

“Una vez terminada la obra nos dieron actividades de mantenimiento, que eran podas, pero aún así los pagos fueron muy lentos, una vez al mes, el chiste que nosotros terminamos de trabajar la obra en marzo y el compromiso era trabajar con el mantenimiento una vez instalado el pasto, sin embargo se pasó el mantenimiento, trabajamos podas extra, la última la realizamos en mayo y nos vinieron liquidando hasta noviembre de 2014”, refiere el representante de Belaplant.

La cooperativa tenía acordado trabajar por órdenes de compra, “esto quiere decir que el lunes se ingresaba la factura y se iniciaba el trabajo para de manera ideal recibir el pago el día viernes”, describe Erick.

El hecho de esperar 5 meses, cuando lo que se tenía esperado era una semana, tuvo costos financieros que impedían desarrollar el trabajo de manera adecuada, además obligó a solicitar créditos bancarios a pagar en dos meses, sumado a préstamos familiares, cuya liquidación se complicó, “porque cuando se recibe el pago de la empresa, este ya no alcanzaba para cubrir ni los intereses del crédito”, agrega Erick.

El representante de Belaplant menciona que “en algunos momentos no teníamos para seguir, la constructora nos decía si no puedes, hasta ahí queda la orden de trabajo, te sacamos y traemos a alguien más, cuando todavía no nos liquidaban la primera estimación”. Aunque la empresa dijo estar bajo el compromiso de apoyar a que la cooperativa se recuperase.

Ante la vulnerabilidad de las cooperativas frente a las empresas privadas, Héctor Valdés recomienda como estrategia, antes de firmar cualquier contrato, que se inscriban en cadenas productivas de Nacional Financiera (Nafin), las cuales se manejan como factoraje o descuento de documentos. Esto funciona de la siguiente manera, la empresa debe estar inscrita en Nafin, e inscribe a sus proveedores, cuando éstos tiene una factura reconocida por la empresa, Nafin les anticipa un porcentaje del pago en forma de crédito, en este caso la cooperativa es la encargada de cobrar la factura a la empresa, y a su vez pagar a Nafin con sus respectivos intereses, esto permitirá que las cooperativas al cobrar estén en la posibilidad de pagar capital e intereses.

Si no pagan, detenemos el trabajo
Aunque el adeudo ya fue liquidado casi en su totalidad, después de esta experiencia, la cooperativa Belaplant piensa tomar medidas para protegerse antes de relacionarse laboralmente con las empresas.

“Con constructoras no habíamos trabajado, vimos que ellas se ponen exigentes, tienes que cumplir con sus tiempos, con sus condiciones; estamos pensando acercarnos en distinta medida con ellos, si dejan de pagar como lo hicieron en el reclusorio pues yo también dejo de trabajar, y que no me presionen con que me van a correr, a lo mejor en ese tiempo sí pensamos que era un grave problema que nos corrieran, si nos hubiéramos ido en ese momento habría sido la mejor idea, que nos debieran nada más cuatro facturas” indica Erick.

“Yo creo que lo que cambiaríamos es fijarnos más en las condiciones de contrato, cómo van a ir sus flujos de pago, y si de plano vemos que van a ir retrasándolos pues definitivamente paramos los trabajos, algunas empresas que fueron contratadas en el reclusorio y que vieron la retención de los pagos empezaron a detener los trabajos para presionar a la constructora, si acaso buscaremos ir por contratos más chicos, existe la palabra (por parte de la empresa) de que nos van a ayudar para recuperarnos, a estas alturas todavía le debemos al proveedor de la tierra y el pasto”, agrega el cooperativista.

Sugerencias a otras cooperativas antes de firmar contratos con la iniciativa privada
Erick Martínez recomienda lo siguiente. “Yo creo que (las cooperativas) deben checar desde un principio las formas de contratación, cuando uno es pequeña organización acepta todas las condiciones de las empresas porque necesitamos el trabajo, porque queremos crecer, porque queremos quedar bien con la constructora, con el patrón, pero pues yo creo que también debemos darnos nuestra importancia, y valorar nuestras capacidades y condiciones, porque más allá de entablar juicios legales que son costosos, tardados, se puede cerrar la puerta para otro trabajo”.

A la pregunta de si existe legalmente forma de solicitar resarcimiento por el daño económico que puedan causar estos eventos a las cooperativas, Héctor Valdés menciona que sólo es posible si está contenido en el contrato, por lo que recomienda pactar penas convencionales por el incumplimiento dentro del mismo documento y por los daños que pueda ocasionar.

“Como cooperativas, como pequeñas empresas -dice Erick- estamos tratando de salir adelante pero nos enfrentamos con problemáticas que se dan en lo más alto de la política, que es la corrupción, el desvío de dinero, la triangulación, los prestanombres, uno pensaría que eso es allá arriba y aquí abajo a mí que me contraten y me paguen, pero a fin de cuentas chocas con lo mismo, te retrasan los pagos, te ponen competencia desleal y no puedes salir adelante tan rápido y como tú lo quisieras”.

“Yo creo que la situación con la que se encuentra el país viene en cascada y perjudica a las pequeñas empresas, a veces se comenta que la pequeña empresa no quiere crecer, yo digo que no es que no queramos crecer, si no que las mismas situaciones nos obligan a acercarnos al mercado local, regional, cooperativo, que es más leal, más noble, es más rápido, pero a lo mejor no puede cumplir con el crecimiento esperado tan rápido, nos tienen detenidos”, finalizó Erick.

La Coperacha

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