La bicimensajería colectiva pedalea el pico de la pandemia

Arte urbano

Optan por trabajo, solidaridad y resiliencia en la ciudad con más contagios del país.

Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 01 de mayo de 2020

La bicicleta como medio de movilidad ha sido recomendada en tiempos del coronavirus. Disminuye el riesgo de contagio de un transporte público y no contamina.

En la CDMX la vida prosigue a pesar de la cuarentena y un puñado de colectivas de bicimensajerías entregan paquetes a domicilios para que la gente (que puede) se quede en casa.

Nombres como Bicienvía, Rauda y Los Mosquitos, han significado una opción para la entrega segura de alimentos, equipo médico, de comunicación o documentos en estos días de fase tres de la pandemia.

El mecanismo implica tener a la mano las direcciones precisas de entrega y recepción del paquete, los nombres de los responsables para ello, así como las dimensiones del bulto. Todo se coordina por vía remota con ayuda del WhatsApp.

Raudas, más aceleradas que el virus
La colectiva de 17 bicimensajeras de La Rauda se subieron a la curva de la pandemia con un protocolo sanitario y muchas entregas que hacer. Para ellas el trabajo se incrementó.

Todas usan cubrebocas, gel, solución de alcohol y agua, y un trapo para desinfectar, reciben los paquetes en bolsa y los rocían con el alcohol-agua y limpian con el trapo, desinfectan las bicicletas continuamente y piden que el dinero sea depositado para tener el menor contacto con objetos que pudiesen estar contaminados.

Paola, una de las fundadoras de la colectiva, destaca que la nueva movilidad en un ciudad confinada les ha quitado el estrés diario, han bajado los riesgos aunque siguen algunos conflictos con conductores de transporte público.

Acompañado al incremento de usuarios se ha modificado el trato, éste se ha vuelto más cordial, pues ubican la diferencia entre colectivos de mensajerías y empresas con aplicaciones digitales como Uber y Rappi.

La colectiva es flexible, no es una empresa piramidal y para las decisiones se ponen de acuerdo. Decidieron que durante el embate del Covid-19 los pagos a las mensajeras serían del 100 por ciento. Previo a esta decisión, el esquema era de 80/20, el ingreso mínimo, el 20%, era para la despachadora en turno, encargada de coordinar la entrega vía WatsApp.

Las raudas hacen las entregas de las cooperativas de Torquemada 76, donde al menos Cocoveg y la Casa Tamtatz tienen su sede, también hacen las entregas de los productores de la Feria Multitrueke. Los lazos con las organizaciones de propuestas alternativas al capital se han estrechado.

Un día de abril, fase tres declarada, desde Torquemada 76 salió un paquete para una persona con Covid-19. A pesar de no ocurrir un contacto físico con la persona que recibió el paquete se siguió su protocolo sanitario.

Cooperativa sobre ruedas
La Bicicooperativa Urbana, mejor conocida por su servicio de mensajería Bicienvía, le apuesta a la continuidad del trabajo, aunque la pandemia ha representado un ligero despiste para sus cinco mensajeros.

Pasada la Semana Santa el número de entregas bajó, dice Marco, integrante de la cooperativa. Como ejemplo, las actas del Registro Civil que llevaban desaparecieron a causa de un proceso administrativo de la institución.

Una de las medidas que tomaron para equilibrar esa situación fue buscar convenios con algunas organizaciones o empresas para realizar entregas masivas, esta iniciativa sólo ha funcionado con la de cerveza artesanal, Cerveza en Punto.

En plena subida de contagios en la ciudad, un usuario pidió llevar un teléfono celular a un familiar con diagnóstico de Covid-19 en el hospital donde era atendido. La entrega fue con guantes, cubrebocas y el equipo fue recibido en una bolsa cerrada. Todo fue con extremo cuidado, dice Marco.

El esquema de trabajo con los mensajeros en Bicienvía es de 70/30, el 70% del pago del viaje es para el mensajero, mientras que el 30% es para la cooperativa. En esta temporada de emergencia la cooperativa continuará con esa ruta.

Zumbidos de los mosquitos
En el Centro Histórico capitalino el ecosistema urbano ha cambiado para la cooperativa de bicitaxis Los Mosquitos.

La movilidad se redujo en un 80% y con ello los usuarios que abordaban sus ciclotaxis para llevarlos principalmente con mercancías o a oficinas, describe Miguel, socio cooperativista.

Los bicitaxistas han tratado de darle la vuelta a la cuarentena del centro citadino con un volantazo del servicio. Agregaron la entrega de paquetes y compras en un radio de 7 kilómetros a la redonda del Zócalo.

Los Mosquitos son una especie (cooperativista) que ha demostrado terquedad ante embates críticos. En 2014, la policía capitalina no les permitía rodar en el primer cuadro aludiendo que no tenían permisos.

Hoy siguen zumbando. Cuentan para cada viaje con guantes, lentes, cubrebocas, desinfectan la unidad, pero los distingue una credencial de la cooperativa y del registro de la Secretaría de Movilidad.

En este proceso de adaptación, que podría ser calificado por académicos de resiliente, los responsables de locales vecinos, que también resisten al coronavirus, han comenzado a encomendarles entregas. La pandemia no ha domado a Los Mosquitos.

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