Podrá otorgar tratamiento y estudios para población con VIH.
Foto: Brigada Callejera
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 13 de diciembre de 2017
La Brigada Callejera y la Clínica Condesa de la CDMX, centro de salud para personas con VIH, firmaron un convenio que autoriza a la organización comunitaria a entregar medicamento antirretroviral (ARV) así como Carga Viral y estudios CD4 a personas detectadas por la brigada.
“Para nosotros es un gran logro”, dijo Elvira Madrid, integrante de la organización con 28 años de promover la salud y los derechos de las trabajadoras sexuales en México. Como testigos de honor de la firma asistieron socias de la cooperativa Mujeres Libres y de la Red Mexicana de Trabajo Sexual.
Elvira resaltó el papel de la confianza que existe entre población detectada con VIH y la Brigada Callejera. “A veces hay gente que no le gusta ir a los hospitales, les gusta estar más en la gente con quien se identifica y se sienten en confianza”.
La Carga Viral y los estudios CD4 se realizan para cuantificar y hacer frente al nivel de infección de VIH en un organismo, a través de ellos es posible que personas infectadas logren categorías de indetectables, lo que significa que el nivel infección ha disminuido y reduce las posibilidades de transmisión.
“El acuerdo también busca promover la salud integral de las trabajadoras sexuales y otros grupos atendidos por la Brigada Callejera. La gente que hemos detectado y llegan a ser indetectables en los estudios, su vida ya es otra, cambian la manera de alimentarse, de vivir y de cuidarse”, comentó Elvira Madrid.
La Brigada Callejera, a través de su programa de salud, cubre el 90% de la población trabajadora sexual que lo hace en la vía pública, pues “con toda la persecución por no hacer la distinción entre trata sexual y de personas, cerraron negocios y las chicas de bares y tables, ahora trabajan en el talón en la calle”.
Durante la firma del convenio la brigada rechazó la iniciativa de ley del PRI que pretende castigar al cliente sexual hasta con 10 años de prisión, pues representa una mayor criminalización y violencia hacia el trabajo sexual.
La iniciativa convierte en cómplices del delito a las trabajadoras sexuales o víctimas de trata que no denuncien a los clientes, lo cual “es muy grave ya que le da continuidad al estigma de delincuentes en potencia y por el otro a víctimas de la prostitución”.