Desarrollos inmobiliarios han provocado colapsos e inundaciones con afectaciones a 7 mil personas.
Alrededor de 7 mil personas de la comunidad de Santa Catarina Acolman y localidades vecinas en el Estado de México son afectadas cada que una lluvia regular cae. La plaza principal, el mercado, dos escuelas, un centro de salud, un comedor comunitario y varias calles se inundan con aguas negras por la saturación del drenaje.
La misma situación que se ha vivido en meses recientes en Valle de Chalco se repite en esta zona cercana a las Pirámides de Teotihuacán y al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
El drenaje comenzó a colapsar hace 5 años, en 2019. Desde entonces, año con año en temporadas de lluvias, las inundaciones se repiten. Los vecinos de Santa Catarina identificaron el origen de la problemática en el desarrollo inmobiliario descontrolado y la extracción del agua destinada para las unidades habitacionales.
Colapso habitacional
En 2008 se instalaron desarrollos inmobiliarios de Casas Geo en Santa Catarina y en Tenango, localidad vecina, con alrededor de 4 mil viviendas. La empresa se declaró en quiebra y entregó las obras de manera deficiente, sin servicios de agua potable ni drenaje, con descargas a cielo abierto. En 2014 la empresa Urbanística Acolman construyó mil 35 casas más.
En una región donde habitaban alrededor de 7 mil personas, se le añadió de pronto, con dos proyectos inmobiliarios, 5 mil casas más.
Donatto Badillo Cuevas, responsable del Comité de Agua Potable de Santa Catarina Acolman, identifica que uno de los principales problemas ocasionados por esta urbanización ocurrió con el agua. Se construyó un pozo exclusivo para cada una de estas unidades habitacionales.
El problema se agrava cuando la profundidad de los pozos de las unidades llega a 200 metros, mientras que los pozos comunitarios alcanzan 120 metros. “El temor y la sospecha es que se están aprovechando de los mantos freáticos y que haya una inequidad en el derecho al acceso al agua y al saneamiento”, señala Donatto.
Otro problema, prosigue Donatto, es que las unidades habitacionales están construidas en una parte alta de estas tierras. Entonces los pobladores originarios de Santa Catarina, Tenango, Lagunilla, La Gitana y Emiliano Zapata, han quedado por debajo del nivel, y cuando el drenaje colapsa por las lluvias, las comunidades se inundan.
“Las principales causas de la problemática tienen que ver con un modelo de desarrollo suburbano, periférico, insular, inmobiliario, que no garantiza el derecho a la vivienda, que más bien está apuntando a la acumulación de capital a través del extractivismo crediticio”, sostiene.
Para Donatto esto genera afectaciones a los bienes comunes de las localidades, violaciones a sus derechos humanos al agua, a un ambiente sano y libre de violencia, pues el crecimiento inmobiliario también ha generado inseguridad, segregación y la ruptura del tejido comunitario.
Más allá del drenaje
Desde hace 5 años los pobladores han exigido a las autoridades municipales cambiar la red de drenaje y poner un alto a la urbanización sin recibir de ellas mayor atención. El 29 de agosto cerraron por 6 horas la carretera Tepexpan-Acolman, conocida como la “libre a Pirámides”, para difundir sus exigencias.
En respuesta, el 2 de septiembre funcionarios del gobierno estatal como la Comisión del Agua del Edomex y la Secretaría de Gobierno estatal, realizaron una reunión pública con habitantes de la zona con el objetivo de rediseñar el sistema del drenaje.
Pero los vecinos han visto la solución más allá del drenaje, de una manera comunitaria y asamblearia. Han buscado la creación de un Reordenamiento Ecológico Hídrico Comunitario, vinculante a los planes de desarrollo urbano, basado en principios de libre determinación y autonomía a los que tienen derecho como pueblo originario.
La apuesta de la comunidad de Santa Catarina es lograr la gestión integral del agua. Para los integrantes del Comité de Agua Potable “la gestión integral tiene que ver con que el agua no es un desecho, sino que tiene que ser tratada porque es un agua viva, aunque sea gris o agua negra, es un agua viva que tiene que ser reintegrada al mismo ecosistema”.
“Como pueblo originario tenemos derecho al territorio, a una consulta previa, libre e informada, a la libre determinación, a tener un plan de vida y en eso queremos potenciar una transición agroecológica, recuperar la memoria de la agricultura local y regular lo que ya está urbanizado”, enfatiza Donatto.
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