En Nuevo Horizonte 126 familias producen alimento y reescriben la historia desde los pueblos.
Redacción La Coperacha
La Habana – Ciudad de México // 15 de noviembre de 2017
“Tenemos un rechazo profundo al neoliberalismo y no creemos que se está muriendo, creemos que está muy fuerte y se necesita de mucha valentía para poderlo derrotar”, con esas palabras conversa el ex guerrillero guatemalteco, Eusebio Figueroa Santos, Ronny, impulsor de un proyecto cooperativo que ofrece a 126 familias alimentación, educación, salud, trabajo y vivienda.
La charla ocurre en La Habana, donde Ronny, pullover del Ché en el pecho, asiste cada que puede a recorrer las calles, los conciertos públicos, la Semana Nacional de Teatro. “Esto no se vive a diario” decía y se iba, aunque tuviera que caminar durante horas de madrugada para regresar al lugar de hospedaje. “En la guerrilla caminábamos días”, compara.
Ronny se refiere así de su pasado guerrillero: “Pienso que lo más lindo que he tenido en la vida es el honor de haber luchado con mis compañeros en los frentes guerrilleros, es lo más digno de mi vida y no me arrepiento, pero tampoco estoy haciendo un llamado a que hagamos un movimiento guerrillero porque eso sería muy estúpido, más sin embargo a pesar de los años, si fuera necesario yo sería uno de los primeros en correr y tomar las armas”.
Ronny tiene clavada a Cuba en su persona, habla de la revolución y de la educación popular. La frase de “crear dos, tres, muchos Vietnam”, está en el corazón de su cooperativa de ex guerrilleros: Nuevo Horizonte.
A la entrada de la cooperativa hay un anuncio de cerveza Gallo, la popular en Guatemala. “Esta cooperativa nace a partir de los acuerdos del proceso de paz, con la desmovilización del movimiento guerrillero guatemalteco, entre 1996 y el 2000, está compuesta por oficiales y especialistas de la guerrilla”, dice Ronny, quien dejó las armas con el grado de comandante.
Ubicada en el kilómetro 433 de la carretera Guatemala-Flores, municipio de Santa Ana, Nuevo Horizonte ha retomado banderas contra la injusticia y el sistema capitalista, en contraparte ha emprendido un espacio de producción y educación popular, donde se reescribe la historia, contada desde los movimientos sociales.
La Tierra
Cuando Ronny platica sobre la tierra lo hace con respeto. En Nuevo Horizonte la tenencia es comunitaria. Apoyados de técnicos (algunos de Chapingo) hicieron estudios de factibilidad para empezar a cosechar.
Producen de manera orgánica maíz, frijol, cítricos, tomate, piña, papaya, sandía, tienen gallinas, huevos y miel. Lo primera producción va dirigida al autoconsumo, a ello le llaman “política de producción destinada al estómago”, el resto se comercializan a través de esquemas de economía solidaria.
También cuentan con un proyecto de piscicultura, con 35 mil tilapias; uno de ganadería, con 500 reses; otro de reforestación; el de turismo comunitario y una tienda comunal. “Con un estómago lleno, un cerebro puede recibir todo el conocimiento, en cambio con un estómago vacío, sólo vas a ver pasar tortillas”, dice Ronny.
El modelo cercano al sueño
Se le pregunta al ex comandante sobre el modelo cooperativo, “era el sistema más cercano a nuestros sueños”, responde. Aún así, dice que no se apegaron a la Ley porque en Guatemala el sistema cooperativo está caduco.
De lo que producen el 50% de las ganancias se reinvierten, el 10% lo destinan a salud, otro 10% a educación, 10% más a infraestructura y 20% a una canasta básica comunitaria.
En cuanto al proyecto de turismo, lo califican como político solidario, “al paquete nosotros le llamamos La Otra Historia, la que no te cuentan”. Nuevo Horizonte hace un recorrido por los movimientos revolucionarios y sociales de los diferentes pueblos de Guatemala como una forma de resistencia al turismo tradicional, que ellos llaman “turismo no real”.
El Instituto Guatemalteco de Turismo ofrece una ruta donde “llegas al Aeropuerto La Aurora, te montan en limusina y te llevan a La Antigua, a Chichicastenango y a todos los centros que están creados para el sistema capitalista pero nunca conoces la gente que vive en las áreas marginales o en comunidades en extrema pobreza”, describe Ronny.
Una educación no tradicional
Una vez resuelto el asunto de la alimentación, los 126 ex combatientes de Nuevo Horizonte buscaron tener una educación diferente y crítica. Su base fue la educación popular a partir de lecturas que les llegaban de Brasil, después le incorporaron experiencias de México y Cuba.
“Necesitábamos de una escuela que no te enseñara A, B, C, CH, D, que no fuera tradicional sino que fuera una escuela de la vida”. Al referirse a la vida, Ronny explica la relación que existe entre personas y la tierra, “todos dependemos de todos, tenemos que aprender a respetar este sistema que ha creado la misma naturaleza”.
En Nuevo Horizonte existe solamente una escuela donde se aprenden temas que Ronny define como crecimiento humano, igualdad de oportunidades y trabajar “por amor al arte y no a la plata”. Los alumnos se preparan para ir a colegios estatales, a los bachilleratos tecnológicos o a la universidad.
Una educación diferente, al enseñar matemáticas, lleva los alumnos al campo “para medir volúmenes, para conocer la grandeza del bosque”. Al enseñar el idioma español no cuenta que llegaron los españoles y con ellos la civilización, “sino al revés, se explica la manera en cómo nos ocuparon, nos colonizaron y nos despojaron de todos nuestros recursos”.
Esta educación busca que “se vaya creando una sabiduría de la verdadera historia”. El llamado Día de la Raza (el 12 de octubre), lo trabajan como el Día de la Resistencia, como un día de lucha de los pueblos.
Ronny parece molesto cuando habla de la educación tradicional, una educación patriarcal. Dice que ésta ofrece artes industriales para hombres y educación del hogar para mujeres, “nosotros trabajamos género y que se vaya a la chingada la forma en cómo trabaja el Estado”.
Sobre el futuro posible
En cuanto a la relación que tienen con el gobierno, Ronny recuerda que cuando llegaron a Santa Anna, eran vistos como los parias, no los querían ni el Estado ni las empresas cercanas.
Organizan un equipo de gestión de recursos que estudia los presupuestos asignados a las municipalidades. “Esa plata no es de ellos, es la plata que hemos pagado nosotros a través de los impuestos, entonces no tienes que ir a pedírselos sino estar organizados de tal manera que tienes que arrancárselo”, dice tranquilo, como quien narra una puesta de sol.
No existe una partida para Nuevo Horizonte, pero arrancan asesoría técnicas agropecuarias y de especialistas agrónomos.
Ronny tiene los ojos lejanos del Ché. Cuando mira al futuro y piensa en las metas de la cooperativa dice que no están en lo económico, pero “una de nuestras grandes metas es que si algún día, en algún lugar del mundo un niño no tenga qué comer, ese niño no sea de Horizonte. O si algún niño en algún lugar del mundo no pueda estudiar, no debe ser de Horizonte. Y si alguna niña no tiene oportunidad de crecimiento con equidad y con igualdad, que ella no sea de Horizonte”.
El mensaje que les deja a los cubanos, su sueño posible, su gran sueño, es una comunidad unida, participativa, un modelo de producción colectiva, mantener la solidaridad, hermanarse con otros pueblos y, definitivamente, pasar de una Guatemala a una Guatebuena.
Fotos: Cooperativa Nuevo Horizonte