“Nos resistimos a perder una herencia biocultural que tenemos”.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 09 de diciembre de 2019
La cooperativa Olintlalli mantiene el legado agrícola de la producción chinampera heredado por padres, abuelos y bisabuelos en la alcaldía de Xochimilco. Con este material iniciamos una serie de trabajos sobre proyectos cooperativos rurales que habitan la geografía urbana, que fortalecen en ejes ambientales y agrícolas a la Ciudad de México.
Estos proyectos cooperativos además de ayudar a mantener los bellos paisajes como en Xochimilco, contribuyen, sobre todo, a la urgente lucha contra el cambio climático. En el caso de Olintlalli, no sólo ayuda a mantener un pulmón vital para la urbe dada la biodiversidad que Xochimilco tiene, también aporta con formas tradicionales y agroecológicas a la producción de vegetales y hortalizas.
Esta cooperativa mantiene trece chinampas en una extensión de tres hectáreas entre canales o apantles, también realizan actividades de ecoturismo, agroturismo y etnoturismo. Aquí conviven diferentes chinampas para diferentes usos que van desde el recreativo hasta la conservación de especies endémicas y nativas.
“Recibimos grupos estudiantiles desde preescolar hasta universidad y posgrado”, explica Rosalba del Valle. Y agrega que resguardan una técnica ancestral que se transmite de generación en generación.
“Es el amor a la tierra, a tus orígenes, al hecho de no querer abandonar eso, nos resistimos a perderlo, nos resistimos a perder una herencia biocultural que tenemos”, finaliza.
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