“Una vez terminada la carrera pienso apoyar a la cooperativa al 100 por ciento, porque de alguna forma ella me ha dado muchas cosas”.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 04 de noviembre de 2014
En la cooperativa Pascual, formada desde sus orígenes por mano obrera, existe un programa de profesionalización académica que lleva años operando y ha ayudado a varios socios a estudiar licenciaturas y posgrados.
El caso más emblemático tal vez sea el de Salvador Torres Cisneros, quien entró a la cooperativa como obrero cuando estudiaba el tercer semestre de la carrera de Economía en la UNAM en 1980.
En la parte académica Salvador concluyó sus estudios universitarios y un posgrado en Administración Financiera; en la parte laboral, llegó a presidir el Consejo de Administración de Pascual y el del Cosucoop, y actualmente sigue aportando al debate de la nueva Ley General de Sociedades Cooperativas.
La educación, si bien está contemplada como parte del Quinto Principio Cooperativo (“Las cooperativas brindan educación y entrenamiento a sus miembros, a sus dirigentes electos, gerentes y empleados, de tal forma que contribuyan eficazmente al desarrollo de sus cooperativas”), a veces está ahí como relegada.
El ABC del programa de profesionalización
El programa para que los socios terminen sus estudios existía en Pascual pero se suspendió cuando la crisis de la influenza y se retomó en 2013, platica Mari Camargo Zamora, integrante de la Comisión de Educación de la cooperativa.
“Con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que nos falta preparación, no siempre vamos a estar pidiendo apoyo de afuera, nosotros necesitamos capacitarnos”, prosigue. “Viendo las necesidades de la cooperativa, decidimos que los compañeros que se quieran preparar para darle algo a la cooperativa, pues que tengan ese apoyo para seguirse preparando y que puedan aportar”, agrega.
Explica la socia de Pascual que la cooperativa ha establecido convenios con varias universidades e institutos para la conclusión de los estudios de sus trabajadores, es el caso de la Universidad Insurgentes, el Unitec y la Ula. Además existe un convenio para aquellos trabajadores que deseen concluir sus estudios de bachillerato por la vía del examen del Ceneval.
Actualmente se capacita a la cuarta generación para el Ceneval, en las plantas de Tizayuca y en la bodega de Chalco, participan 25 socios de Pascual, que asisten a asesorías académicas los domingos de 8 a 13 hrs. De los grupos que han tomado el curso del Ceneval, un 50 % han seguido sus estudios de licenciatura.
El caso de Carlos: “todavía uno tiene la capacidad y la retención”
Carlos Martínez siempre se había desempeñado en el área de contabilidad de la cooperativa, actualmente tiene una comisión en Educación y hace un par de años regresó a las aulas, estudia el séptimo cuatrimestre de la licenciatura en Contabilidad en Unitec.
“Yo entré a trabajar a Pascual en el 89, y le verdad uno se desentiende del estudio, uno piensa que ya estoy grande, ya eso es para los chavos, y no, no es cierto, todavía uno tiene la capacidad y la retención, además de la experiencia y los conocimientos técnicos que ya se han adquirido”, dice Carlos sobre el volver a la escuela.
Regresar a estudiar cuando se tienen responsabilidades en la cooperativa “es otra experiencia”, agrega, conjuga lo aprendido en el salón con lo que se aplica en el trabajo. Luego remata: “cuando uno voltea los ojos a lo que es la Comisión de Educación, la verdad es un mundo aparte. Uno voltea y dice: por qué no lo he aprovechado, por qué no me acerqué antes”.
Pilar, del Ceneval a la licenciatura
María del Pilar Sánchez había terminado sólo la secundaria. Regresó a las aulas con apoyo de su cooperativa y ahora siente un gran orgullo por eso. Preparó el examen del Ceneval y se siguió de largo con la licenciatura.
“Una vez terminada la carrera pienso apoyar a la cooperativa al 100 por ciento, porque de alguna forma ella me ha dado muchas cosas. Me siento muy agradecida con mi empresa, porque además de ser una empresa 100 por ciento natural tiene una historia a la vez cruel pero muy bonita, de mucha lucha”, dice Pilar.
El volver a la escuela le ha ayudado en su desempeño laboral y en su relación familiar con su hija adolescente. “Siento que mi hija me ve como un ejemplo”, comenta Pilar.
El detonante para seguir estudiando ocurrió cuando la hija terminó su educación media básica y le dijo “ya te alcancé porque tú nada más estudiaste la secundaria”, entonces Pilar desempolvó el certificado de bachillerato del Ceneval que obtuvo con apoyo de Pascual, y le contestó: “mira, todavía no me has alcanzado”.
Cuando Pilar dijo una vez que no tenía ganas de ir a la escuela, la hija reviró con una de esas lecciones que no vienen en los programas de estudio modernos: “ah no, ahora tienes que ir, porque cuando yo no quiera estudiar la universidad o me quiera salir, tú me vas a mandar a fuerza”.