Se compartieron experiencias organizativas y educativas de Argentina con grupos de la Ciudad en foro.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México, 3 de julio de 2015
Diversas organizaciones sociales y cooperativas de la Ciudad y su zona metropolitana, académicos y estudiantes se reunieron en el Foro de Cooperativas de Vivienda en México, para compartir, discutir y analizar experiencias, alternativas y retos que enfrentan. La viabilidad de un modelo cooperativista para la vivienda popular en esta ciudad articuló las reflexiones del foro.
Los ejes de discusión fueron la legislación para cooperativas de vivienda, la propiedad social, el manejo de los recursos económicos, y los procesos de educación y cultura cooperativas.
El Foro se realizó en el proyecto de vivienda de la Base Grupo Otomí Zona Rosa, organizado en la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata-Movimiento Urbano Popular (UPREZ-MUP). Asistieron cooperativas de vivienda como Palo Alto, de Santa Fe, el proyecto Guendaliza (hermandad en zapoteco) de Pantitlán, Tochán PCPESA de Azcapotzalco y Cooperativa de Vivienda de la Colonia Guerrero, entre otras.
También acudieron representantes de distintas organizaciones como Habitat International Coalition-América Latina, el Barzón Ciudad de México, el Frente Unido de Organizaciones Sociales y Ciudadanos, de Ejército de Oriente, así como estudiantes y académicos de la UNAM, la UAM y la UACM.
Las cooperativas de vivienda en Buenos Aires y la educación
Como invitada especial al Foro, Soledad Arqueros, activista y educadora popular, expuso sobre los “villeros” o invasores de predios y áreas urbanas que desde fines de los sesenta se han asentado en distintas zonas de Buenos Aires, y la forma en que se han constituido en un sujeto histórico que participa en la definición de las políticas habitacionales en la ciudad.
La brutal experiencia de las distintas dictaduras es el trasfondo de avances y retrocesos en los procesos de participación y organización de base, en los que se constituían federaciones de barrios y se padecían distintas fases de erradicación de las villas o invasiones erigidas por esas organizaciones populares.
Los distintos programas de regularización tuvieron efectos contraproducentes, por las imposiciones burocráticas y sobre todo por la transformación de las estructuras del movimiento popular, al generarse comisiones vecinales, de tipo vertical, que rompían la estructura federativa, más amplia y más horizontal en el territorio urbano. Además, los enfoque asistencialistas también tuvieron como efecto el desmantelamiento de la capacidad de autogestión.
Ante estas situaciones, Arqueros reivindica un cooperativismo autogestionario que transforme la institucionalidad y desarrolle una perspectiva integral del hábitat, que integre todo lo que se necesita para tener una vida plena. Ofreció detalles de la Ley 341, de vivienda, de la Ciudad de Buenos Aires, ordenamiento que regula créditos a colectivos organizados para compra de terrenos y construcción de viviendas, así como financiamiento para equipos técnicos.
El abordaje de la autoconstrucción y la educación generaron el mayor interés de los asistentes, que preguntaron todo tipo de detalles sobre la experiencia de los bachilleratos populares, que son formas autogestivas de educación para los jóvenes en los barrios.
El proyecto de vivienda del Grupo Otomí Zona Rosa
Juan Ventura Juan, otomí (Hña hñu) originario de Querétaro, contó a La Coperacha la experiencia de su grupo, en el que también hay mazahuas, triquis y otras etnias, que se dedican a la venta de artesanías en la Zona Rosa. Hacia 1994 empezaron a habitar en el predio de Chapultepec 342, invitados por personal de limpia de la ciudad, que lo ocupaba para guardar sus materiales de trabajo, pues los indígenas pernoctaban en la calle.
A fines de los 90 los propietarios iniciaron el litigio para el desalojo de todos los ocupantes, e inició la lucha en distintas instancias para obtener la titularidad del predio y la construcción de la vivienda. Ernesto González, de la UPREZ expuso detalles de la movilización y lucha que tuvo que darse para que finalmente, con el apoyo de instancias como el Instituto de Vivienda de la Ciudad (INVI), la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI), se concretará en 2005 la adquisición del terreno de 732 m².
Por el proceso de autogestión y organización acreditado ante INVI, hoy ya tienen un 95% de avance en la construcción, con 30 departamentos de dos y tres recamaras, además espacios comunes y para los talleres de elaboración de artesanías. Además, están en construcción otros dos proyectos en la Av. Lerdo, de 16 departamentos y cuatro locales para talleres, y otro en la colonia Moctezuma.
Los resultados del foro se darán a conocer a fin de estrechar los vínculos entre organizaciones y articular los esfuerzos de las cooperativas de vivienda en la lucha por un mejor hábitat para todos.