Santa Elena Tanlajás, se suma a Xilitla, en San Luis Potosí; lo acuerdan sus asambleas y lo firma el cabildo.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 01 de junio de 2016
La comunidad de Santa Elena, Tanlajás, acordó en asamblea comunitaria declararse libre del fracking y posteriormente el cabildo del ayuntamiento aprobó dicho acuerdo. Con ello Tanlajás se suma a Xilitla, que en noviembre con 2015 se declaró como el primer municipio sin fracking.
En un comunicado de la Alianza Mexicana contra el Fracking (AMCF), se señala que los integrantes del cabildo de Santa Elena Tanlajás aprobaron por unanimidad rechazar en todo el territorio del municipio los proyectos de extracción de hidrocarburos no convencionales que se auxilie del fracking.
El cabildo rechazó también “los megaproyectos de extracción de aguas”, y de manera explícita al proyecto de acueducto Monterrey VI, que pretende trasladar aguas de la cuenca del Pánuco a la Zona metropolitana de Monterrey.
Reunidos en el Foro por la Defensa del Territorio, organizado por autoridades agrarias, la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e Indígenas de la Huasteca Potosina (COCIHP) y la AMCF, 90 ejidatarios téenek de Santa Elena, acordaron rechazar al fracking y el ayuntamiento se comprometió a destinar recursos para la defensa jurídica de las comunidades rurales de dicha zona.
El integrante de la COCIHP, Rogel del Rosal, señaló que a raíz de la reforma energética y las rondas de licitaciones de contratos para la explotación de hidrocarburos anunciadas por la Secretaría de Energía, el territorio de dieciocho municipios de la Huasteca Potosina se encuentran en riesgo de ser afectados por pozos convencionales y no convencionales, que incluyen el uso de fracking. Añadió que las afectaciones de este tipo de pozos son profundas e irreversibles.
Los datos del fracking
De acuerdo a información de la AMCF, agrupación donde participan más de 40 organizaciones ambientalistas, entre ellas Greenpeace, desde 2003 se ha usado dicha técnica de extracción de hidrocarburos en al menos 924 pozos en el país.
En una breve radiografía del fracking, elaborada a partir de una solicitud de información pública, se señala que los estados con más fractura hidráhulica son Veracruz con 349 pozos, Puebla con 233, Nuevo León con 182, Tamaulipas con 100, Coahuila con 47 pozos y Tabasco con 13 pozos.
Sin embargo el documento “Proyecto Aceite Terciario del Golfo. Primera revisión y recomendaciones”, elaborado por la de la Secretaría de Energía (SENER) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), fechado en abril de 2010, se menciona específicamente que 1,323 pozos han sido fracturados mediante fracturamiento hidráulico en la zona del Paleocanal de Chicontepec, ubicado entre los estados de Veracruz y norte de Puebla.
Los daños del fracking
El fracking es una técnica para extraer del subsuelo petróleo y gas natural de yacimientos de lutitas, que se encuentran a profundidades de entre mil y cinco mil metros por debajo de la tierra. A través de pozos horizontales, que pueden extenderse por varios kilómetros en diversas direcciones, se fractura la roca con inyección a elevada presión de agua, arena y sustancias químicas para forzar la salida de los hidrocarburos.
La fracturación de un solo pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua. Los cálculos hechos por la AMCF señalan que el ritmo de explotación que se pretende imponer en México requiere de un volumen de agua suficiente para cubrir el consumo doméstico de hasta 7.2 millones de personas en un año.
Debido al uso de 750 tipos de químicos usados mediante la técnica del fracking, el agua queda inutilizable para otros usos y fuera del ciclo hidrológico, por lo que el impacto sobre los territorios “tiene altísimas repercusiones en la disponibilidad y calidad del agua, la emisión de gases y la proliferación de sismos en la región”, afirma la AMCF.
Foto: Alianza Mexicana contra el Fracking