Extrema desigualdad en México, forjada por la venta de bienes públicos: OXFAM

Foto: Julian Hochgesang // Oxfam México

Privatizaciones, concesiones, licencias y permisos han beneficiado a 11 de 14 ultrarricos, señala informe.

La extrema desigualdad en México se ha forjado a partir de privatizaciones, concesiones, licencias y permisos gubernamentales para explotar bienes nacionales, que han constituido una “masiva transferencia directa de riqueza”, documentó Oxfam Mexico.

Al presentar su informe El monopolio de la desigualdad, la organización planteó que esta transferencia económica también se mira en el hecho de que la riqueza nacional que corresponde al gobierno pasó de 23.2 a 9.3% de 2003 a 2020, mientras que la de las empresas creció de 18.2 a 25.2% en el mismo tiempo.

Oxfam añadió que la desigualdad extrema también es producto de decisiones políticas desde, al menos, las últimas cuatro décadas. Lo que ha permitido la consolidación de un grupo reducido de ultrarricos (personas que tienen fortunas superiores a mil millones de dólares) que se han aprovechado de un sistema legal y tributario a modo para incrementar sus fortunas.

Más de mil empresas públicas fueron privatizadas en las últimas cuatro décadas y muchas de ellas quedaron en manos de quienes componen la lista de ultrarricos de México, señaló Oxfam. A ello se suman las concesiones, licencias y permisos otorgados en el mismo periodo, de los que se han beneficiado 11 de los 14 ultrarricos mexicanos.

Algunos de estos personajes que forman la lista de ultrarricos son Carlos Slim con Telmex, Ricardo Salinas Pliego con TV Azteca, Germán Larrea con Ferrocarriles de México y concesiones mineras, así como Carlos Hank Rhon en el sector bancario.

El modelo ha beneficiado en tal medida a los ultrarricos que tan sólo Carlos Slim y Germán Larrea, los dos más ricos de México y de América Latina, han crecido su fortuna 70% desde el 2020. Además su riqueza equivale a lo que posee la mitad de la población más pobre en toda América Latina y el Caribe, unas 334 millones de personas, apuntó Oxfam.

Además, las empresas de las que son propietarias los ultrarricos cuentan con un poder monopólico que les permite fijar los precios en los principales sectores de la economía en detrimento del resto de la población. Este poder económico se traduce también en poder político, lo que “les permite influir en las reglas del juego de su relación con el Estado mexicano” con lo que se afecta a las micro y medianas empresas.

Ante ello, Oxfam planteó una agenda donde se reconozca que “la economía es política”, donde además el Estado revitalice su papel en la economía: dé marcha atrás y regule monopolios, ponga impuestos a grandes corporaciones, y fortunas personales, reconozca y promueva nuevas estructuras empresariales y de propiedad, con una apuesta por la economía social y solidaria.

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1 COMENTARIO

  1. Vale la pena escuchar con detenimiento a Alexandra Haas Paciuc, Directora Ejecutiva de OXFAM México, en el Foro: Tres décadas de pobreza y desigualdad en México. Y contrastarlo con las opiniones de otras personas ponentes, como las de Gerardo Esquivel del Colegio de México, organizado por el PUED UNAM.

    https://www.youtube.com/live/rqkilaChoI0

    Hacerlo nos ayuda a ir ubicando el posicionamiento “progre” de OXFAM obligado en todo el mundo a distanciarse -con razón o no- de las políticas populistas, así calificadas por el pensamiento neoliberal.

    Saludos

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