Hace falta una integración nacional de prácticas de economía solidaria para romper con el mercado capitalista.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 25 de abril de 2018
México ha tenido un desarrollo importante de las diferentes prácticas de la economía solidaria, pero hace falta generar la integración nacional de estas, señala Euclides Mance, coordinador general de la Red Solidarius en Curitiba, Brasil.
Para el también filósofo brasileño, es importante la creación de estrategias de redes de economía solidaria, lo que permitiría conectar circuitos locales de forma nacional, para permitir “que aquello que se produce en una región de México en la economía solidaria pudiera ser consumido en cualquier otra región de México”.
Además señala la importancia de que exista un fondo de economía solidaria conectado con otros fondos en el país, lo que permitirían generar inversiones productivas de proporciones mayores.
Euclides también advierte que toda práctica de economía indígena, agricultura familiar y economía solidaria, al final está conectada con el mercado capitalista, lo que hace fundamental que en México “se organicen redes de economía solidaria, conectando toda esta gran diversidad de prácticas e iniciativas, construyendo flujos económicos que integran estas acciones”.
La idea es que una iniciativa de economía solidaria pueda comprar a otra, y de esta manera se articulen cadenas productivas que progresivamente se constituyan como inversiones colectivas, para ir sustituyendo proveedores del mercado capitalista por proveedores de los circuitos económicos solidarios.
Un ejemplo considerado por Euclides como inspirador es la práctica del Tláloc que ahora avanza en el fortalecimiento de la economía del don, organizados ahora con la moneda solidaria el Ecomún.
A través de esta estructura las personas interesadas en construir una economía del don pueden acercarse y colaborar dentro de esta redes de economía solidaria, para fortalecer los procesos económicos que “ya no están más fundados solamente en el trueque de productos mensurados en su valor, más bien en relaciones solidarias entre las personas, valorando las capacidades de cada cual, en la atención de las necesidades de cada cual”.
“Entonces son elementos muy importantes que se van desarrollando porque una economía de liberación se construye a partir de la praxis económica de la liberación”, señala Euclides.
La Coperacha
