Presenta dos poemarios en la Galería Memorias de Utopía.
La Fundación Cultural Pascual además de realizar exposiciones de su acervo de artes plásticas también hace libros. El martes 8 de agosto presentó dos publicaciones y realizó una velada literaria con lecturas y firmas de autor en la Galería Memorias de Utopía, de la cooperativa Pascual.
Así la fundación regresa a la hechura de libros, actividad que combina con la elaboración de carteles y volantes para apoyar proyectos culturales y que pausó por dos años. De su producción libresca destaca una edición especial de Décimo round de Paco Taibo II.
El regreso editorial se enmarcó con la presentación del poemario Corazones de Jade, publicación colectiva de los poetas Miguel Eugenio Ortiz Magro, Gonzalo Ceja y Jorge Gilberto Álvarez Pérez, así como La muerte y otros pesares, una compilación de calaveras literarias del cooperativista jubilado, Valente Sánchez Huerta.
Los primeros, expresaron su agradecimiento a la fundación y a la cooperativa por permitirles “hacer una travesura poética” que se materializó en Corazones de jade.
Recordaron cuando fueron invitados a participar de jurado en los concursos literarios “Los Amorosos” del año 2022 y 2023, que organiza la Fundación Pascual en el mes de febrero para los socios y trabajadores.
El cooperativista jubilado fue recibido con aplausos cuando leyó dos de sus calaveritas. Valente narró que cotidianamente escribía calaveritas a sus compañeros de la cooperativa, hasta que en 2011 uno de ellos le dijo que metió los versos al concurso “Pelona de mis Amores” que organiza la fundación Pascual, y ganó el segundo lugar.
Desde entonces y por 13 años seguidos el cooperativista jubilado participó en dicho concurso y ganó en siete ocasiones, narró entre aplausos de sus compañeros.
Evelia Martínez Suárez, la tesorera de la Fundación Cultural Pascual, agradeció la participación de los autores y recordó que una de sus actividades es fomentar la creación literaria entre los socios y colaboradores de la cooperativa.
La velada literaria cerró con la lectura en náhuatl de Actehuatl (aunque seas quien fueres), escrita por Gilberto Álvarez Pérez en reflejo de una cosmovisión indígena que también pregona en papel.
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