Desde la Comunalidad

Jaime Martínez Luna

Guelatao de Juárez, Oaxaca

Toda argumentación jurídica fenece ante el interés político. Un sistema republicano fundamenta su regulación en campos jurisdiccionales, que obviamente se derivan de un consenso político. Es decir, suscribir una ley es un acuerdo político.

El hecho de que existan tres poderes; el ejecutivo, el legislativo y el judicial, supone que su acuerdo es lo suscrito en la constitución.

Sin embargo, en esta ocasión uno de esos poderes se fundamenta en lo supuestamente jurídico, o sea la técnica jurídica, para invalidar lo que políticamente los tres poderes acuerdan desde la Constitución. Es decir, se olvida de que se navega en campos políticos, no jurídicos, pues estos pueden modificarse si hay acuerdos políticos.

El caso es que el poder judicial quiere marearnos. Dejarnos guiar del poder judicial, implica invalidar lo conseguido por Morena en las elecciones. Y a su vez, darle el rango de Supremacía al poder judicial por encima de lo que diga la “voz” de la ciudadanía.

Aunque no creemos en la democracia, tenemos que aceptar que es la palabrita sagrada para la mentalidad liberal, colonial, y patriarcal.

Es por ello, que todo se estaciona en lo político, entre los que quieren desaparecer la corrupción, y aquellos que se fundan en ella para labrar sus riquezas. Entre los que defienden sus privilegios y los que ansían una mejor distribución del erario público.

Muchos hablan de una Dictadura actual, y se olvidan de lo que Vargas Llosa dijo, “México es una dictadura perfecta”, por allá de los noventa. No cabe duda, que el razonamiento liberal está en plena crisis. Es decir, sus acuerdos políticos legislativos ya no son útiles para el encuentro de salidas dentro del mismo razonamiento.

Algo más preocupante es lo que señalan los intelectuales liberales modernos, quienes al descubrir el laberinto en que la liberalidad nos ha metido, empiezan a hablar de “Democracia Comunal”. Es decir, encontrar un camino desde dentro de lo liberal. Fundándose en Marx, y en la historia europea de lo comunal, buscan una solución liberal a las atrocidades que se nos han impuesto durante siglos.

La crisis es civilizatoria. La Supremacía del individuo sobre lo Comunal es algo que está llegando a su fin.

Sin embargo, la guerra jurídica actual tendrá que encontrar una salida política. Morena y su mayoría aplastante, no quiere negociar con la corrupción. Tiene argumentos jurídicos que tienen fuerza política. El poder Judicial, tiene que adecuarse a los tiempos actuales, que, aunque no nos guste el sello liberal que ostenta, es el lenguaje que les ha servido para dar continuidad a este sistema de vida, regulado por el Capital, y dominado por el Poder de las “mayorías”, haciendo respetar por la fuerza la Propiedad Privada.

Que no nos engañen, la mentalidad liberal está en crisis, y ya no existen salidas. El acuerdo político tendrá que buscarse en los tres poderes de una República Liberal. México tiene en su profundidad una natural manera de diseñar una civilización nueva, que, aunque la ficción liberal impide reconocerla y aprovecharla, está ahí para sanear todas sus enfermedades.

Imagen: Rufino Tamayo (Oaxaca de Juárez 1899 – Ciudad de México 1991) Animales.

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