Con metodología de acompañamiento se piensa formar cuatro empresas sociales en Cherán y cinco en Tancítaro.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 09 de junio de 2016
La Universidad Iberoamericana de Puebla, a través de su Laboratorio de Innovación Económica y Social, que coordina Juan Manuel Martínez Louvier, ha sembrado varias semillas a partir de una metodología y acompañamiento con jóvenes incubadores, que detonarán en cooperativas y otras empresas de economía social en Cherán y Tancítaro.
El objetivo es “lograr la reconstrucción del tejido social a través de las empresas sociales”, explicó a La Coperacha, el maestro Héctor Miranda, coordinador de los talleres de incubación y acompañamiento a proyectos productivos en Michoacán, Guerrero y Oaxaca.
En Cherán y Tancítaro, Michoacán, el laboratorio de la Ibero ha trabajado por medio de jóvenes de dichas comunidades serranas la formación de empresas sociales que van desde la panadería, tienda cooperativa, deshidratados, viveros con lombricomposta, cervecería artesanal, una preparatoria por cooperación y un proyecto de reciclaje, este último en colaboración con el ayuntamiento de Tancítaro.
En las instalaciones del restaurante La Parangua, a unos metros de una de las barricadas comunitarias de Cherán, los jóvenes incubadores y talleristas de la Ibero evaluaron la aplicación de la metodología para el acompañamiento de empresas de la economía social.
La Parangua es en sí misma, una empresa social asentada en terrenos comunales, que abrirá sus puertas en un plazo de 30 días, de acuerdo a lo explicado en dicho encuentro.
El método Ibero
La metodología aplicada por la Ibero surge a partir de sistematizar los procesos de una incubadora puesta en marcha en la universidad donde se han formado muchas empresas, explica Héctor Miranda a La Coperacha.
Consiste en un acompañamiento a grupos de por lo menos tres personas, con quienes se trabajan desde cuatro tipos de dimensiones: social, empresarial, de innovación y de redes, explica el también integrante del Laboratorio de Innovación Económica Social.
“Se trata de que el incubador sea muy realista todo el acompañamiento en cuanto al mercado, los procesos, los costos, de tal manera que pueda llegar a ser rentable, que no se quede en la conformación de un grupo sino que dé resultados”, plantea Miranda.
Añade que una de las claves de la metodología es su dimensión social, “donde el orientador hace el acompañamiento a los grupos sin ser el último responsable”.
La primera etapa con las empresas sociales de Michoacán concluye en noviembre, entonces se elaborará un diagnóstico y se decidirá si se acompañan tres meses más, seis o año y medio, señala el coordinador de los talleres.
Las semillas en Cherán
Para Salvador Ceja Guerrero, integrante del Consejo de Bienes Comunales en Cherán y administrador de una de las empresas comunales, el trabajo de acompañamiento de la Ibero ha impactado en la administración de sus empresas.
Señala que las empresas comunales ya son autosustentables, no hay ninguna instancia de gobierno que le esté inyectando recursos, el trabajo de la Ibero “impacta al grado de que hay una mejor relación entre trabajadores, gerente y parte de la estructura de gobierno”.
El también administrador del aserradero comunal sostenible, que sólo trabaja a partir de árboles caídos por el clima o enfermos, el mejor impacto que se puede brindar a Cherán es generar fuentes de empleo, “ahorita tenemos 15 de manera directa, más otras 8 indirectas; si logramos obtener infraestructura, maquinaria y abastecimiento, podríamos emplear hasta 50 personas y eso generaría estabilidad en algunas familias”.
Las otras semillas sembradas en Cherán son el restaurante La Parangua, con cinco personas; el grupo de agricultores Los Potrillos, que son 15 campesinos que trabajan la avena; otra de textiles con cuatro personas; y una más de lácteos.
“En Cherán hay un ejercicio de la autonomía política muy claro, modélica diría yo en el país, ahora lo que se busca es la autonomía económica”, dice el maestro Héctor Miranda, pues a pesar de lo vivido la situación económica sigue igual, plantea, “y creemos que esta manera de acompañar emprendimientos de economía social, ofrecen una alternativa a la manera tradicional de hacer economía”.
Al referirse al potencial de las empresas comunales de Cherán, Miranda las mira con buenos ojos: “se puede crear una muy buena cadena de valor en el tema de la madera, en el aserradero está inhabilitada una carpintería que rehabilitándola pudiera dar buenos resultados, luego sería la comercializadora… me parece que ahí hay una buena posibilidad, pero ellos decidirán”.
La Coperacha