“Lo único que queremos es seguir trabajando”, responden socios ante amago.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 22 de mayo de 2013
Luego de varias horas de tensión vividas ayer, fracasó el segundo intento de desalojo de los trabajadores de la cooperativa Restaurante Alé Alé en Buenos Aires, Argentina, ordenado por el juez Martín Christello.
Los socios de esta cooperativa trabajan en el restaurant del barrio de Villa Crespo desde el 11 de enero como parte del proyecto autogestivo de recuperación de sus fuentes de empleo, luego de que los dueños habían dejado de pagarles desde cuatro meses atrás y decidido cerrar el negocio.
Reconsidere, juez
Luego del intento de desalojo, el presidente de la cooperativa, Andrés Toledo, pidió al juez Christello que reconsidere “porque nosotros queremos lograr un contrato de alquiler”, para ello aseguró que necesitan un tiempo razonable. “No podemos encontrar otro local en tan poco tiempo como lo estaban proponiendo ellos”, los propietarios.
Toledo aseguró ante decenas de medios de comunicación, que han hecho una oferta de compra del local a los dueños, adquisición que podrían lograr con un crédito bancario. Sin embargo agregó que “nos han dicho irónicamente… ¿quieren comprar el local?, traigan un millón 550 mil dólares en 15 días“.
“Nosotros hemos mantenido la puerta abierta de Alé Alé, que es nuestra fuente de trabajo y es lo más importante que tenemos hoy día. Lo único que queremos es seguir trabajando, no nos cierren las puertas a esta cooperativa de trabajo que es un éxito.El restaurante es factible para pagar un crédito”, afirmó Andrés Toledo.
El chanchullo
Por su parte Federico Tonarelli, representante de la Federación de Cooperativas y Trabajadores Autogestionados (FACTA), denunció que “claramente hay una maniobra de vaciamiento por parte de las entidades que gestionaban a los cinco restaurantes” del que formaba parte Alé Alé.
“Estamos convencidos que los dueños tienen la intención de llevar a cabo un negocio inmobiliario en esta esquina y alegan una supuesta compra del inmueble para ir contra la cooperativa de trabajo y provocar este desalojo”, agregó el integrante de FACTA.
En días recientes Alé Alé obtuvo la matrícula del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), así como muestras de solidaridad de legisladores porteños, cooperativistas, colegas del gremio, vecinos y socios de cinco parrillas cooperativas quienes organizaron una cena de apoyo a los cooperativistas.
Los propios proveedores del restaurant se sentían satisfechos con el trabajo de la cooperativa pues “llevaban sin cobro desde el año pasado”, sostuvo Roberto Montero de la cooperativa Mangiata, en una actividad de apoyo para Alé Alé.
La ley del más fuerte
El diputado Edgardo Form, del Frente Nuevo Encuentro, anunció que presentará una iniciativa de Ley “para que los trabajadores de la cooperativa Alé Alé puedan ejercer su legítimo derecho constitucional y conservar su fuente de trabajo”.
El legislador agregó que en Buenos Aires existe una Ley “que establece la figura de ocupación temporaria que les permitiría, haciéndose cargo del pago del alquiler, a los titulares de este inmueble tener el tiempo suficiente para reinstalarse en otro local”.
Queda el antecedente de la actuación del jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, quien recientemente vetó la Ley de Empresas Recuperadas que pretende proteger y promover el crecimiento de las empresas recuperadas por sus trabajadores.
La postura del gobernante porteño se llevó la animadversión del movimiento cooperativista al vetar una ley que había sido aprobada por una mayoría de 56 legisladores de Buenos Aires.
La historia de una recuperación
Antonio Giammateo, socio de la cooperativa, publicó el 27 de marzo en el sitio de Taringa su testimonio sobre las condiciones laborales del restaurant antes de la recuperación.
“Jamás cobramos nuestros sueldos en fecha, a fines de diciembre estábamos empezando a cobrar noviembre y se corría la bola de que el local estaba por cerrar. Nos sentíamos rehenes de nuestro trabajo, si renunciábamos no nos iban a pagar nada, lo veíamos con nuestros ex compañeros, si seguíamos trabajando éramos conscientes de que jamás estaríamos al día”.
El día que la gerencia les comunicó a los empleados que el lugar cerraría y se quedarían sin trabajo y sin sueldos vencidos, tomaron “la determinación de recuperar a la empresa y convertirla en una cooperativa”, continúa el escrito de Giammateo.
Bajo el título de “Mi jefe no me pagaba y lo echamos (formamos una cooperativa)”, el testimonio de Giammateo fue compartido miles de veces en el portal colaborativo Taringa.
Alé Alé es una de las cinco cooperativas que existen en Argentina donde los trabajadores gastronómicos se asociaron para mantener sus fuentes de empleo. Los otros restaurantes recuperados en cooperativa son Mangiata, La Soleada, Don Battaglia y Los Chanchitos.
Las 148 familias que dependen del trabajo de la cooperativa Alé Alé han quedado a la espera de la respuesta judicial.