Cooperativistas en peligro de desalojo.
La Coperacha // Pablo Correa
Ciudad de México // 07 de abril de 2014
Cuando el cooperativismo se hospedó hace 11 años en el Hotel Bauen en Buenos Aires, Argentina, no vino sólo, con él trajo a otros huéspedes como la cultura, la actividad política y una resistencia que se ha convertido en un símbolo.
El Hotel B.A.U.E.N, ubicado en la Avenida Callao, una de las principales en el centro de Buenos Aires, es administrado y dirigido de manera exitosa por sus ex empleados y hoy miembros de la Cooperativa Buenos Aires Una Empresa Nacional (B.A.U.E.N), que decidieron recuperar su fuente laboral.
Sin embargo, a la par de esta década de trabajo, ha estado presente la amenaza legal que lleva consigo el fantasma del desalojo. A finales de marzo, justo en el 11vo. Aniversario de su recuperación, los cooperativistas han recibido una notificación que ordena el desalojo del hotel para finales de abril.
Historia
La vida del Hotel Bauen de cuatro estrellas, explica parte de la historia política y económica de los últimos 40 años de Argentina. Ideado en 1976 mientras se vivía la última etapa de la dictadura cívico- militar en Argentina, fue concebido para recibir a turistas del mundial de fútbol 1978.
Para su construcción recibió financiamiento gubernamental del conocido “Ente Autártico Mundial ´78”, algo así como una comisión encargada de organizar el mundial en el país sudamericano. Este ente, manejaba recursos a discreción cobijado en un decreto, y fue a través del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE) que se destinaron los recursos gubernamentales para la construcción, los dueños de Hotel Bauen jamás devolvieron esos recursos.
La época dorada del Hotel Bauen ocurre en los años 80, mientras que para la década siguiente el hotel fue sede de reuniones de grupos políticos que fueron desde el peronismo hasta las ceremonias de reelección de Carlos Menem.
La caída del Bauen está marcada a finales de los 90, la apertura al libre mercado trajo consigo la incursión de las grandes cadenas hoteleras que desplazaron a los hoteles argentinos. En 1997 el hotel fue vendido a la firma chilena Solari por 12 millones de dólares, de los cuales sólo pudo pagar 4.
Crisis Argentina
Al mismo tiempo que la compañía que buscaba adquirir el Bauen quebró, Marcelo Iurcovich principal accionista del Hotel Bauen, creó el grupo de Mercoteles que a los pocos días se compró a él mismo, el Hotel Bauen.
En medio de la principal crisis económica Argentina, en 2001 cerró el hotel y fueron lanzados a la calle los 80 trabajadores que apenas conservaba. En los años subsecuentes un grupo de 30 trabajadores decidió emprender la lucha por mantener su fuente de empleo e inspirados por experiencias como la Cooperativa Chilavert Artes Gráficas y apoyados por el naciente Movimiento de Fábricas Recuperadas de Argentina.
Conformados en una cooperativa, para finales de marzo del año 2003 los empleados recuperaron su fuente laboral al echar andar el edificio de hospedaje. Poco a poco fueron activando cada parte del hotel de 20 pisos.
Habitación doble
Hoy en día, en el Hotel Bauen trabajan cerca de 130 personas. De las más 200 habitaciones que posee, funcionan unas 170, así como 6 salones y el bar; mientras que la alberca y el lugar para bronceado están por abrirse.
El hotel funciona con tres turnos, y aunque las responsabilidades y sueldos de los cooperativistas son distintos, la diferencia no puede sobrepasar la proporción de un sueldo de 3 a 1, que en un hotel normal llega a una inequidad de 10 a 1.
El Hotel Bauen, si en otro tiempo fue el espacio de reunión de la clase empresarial y política, hoy es el de la clase trabajadora y del sector de la economía social y de expresiones proclives a ella. Lo mismo puede recibir asambleas del mundo del trabajo, que celebraciones artísticas como la Convención Anual de tatuajes, o la elección de Miss Trans (transgénero) en 2013.
La expropiación
Luego de la notificación de desalojo, diversas voces como la de la Legislatura de Buenos Aires han expresado su preocupación y han manifestado su acompañamiento a la cooperativa.
“El desalojo podría significar la pérdida de 130 puestos de trabajo y, también, la interrupción de un proceso que demuestra y hace posible una forma alternativa de gestión empresarial desde una mirada social y colectiva”, recoge el diario Télam de Argentina.
Del lado de los trabajadores, se sabe que la opciones para resolver el conflicto son pocas, pues han reconocido que desde lo legal no hay, pues para la justicia del inmueble el hotel es de Mercoteles, ha dicho Federico Tonarelli, vicepresidente de la cooperativa.
Para los cooperativistas la solución es política, y es vía la expropiación del hotel. De la cual ya se ha presentado un proyecto de Ley que busca expropiar varios inmuebles a favor de los trabajadores.
“Nosotros planteamos que si el estado ejecuta las deudas que el empresario Marcelo Iurcovich contrajo para construir el Bauen, el hotel del Estado. Y nosotros no queremos que el Estado nos los regale; sentémonos a buscar una solución, ya sea alquiler, un comodato, un préstamo a 20 años para poder comprar el inmueble”, ha declarado Federico Torelli, trabajador y vicepresidente de la cooperativa.
El destino que tenga el Hotel Bauen es clave para el Movimiento de Fábricas Recuperadas que busca una Ley Nacional de Expropiación en Argentina, pues el Bauen es una de muchísimas experiencias autogestivas que se encuentran en una situación similar. Además, en dónde se hospedará el sector social.