Dos especialistas exponen cómo unidad y solidaridad han sido factores clave en el éxito de la cooperativa.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 03 de agosto de 2015
Dos estudiosos del cooperativismo y de la economía social y solidaria nos ofrecen su punto de vista sobre lo que ha sido la trayectoria de la cooperativa Pascual en sus 30 años. Juan José Rojas, investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo, y Francisco Saucedo, miembro del Centro Internacional de Investigación de la Economía Social y Solidaria (CIIESS) de la Universidad Iberoamericana, describen el contexto en el que emerge la cooperativa, anotan sus principales logros y plantean retos a futuro, bajo ese tono fraternal propio de actores comprometidos con el tema.
La resistencia de la clase trabajadora
El profesor y coordinador nacional de la Red de Investigadores y Educadores en Cooperativismo y Economía Solidaria (Redcoop), Juan José Rojas, describe el ambiente económico y político en el que surge la cooperativa.
“La huelga en Pascual se da en los inicios del neoliberalismo. En ese momento la lucha de Pascual quedó inscrita como una expresión de resistencia de la clase trabajadora en contra de ese viraje que se hizo sin consultar a la sociedad civil, mucho menos a los trabajadores.”
“La lucha de Pascual fue para conservar la fuente de trabajo y en resistencia contra la negativa de los patrones a acatar una disposición emitida por el gobierno federal de aumento salarial. Esa lucha tiene un significado muy importante: luchar por el empleo y por el poder adquisitivo de los salarios.”
Por su parte, Francisco Saucedo, se concentra en el ambiente social. “En la Unión de Vecinos de la Colonia Guerrero recordamos cómo en 1984 Pascual venía de un movimiento obrero-sindical contra la ilegalidad de los dueños de la empresa. “Los Pascuales” (así les decíamos), subían al metro, a los autobuses, a las plazas, afuera de las iglesias, con botes, dándonos volantes o hasta gritando, haciendo una comunicación con la gente que iba de paso, de cuál era la lucha de Pascual, en qué estaban, cómo iban.”
“Pascual tiene su origen en esta lucha obrera y en una gran movilización en la ciudad pidiendo la solidaridad de los ciudadanos y de muchas organizaciones. Te los encontrabas en todo momento solicitando un apoyo solidario para mantener el movimiento.”
La construcción de la cooperativa, la reconstrucción de la solidaridad
Los dos estudiosos coinciden en que resultó un viraje inesperado pasar de la reivindicación salarial y la lucha como organización sindical a transformarse en cooperativa. Destacan el papel de Demetrio Vallejo en esa decisión.
Juan José explica: “sólo al final de la huelga tomaron la decisión de volverse cooperativa. Particularmente Demetrio Vallejo les propuso volverse cooperativa, tuvo esta idea que fue brillante y la adecuada en esas circunstancias que atravesaban: no es lo mismo tener patrón que ser su propio patrón. Tuvo que producirse un cambio radical en la conciencia de todos los compañeros en el movimiento huelguístico.”
Por su parte, Francisco señala: “la presencia de Demetrio Vallejo, un líder obrero muy reconocido en el país, de una conducta intachable como dirigente obrero-sindical, de la lucha político social, perfila la posibilidad de convertirse en cooperativa. Es un proceso muy importante que ellos van viviendo, esa transformación del obrero en lucha con la empresa por todos sus derechos, a ser propietarios de la empresa.”
El exdiputado, quien presidió la Comisión de Fomento Cooperativo y Economía Social de la LIX Legislatura (2003-2006), subraya que confluyeron esa transformación radical en la posición de los trabajadores y el cariño logrado por la cooperativa en la ciudad por la solidaridad que desplegó también hacia los damnificados y para la reconstrucción tras los sismos. “Fueron momentos históricos en la Ciudad de México, de solidaridad y reciprocidad.”
En esta línea, es enfático en la relevancia de la cooperativa. “No podemos hablar de cooperativismo en México sin tomar en cuenta a Pascual, por su origen, por su historia, por su proyección. Hay muchos aspectos relevantes, desde la consolidación de la empresa como cooperativa boyante, exitosa. No era solamente sostener la empresa, sino la competencia con multinacionales muy fuertes.”
Juan José también explica esta confluencia. Recuerda que la unidad interna fue una de las fortalezas históricas de los trabajadores y que no fue fácil ese salto cualitativo de obreros a cooperativistas: “aprendieron a aprender rápido y aprendieron muy bien.”
El otro factor del éxito de la cooperativa “ha sido la solidaridad externa, de muchos grupos sindicales, del propio movimiento cooperativo, de otros grupos sociales. La cooperativa aprendió muy bien que las luchas populares sólo triunfan en un marco de solidaridad mutua. Pascual se ha distinguido por eso, por brindar solidaridad a distintas luchas sociales a lo largo de su historia. Eso le ha ganado una presencia y un reconocimiento que es un valor agregado para la cooperativa.”
“Pascual demuestra que se pueden hacer las cosas, que el cooperativismo no es un asunto de pobres y que gente sencilla, los trabajadores, tienen toda la capacidad para gestionar exitosamente empresas de gran magnitud, de calidad internacional. Eso está plenamente demostrado.”
“A partir de su lucha y de la capacidad para mantenerse en ese mercado, que es altamente competitivo, con empresas poderosas, transnacionales, Pascual se convierte en un punto de referencia para el movimiento cooperativo, es una cooperativa emblemática, un símbolo. Lo han ganado a pulso y es necesario reconocérselos.”
Retos para el futuro
El sesgo fundamental de los organismos sociales y solidarios no es solamente la economía, pues impactan en las relaciones sociales, en las comunidades donde están insertos, en cuestiones como las educativas, en la cultura, en la creación de comunidad y de identidad, explica Francisco Saucedo.
El reto es alcanzar “una visión integral de seguir construyendo lazos, puentes, articulaciones, mayores compromisos, creación de redes de base territorial, productiva, social, académica, cultural, política, que van mejorando las condiciones de vida, sentidos propios colectivos.”
Así, lo más importante es que los cooperativistas de Pascual “no olviden su origen de lucha sindical, obrera, popular, que es parte de lo que los construyó como cooperativa. La Ciudad de México tuvo una marca con la lucha de los Pascuales, sabíamos que estaban ahí porque te los encontrabas en todos lados, ibas al parque, a una festividad, salías de la iglesia, te subías a un camión o al metro y ahí estaban.”
“Mucho de lo que les dio fortaleza en su lucha, sin olvidar el apoyo y la solidaridad de otros sindicatos, el SITUAM, STUNAM, los de la industria nuclear, fue que consiguieron recursos económicos así, en ese contexto de luchas democráticas y movilizaciones.”
Por todo ello, para Francisco Saucedo el reto fundamental es que no olviden su origen, “eso es fundamental para decir que un modelo cooperativo que pueda replicarse en las organizaciones obreras, campesinas y populares, tiene proyección para mejorar sustantivamente nuestras condiciones de vida como trabajadores, como familias.”
Juan José Rojas también pone los retos en el plano identitario y cultural. “Hay muchos retos desde el punto de vista empresarial y comercial, y ellos tienen conciencia de eso. A mí me preocupa el tema del relevo generacional. Los compañeros que han gestionado la cooperativa son la generación que la conquistó a través de la lucha social y que tenía una convicción bastante clara de cuál tenía que ser el papel de la cooperativa.”
“No estoy tan seguro de que las nuevas generaciones estén suficientemente preparadas para ello. Si algo pudiera recomendar sería justamente trabajar con las nuevas generaciones, invertir mucho en educación cooperativa para generar ese ambiente, que no se pierda la mística de lucha de la cooperativa, para salir adelante ante sus problemas, para trabajar, mantener la fuente de trabajo y para apoyar al pueblo de México.”
Bajo esta idea hace votos por la cooperativa. “Que los nuevos socios tengan bien metida esa convicción en su mente y en su corazón y eso le dé una larga vida a la cooperativa. Mis mejores deseos para ellos.”
Foto: Archivo de la Cooperativa Trabajadores de Pascual
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