Cooperativa uruguaya Cotrapay a punto de exportar a Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y México
Ciudad de México // 28 de enero de 2013
Redacción La Coperacha
La fábrica se llamaba Paylana y estaba ubicada en Paysandú, Uruguay. Se fue a la quiebra en 2010 con adeudos de 20 millones de dólares a diversos acreedores. En ese entonces había cerca de 500 trabajadores. Los que se asociaron, crearon la cooperativa de textiles Cotrapay (Cooperativa de Trabajo de Paysandú) y se apropiaron de la fuente de empleo.
Hoy Cotrapay ha encendido las calderas de la fábrica, hacen su prueba de producción piloto y están a punto de reiniciar las ventas de exportación a un mercado que llaman “regional”: Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y México.
Los ex trabajadores de Paylana han pasado la prueba de la quiebra, del juicio para adquirir los bienes y la reorganización laboral. Actualmente son 200 socios, beneficiados por el Fondo de Desarrollo Regional (Fondes) uruguayo para comprar materia prima y trabajar.
El presente
Mauro Valiente, presidente de la cooperativa, narra en entrevista con El País de Uruguay cuál es la apuesta de Cotrapay para el futuro, basada sobre todo en la innovación tecnológica, en el desarrollo de líneas más convencionales y de buena calidad, en la reestructuración del organigrama interno y en la apertura a un mercado regional.
A Valiente se le pregunta cuál es la diferencia entre la cooperativa Cotrapay y la fábrica Paylana, a lo que refiere cosas básicas pero importantes: la empresa “tenía una estructura administrativa muy pesada con salarios muy altos, hoy la cooperativa achicó esa estructura”.
Paylana tenía gran variedad de diseños, colecciones hechas para Europa que luego no se vendían, mientras que Cotrapay tendrá sólo tres líneas bien definidas, hilados, botonería, y tejidos para dama y caballero en una línea muy convencional, agrega Mauro.
Y aunque Paylana fue pionera en materia de calidad, el último año no le dio la importancia requerida y sufrió muchos pedidos rebotados, refiere Valiente, “en Cotrapay le apostaremos a la calidad”.
En estos momentos Cotrapay pule sus procesos de producción desde que la lana es recibida en la planta hasta que la prenda queda lista para ser entregada al comprador, puede leerse en los medios informativos uruguayos.
El peso del Estado
Un momento importante en la formación de la cooperativa fue el respaldo dado por el Ejecutivo de su país, pues en medio de una polémica subasta por los bienes de Paylana, el presidente José Mujica visitó a los trabajadores para ofrecerles su respaldo.
En aquella ocasión, a finales de agosto del 2012, Mujica dijo que “el Estado uruguayo se compromete con este experimento de transformar esta vieja fábrica en una cooperativa, para que empiece a trabajar lo más rápidamente posible”.
Antes, Mujica y su gobierno debían esperar el fallo de la Justicia, puesto que la puja por los bienes del 13 de agosto había sido desconocida por denuncias contra trabajadores que impidieron el paso a unos inversionistas privados.
En octubre, repetida la subasta y esta vez sin sobresaltos, el estatal Banco de la República (BROU) logró adquirir la maquinaria, los telares y el inmueble de la ex Paylana por 2 millones 750 mil dólares.
Desde el momento de la adquisición de los bienes el Estado de Uruguay anunció que en breve la fábrica volvería a operar. El ex ministro del Trabajo y actual Embajador Itinerante, Julio Baraibar se congratuló por la adquisición de los bienes ya que “la creación de la cooperativa es una forma muy buena de conservar los puestos de trabajo”.
El intendente de Paysandú, Bertil Bentos, calificó el momento como “una enorme satisfacción que está viviendo todo Paysandú” y agregó que la recuperación “la sacamos entre todos y entre todos podemos sacar 20 Paylanas más en el país”.
El peso del Estado ha sido tal que apenas el 26 de diciembre, el ministro de Industria, Minería y Energía, Roberto Kreimerman, firmó un acuerdo con la intendencia de Paysandú para entregarle a Cotrapay 3 millones de pesos no reembolsables para la mejora de la infraestructura.
La cara femenina de Cotrapay
La cooperativa tiene una cara femenina muy participativa, pues de los casi 200 socios 87 son mujeres, de ellas, la mitad son jefas de familia con dos hijos o más a cargo.
María Inés Irisarri, actual vocal del Consejo de Dirección, accede a charlar con La Coperacha sobre el papel que ella y otras compañeras suyas tienen que jugar dentro de Cotrapay.
A la cooperativa aportamos fuerza de trabajo y capacidad, señala Irisarri, además de la inmensa contribución socioeconómica que brindamos a los hogares y la comunidad, agrega.
En Cotrapay los cargos cambian cada 4 meses, “procuramos tener equidad de género” y “salvo en los puestos de electricistas y mecánicos”, en las demás responsabilidades hay mujeres, apunta María Inés. “En estos días ingresaron como aspirantes a socias quienes serán gerenta de Producción y gerenta de Ventas”.
A María Inés se le pregunta qué cosas han cambiado desde que se integró la cooperativa. “Cambió notoriamente que podemos opinar todos por igual, no vemos si es mujer u hombre, se da valor a la idea u opinión, nos valoramos todos por igual”, contesta.
“Antes, como empresa, vi y viví el abuso de poder de los mandos medios, donde algunos aprovechaban el cargo y el ser hombres”.
Hoy, desde su cargo, Irisarri participa en las decisiones y resoluciones, colabora en la realización de actas directivas y asambleas, además de alentar a las compañeras a perder la timidez, capacitarse y no ponerse límites.