Sólo ofrece más regulación a cooperativas, señala sector.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 15 de mayo de 2013
Con bombo y platillo fue presentado en el Castillo de Chapultepec el reformón financiero del Gobierno Federal y los partidos del Pacto por México, una reforma que en el discurso pretende fortalecer a la banca de desarrollo y convertir al crédito bancario como palanca de desarrollo.
Sin embargo el mismo día de la presentación del paquete de reformas, uno de los firmantes del pacto calificó a las bancas privadas como usureras y agiotistas, y a la banca de desarrollo como “de exigir más garantías que la propia banca comercial”.
En lo que toca al sector de las cooperativas de ahorro y préstamo, reconocidas por fomentar el ahorro y desarrollo en pequeñas comunidades donde la banca comercial no llega, esta reforma pretende meterlas a un esquema de “corresponsalías” para que puedan contratar servicios financieros de otras entidades pero también le coloca dientes a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para que las vigile.
Sobre las “corresponsalías”, dice la iniciativa que se pretende que las cooperativas de ahorro y préstamo “puedan contratar con terceros la prestación de servicios necesarios para su operación, así como celebrar comisiones para realizar tales operaciones” a nombre de las propias cooperativas.
Es decir, las cooperativas de ahorro y préstamo podrán hacer convenios con bancos o tiendas de autoservicio para que en sus cajas los socios de las propias cooperativas puedan hacer depósitos o retiros.
Y sobre el papel regulador de la CNBV se le faculta “para ordenar la suspensión parcial o total, temporal o definitiva, de la prestación de dichos servicios o comisiones en caso de incumplimiento”, además se le otorga el poder de solicitar “información y documentación respecto de los servicios que provean (las cooperativas), así como realizar visitas de inspección y decretar las medidas que estime necesarias para asegurar la continuidad de los servicios que las Sociedades proporcionan a sus clientes.”
Voz de las cajas de ahorro
Al hacer un primer balance sobre estas iniciativas las cooperativas de ahorro no están tan de acuerdo con el reformón financiero que se viene.
Para el presidente del Consejo Directivo de la Confederación de Cooperativas de Ahorro y Préstamo de México (Concamex), Jorge Castillo, lo primero que salta a los ojos es “la ampliación de facultades de regulación para la Comisión Nacional Bancaria”.
Además “no hemos visto un beneficio para el sector de ahorro y préstamo” para lograr “mayor accesibilidad y apoyos”, agrega.
Si bien la iniciativa abre las corresponsalías que pueden verse como una oportunidad, “nosotros lo vemos como una ventana de riesgo porque implica una plataforma de soporte técnico mucho más robusta”, señala Castillo.
Continúa el presidente de Concamex: “La banca de desarrollo tiene que ser uno de los aspectos más fundamentales de la reforma, pero para que sea más equitativa se deben impulsar los créditos con un sentido productivo, que se atienda a las características de las diversas cooperativas de ahorro y sobre todo el sentido social de ellas”.
La Concamex, que agrupa a 20 federaciones de cooperativas de ahorro y préstamo, señala que están trabajando con legisladores una propuesta que ubique las posibilidades de desarrollo que se pueden generar desde el sector social.
Por su parte, Rafael Martínez Ponce, presidente de Alianza Cooperativista Nacional (Alcona), va más allá y califica a la reforma financiera como una “reforma bancaria”.
“Se pretende el desarrollo a través de la banca comercial pero curiosamente a las cooperativas de ahorro y préstamo lo único que le dieron fue mayor regulación”, incluyendo algunas que ya habían sido impugnadas, apunta el representante de 70 cooperativas en 8 federaciones.
“Nosotros nos contemplábamos como distribuidores directos y no como comisionistas y corresponsales”, figuras señaladas en la propuesta de reforma, comenta el también presidente de la Confederación Latinoamericana de Cooperativas y Mutuales de de Trabajadores (Colacot).
Martínez Ponce estima que las cooperativas de ahorro y préstamo necesitan su propio sistema de evaluación y regulación. Por eso adelanta que junto con otros sectores de producción y consumo están trabajando a marchas forzadas una propuesta de adición a la reforma financiera donde se contemple al sector social.
“El gran problema es que se habla de sector público y sector privado, pero jamás se contempla al sector social como actor económico”, y es lo que le falta a la reforma financiera, puntualiza.
Más créditos a costa de qué
La misma reforma financiera que pretende apuntalar el desarrollo a partir de créditos bancarios ha sido cuestionada por permitirle a la banca comercial “secuestrar” los bienes y el dinero en efectivo en caso de sospechar que un cliente los dilapide, enajene, se ausente u oculte.
Para el asesor en finanzas sociales de la Fundación Kolping, Héctor Valdés, “esta reforma debería fomentar el crédito y ofrecer productos financieros acordes a los riesgos y tipos de garantías pero promoviendo el desarrollo económico con tasas más blandas”, es decir que se reduzcan las ganancias de los bancos y no se conviertan en una banca de agio.
“Actualmente las condiciones en las que trabaja la banca son las más benéficas para ellos, pues manejan un margen de intermediación financiera muy alto”, esto porque ofrecen pagar intereses del cuatro por ciento pero cobran a los acreditados arriba del 82 por ciento, finaliza Valdés.