La regulación del cannabis puede restituir el tejido social

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Cooperativas cannábicas permitirían la transmisión de información fidedigna, el autocuidado y resistir ante grandes capitales: Jorge Hernández Tinajero.

Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 12 de noviembre de 2018

Por primera vez tenemos una iniciativa de ley que de algún modo atiende muchos de los reclamos que hemos hecho con relación a la regulación de la planta, señala Jorge Hernández, socio fundador de la Asociación Mexicana de Estudios del Cannabis (Ameca).

Jorge considera importante que esta iniciativa por primera vez contempla el cultivo privado sin fines de comercio que no afecten a terceros y que también pueda ser asociado.

La iniciativa permitiría generar alternativas, menciona Jorge, no solo para el mercado ilegal “al que nunca hemos querido contribuir, sino también a un potencial mercado legal” donde grandes compañías han demostrado tener interés, “y yo no necesariamente quiero pasar de cómprale al mercado negro para comprarle a la Phillip Morris”, dice.

El integrante de Ameca asegura que la iniciativa plantea que la marihuana es algo solo para adultos. Se pretende limitar el acceso a menores de edad, pues en este momento el mercado abierto en la ciudad y el país no ve por eso, cualquiera puede conseguir lo que quiera, en cualquier lado, a cualquier hora, incluso los menores de edad, señala.

Por otro lado la iniciativa contempla la creación de cooperativas cannábicas, similares a la idea de los clubes cannábicos surgidos en España donde cultivan entre varios consumidores y la producción final es distribuida entre los socios; esas asociaciones tienen reglas claras, advierte Jorge, “no cualquiera puede entrar y no hay acceso a menores de edad”.

Con esta idea de las asociaciones cannábicas en México, “encontramos que la planta de la cannabis puede restituir un tejido social que hemos ido perdiendo”, desestimado por el mercado y el consumismo moderno, pero que tiene grandes ventajas como comunidad para la transmisión de información fidedigna y también como una forma de resistencia ante los grandes capitales, finaliza.

La Coperacha

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